Se empezó hablar del burnout en el ámbito laboral, pero actualmente el paradigma de la posmodernidad en Occidente ha supuesto una serie de cambios en la forma en la que se organizan las relaciones familiares y aparece el concepto de burnout parental. Desde finales del siglo pasado podemos observar cómo se introducen nuevas organizaciones familiares que se adaptan a una sociedad cambiante cuyos cimientos se reestructuran fruto de los avances tecnológicos, económicos, políticos y sociales que organizan la vida de los individuos.

En este contexto aparecen nuevas formas de relacionarse, nuevos estados psicológicos, etc. y el que abordaremos aquí es el burn out, entendido como un estado psicológico de malestar que inhibe las capacidades para una saludable paternidad de manera que ésta acaba siendo vivida como algo tedioso, difícil y estresante.

Cambios en las funciones parentales que pueden causar el burnout parental

A nuestro entender, algunos de los cambios más relevantes en lo concerniente a las funciones parentales son:

  • Cambio en los roles que cada cual adopta respecto a la familia: ejemplos arquetipos serian la madre ejecutiva y el padre amo de casa.
  • Auge de métodos de aprendizaje y aparición de la creencia de que los niños tienen que aprender cuando más pequeños mejor un máximo de cosas
  • Aparición de objetos tecnológicos que median la comunicación interfamiliar y la forma en la que los padres interactúan con los hijos (tablets, móviles, etc.)
  • Introducción de agentes externos para suplir las funciones parentales dada la poca disponibilidad de los padres (canguro, abuelos, guardería, etc.)

Estos cambios y otros hacen que con frecuencia las relaciones padres-hijos mermen su calidad y su potencial estructurante y proveedor de buena salud mental y emocional a favor de la adaptación a una sociedad que por un lado vende cientos de miles de productos y métodos educativos y por el otro pone palos en las ruedas para el establecimiento de una sana, estable y cálida relación padres-hijos que sea gratificante y estructurante para todos los miembros del conjunto y así evitar un desbordamiento que hoy en día se conoce como síndrome del burnout parental

¿Cuáles son las funciones básicas de la buena parentalidad?

Se han escrito numerosos ensayos, manuales y tratados sobre el tema, sin embargo, aquí lo resumiremos en dos puntos muy simples:

  • Acompañar  y potenciar el desarrollo de las capacidades del hijo:
    En su ya clásico “El Arte de Amar” el famoso psicoanalista, sociólogo y filósofo humanista Erich Fromm dedica un capítulo al amor entre padres e hijos. Es muy ilustrativa la distinción que hace entre los conceptos de “conducción” y “educación”. Según Fromm la función de los padres es la de educar cuyo eje central radica en el potenciar el desarrollo del individuo para que pueda sacar a flote sus capacidades y poder así moverse por el mundo seguro y feliz. Este punto implica desarrollar un verdadero interés por los intereses genuinos del niño y para ello se debe establecer una relación de genuina confianza.
    En contraposición, conducir hace solo referencia a inculcar normas morales para que el niño evite hacer lo que se considera que está mal y haga lo que se considera que está bien sin tener que mostrar ningún interés en su mundo interno ni en el propio potencial.

 

  • Proveer de un contexto de seguridad afectiva estable y continuado durante el desarrollo de éste:
    Para explicar este punto citaremos los tres ilustrativos conceptos desarrollados por el reputado pediatra y psicoanalista inglés Donald Winnicot para quien las principales funciones de la madre, en primera instancia, y del padre en segunda son: el “holding” o sostenimiento (conectar con los estados internos del niño, contener y dar respuesta a sus angustias) el “handling” o manipulación (interactuar con él, estimularlo, acariciarlo, jugar, etc.) y finalmente el “object presenting” (acompañarlo en su encuentro con la realidad externa y al desarrollo de su propia creatividad).

    ¿Qué es y por qué aparece el burnout parental?

    En este articulo nos referiremos a burnout parental como un estado psicológico de malestar que inhibe las capacidades para una saludable parentalidad siendo vivida esta como algo tedioso, difícil y estresante.
    Podemos atribuir las causas del burnout parental a factores o bien internos, o bien externos.

  • Los factores internos hacen referencia a trastornos de la parentalidad o dificultades psicológicas que afecten a la organización de la relación, si se da el caso, conviene asistir a un psicoterapeuta especializado.
  • Los factores externos tendrían que ver con la disposición de la vida familiar. Toda aquella disposición que no atienda las necesidades emocionales de los hijos y de los padres en una conjunción harmónica es susceptible de generar burn out. Con ello me refiero, sobre todo, a una cuestión clave:

¿Cómo prevenir el burnout parental?

Para el buen funcionamiento familiar es indispensable que se produzcan momentos de juego estables entre padres e hijos que permitan la creación y desarrollo de un vínculo de confianza y seguridad afectivas que ambos necesitan para vivir desde el disfrute la relación haciendo así que esta se fortalezca y pueda tolerar los problemas del día a día ajetreado.
Subrayamos “ambos” porque no se trata de un vínculo unidireccional donde uno depende del otro. La salud emocional y relacional de la madre y del padre dependen también de que puedan sentir que están siendo buenos padres. El padre y la madre también necesitan ser retroalimentados por el bebé o el niño, quien respondiendo con balbuceos o con sonrisas a sus atenciones les hacen sentir que lo hacen bien.
Este hecho, cuando se da de manera continuada provee de experiencias satisfactorias de paternidad y maternidad que son interiorizadas progresivamente asentando así el establecimiento de un sentimiento de padre o madre feliz que permite tolerar mejor las eventuales dificultades organizacionales que puedan ir surgiendo, amén de todos los beneficios que tiene para el niño y su desarrollo.

LO QUE DEBES SABER…

  • El burnout  parental se refiere a un estado psicológico de malestar que incapacita para llevar a cabo una parentalidad sana que, en su lugar, se vive como algo complicado y estresante.
  • Hoy en día, con cambios en los roles padre-madre, auge de nuevos métodos de aprendizaje, uso de dispositivos móviles, importancia del papel de canguros, guarderías… las relaciones padres-hijos se resienten en su papel de proveedores buena salud mental y emocional.
  • Fomentar momentos de juego y de compartir entre padres e hijos es fundamental para crear espacios de disfrute que permitan sobrellevar el día a día.