Una persona tóxica es aquella que nos altera profundamente el estado de ánimo y cuyo comportamiento puede ser perjudicial no solo para quienes la rodean sino también para sí mismo. Aunque existen muchos tipos de personas tóxicas, normalmente son personas que no han evolucionado emocionalmente; personas inseguras, egoísta y poco independientes. Tienden a relacionarse de forma absorbente, agotando, estresando y/o deprimiendo a la gente que tiene alrededor.

Cabe destacar que no todos reaccionamos del mismo modo ante las personas, es decir, puede que esa persona que para ti es tóxica no lo sea para los demás. Por otro lado, el grado de cercanía también influye y en función de ello la relación podrá ser más o menos nociva. Por ejemplo, los padres y las parejas tóxicas suelen ser más difíciles de gestionar debido al alto grado de vinculación. Aunque también pueden ser duras las relaciones tóxicas con amigos o compañeros de trabajo que no podemos evitar.

También es importante tener en cuenta que todas las personas tenemos a veces rasgos perjudiciales para los demás, por ejemplo, ser muy impulsivo en las discusiones, buscar constantemente atención o culpar a otros de cosas que no les corresponden. Por tanto, todos podemos llegar a ser personas tóxicas durante etapas concretas o serlo para algunas personas en particular. No es que la persona sea tóxica en sí, más bien es que su comportamiento es tóxico o su relación con otra persona es tóxica.

Características de las personas tóxicas

No siempre es fácil detectar a las personas tóxicas, pero una forma de intentar hacerlo es identificando determinadas señales en ella o rasgos característicos como:

  • Quejica, negativo y victimista
  • Envidiosa, no aguanta los éxitos de los demás
  • Narcisista, cree que todo lo que hace está bien
  • Orgullosa, no soporta que le contradigan
  • Soberbia, alecciona, descalifica y menosprecia a los demás
  • Controladora y dictatorial, impone las normas de la relación
  • No se responsabiliza de sus propios actos.
  • Manipuladora, engaña para conseguir sus propósitos.
  • Agrede verbalmente e intentan humillar y dañar la autoestima
  • Critica constantemente
  • Recurre al chantaje y al miedo
  • Propaga rumores
  • Le gusta dramatizar

Como identificar que una persona es tóxica para mi

Una parte fundamental para saber convivir con personas tóxicas y afrontar ciertas situaciones es analizando nuestras propias emociones; entender por qué nos alteran o hacen sentir mal.
La prestigiosa Psiquiatra Marian Rojas-Estapé recomienda “intentar entender por qué esa persona es tóxica para ti, desmenuzar lo que está sucediendo, es decir, ver si es un tóxico universal, si para todo el mundo es una persona tóxica y a todo el mundo le cuesta o te cuesta especialmente a ti”.

Estas son algunas de las emociones que te puede generar una persona tóxica:

  • Agota tu energía u optimismo.
  • Hace que te cueste expresar tu punto de vista u opinión.
  • Te hace sentir culpable o avergonzado.
  • Te frustra porque tus esfuerzos para animarla nunca son suficientes
  • Temes estar cerca de él/ella o sientes que tienes que ir con pies de plomo.
  • Te sientes obligado a cuidarlo, atenderle o protegerle.
  • Te sientes controlado.

¿Cómo actuar frente a ella?

Estar atrapado en una relación tóxica (sea o no romántica) puede dar lugar a consecuencias graves a nivel psicológico: estrés, ansiedad, depresión, falta de autoestima, fobias, problemas somáticos, etc.
Alejarse de las personas tóxicas es la opción más fácil y efectiva, pero no siempre es posible. ¿Qué podemos hacer entonces? No puedes cambiar el comportamiento del otro, pero sí puedes cambiar el tuyo o cómo te hace sentir:

  • Analiza, concreta y describe las partes tóxicas de la persona.
  • Pon contexto a la situación y piensa que detrás de las conductas tóxicas hay una falta de desarrollo emocional: miedos, frustraciones, carencias, vivencias traumáticas…
  • Establece límites si no puedes reducir el contacto. Siempre puedes negar el acceso a tu intimidad y decidir hasta dónde permites al otro acceder a ti.
  • Relativiza su comportamiento y no entres en su juego.
  • Utiliza la asertividad, es tu arma principal.
  • Aprende a desconectar cuando empiece a quejarse, encontrar fallos o consumir tu energía.

Pero lo más importante es que te cuides a ti mismo; mímate, protégete. Cuando la relación tóxica está muy avanzada, la víctima puede tener problemas para identificar los comportamientos abusivos, ya que puede a llegar a entender que es la forma normal de relacionarse o incluso que los merece. Si la situación te sobrepasa, busca la ayuda de un psicoterapeuta.

Lo que debes saber…

  • Según el grado de cercanía con la persona tóxica, la relación será más o menos nociva. Los padres y las parejas tóxicas suenen ser más difíciles de gestionar debido al alto grado de vinculación.
  • Existen dos maneras de detectar la toxicidad: identificando señales en la otra persona (cómo definimos al otro) o descodificando las emociones que nos suscita, siempre asfixiantes (cómo nos sentimos con el otro).
  • Alejarse de las personas tóxicas es la opción más fácil y efectiva, pero no siempre es posible. Entonces, si no puedes cambiar el comportamiento del otro, es cuestión de cambiar el tuyo.