Quizás de lo que no seamos tan conscientes es del hecho que, día a día, estamos expuestos a una serie de productos contaminantes que, de una manera más larvada, pueden perjudicar también nuestra salud, a nivel respiratorio principalmente, pero también de manera global. Conozcamos cuáles son:

Los productos de limpieza

Uno de los principales grupos de productos contaminantes que pueden afectar nuestra salud es el de los productos de limpieza. Detergentes, desengrasantes, líquidos antical, jabones, lejía, desatascadores, abrillantadores… contienen una serie de productos químicos que, al ser inhalados, pueden desencadenar una crisis de asma, disminuir la capacidad pulmonar o agravar enfermedades pulmonares ya existentes.

Diversos estudios han valorado que el uso habitual de estos productos en profesionales de la limpieza o que limpian su propia casa con estos productos y sin tomar precauciones pueden presentar una disminución significativa de la capacidad pulmonar.

Qué efectos tienen estos productos contaminantes

El efecto de estas sustancias químicas dependerá del tipo de producto. Los detergentes para la ropa y los lavavajillas tienen escasa o nula toxicidad, mientras que otros productos, como los suavizantes para la ropa y desinfectantes, son más corrosivos. Asimismo, aquellos productos en cuya composición se hallen ácidos fuertes (muriáticos, clorhídricos, nítricos) y bases o álcalis fuertes (amoniaco, soda cáustica, hipoclorito de sodio) tienen un alto poder corrosivo o cáustico. Dichas sustancias pueden causar quemaduras químicas en la piel y las mucosas al entrar en contacto con ellas.
La exposición frecuente y continuada a estos productos, como puede ser en el caso de los profesionales de la limpieza, puede causar problemas respiratorios o cutáneos severos y, como la relación causa efecto no está del todo clara, en ocasiones es difícil lograr que se reconozca como una enfermedad laboral.

Es esencial que los profesionales de la limpieza y los que no lo somos tomemos precauciones a la hora de utilizar estos productos, como llevar guantes y mascarillas, no mezclar productos que puedan causar reacciones químicas peligrosas (como lejía y amoníaco, cuya unió libera cloro en forma de gas, que es tóxico) y jamás tocarse los ojos sin haberse lavado previamente las manos con agua y jabón.

Jabón de manos

Otro producto tóxico cuyo uso se ha extendido en los últimos años es el triclosán, un compuesto que se encuentra en los jabones desinfectantes que mucha gente utiliza para lavarse las manos, sobre todo en hospitales. Pese a ser un buen desinfectante su abuso irrita la piel y puede generar enrojecimiento, picor, sequedad y alguna reacción de tipo alérgico.

Tóner

Otras sustancias que pueden ser nocivas para nuestra salud y de las cuales no somos conscientes son los productos contaminantes que lleva el tóner de las fotocopiadoras e impresoras láser. El tóner de estas máquinas no está compuesto de tinta líquida, sino de una especie de polvo de color negro que está formado —con variaciones en las proporciones en función de la marca— por un polímero (resina plástica) aglutinante de bajo punto de fusión en un 85%, alrededor de un 10% de negro de carbono o negro de humo, que es la sustancia que dota a la tinta de su color negro, y cerca de un 5% de un agente de control de carga, sustancia que participa en el proceso electrostático de reproducción.
Asimismo, el tóner contiene una serie de sustancias que pueden ser nocivas para nuestra salud, como pueden ser el cobre, benceno, etilbenceno, clorobenceno, tolueno, estireno, xilenos y otros derivados del benceno, hidrocarburos alifáticos (dodecano, hexadecano), hidrocarburos clorados (tricloroetileno, tetracloroetileno) formaldehído, siloxanos (derivados orgánicos del silicio) u ozono.
El polvo del tóner contiene unas partículas de un diámetro que oscila entre las 10 y 20 micras, formadas por el pigmento negro de carbón, y que pueden causar irritación y sensibilización a nivel respiratorio, cutáneo y oftalmológico. La exposición a estos productos contaminantes, puntal o reiterada, puede causar rinitis, tos crónica, irritación cutánea, picores cutáneos, conjuntivitis y cefaleas.
Además, mediante diversos mecanismos químicos, los componentes del tóner pueden generar partículas ultrafinas, con un diámetro igual o inferior a 0.1 micras, que pueden depositarse en el árbol bronquial y se postula que, a la larga, podrían producir alteraciones respiratorias. Actualmente, sin embargo, los efectos son en realidad desconocidos, ya que la baja masa y la naturaleza sumamente volátil de estas partículas ultra finas dificultan la determinación de su composición química para poder estudiar así sus posibles efectos sobre la salud.

Cómo manipularlo

A la hora de manipular el tóner es esencial tomar una serie de medidas de precaución, como no soplar sobre el tóner, aspirar el polvo que se acumule en las impresoras y ordenadores con un aspirador con un filtro adecuado para partículas, emplear mascarillas protectoras con filtro y guantes desechables, ubicar las impresoras y fotocopiadoras en zonas bien ventiladas (preferentemente cerca de los retornos del sistema de acondicionamiento de aire) y si se tiene que utilizar mucho mejor que estén en un espacio alejado de los trabajadores y bien ventilado.

Si crees que por exposición a alguno de estos productos contaminantes sufres una afectación cutánea, respiratoria u oftalmológica, no dudes en ponerte en contacto con tu médico y con el departamento de prevención de riesgos y salud laboral de tu empresa.

LO QUE DEBES SABER…

  • El uso habitual de productos de limpieza sin tomar precauciones pueden presentar una disminución significativa de la capacidad pulmonar.
  • El abuso de triclosán, presente en jabones de mano desinfectantes muy utilizados en hospitales, irrita la piel y puede generar enrojecimiento, picor, sequedad y alguna reacción de tipo alérgico.
  • El tóner de fotocopiadores e impresoras contiene sustancias nocivas para la salud por lo que ha de manipularse siguiendo una serie de precauciones.