El páncreas es un órgano glandular que tienes dos funciones, la secreción endocrina y la secreción exocrina.

  • La función endocrina consiste en la producción de diferentes hormonas como son la insulina, el glucagón, la gastrina, el péptido intestinal vasoactivo (VIP) o la somatostatina.
  • La función exocrina del páncreas consiste en la secreción del jugo pancreático al duodeno, un líquido con numerosas enzimas como la lipasa, la amilasa o la tripsina, que intervienen en la digestión de los alimentos.

Cuando las células que producen estas sustancias (que forman parte del jugo pancreático) se vuelven malignas, es decir, pierden los mecanismos de control que permiten que se reproduzcan y mueran con normalidad, se produce una neoplasia o cáncer de páncreas exocrino.

¿Cómo se produce?

Estos tumores se pueden presentar en tres áreas distintas: la cabeza del glándula (60% y 70% de los casos), cuerpo o cola del páncreas (20% y 25% de los casos) o afectar a toda la glándula y ser multifocal (15% de los casos). Se ha comprobado que hasta un 70% de los cánceres de páncreas tienen una alteración de un gen llamado ras y aproximadamente un 60% presentan mutaciones en el gen p53.

Este tipo de cáncer se extiende localmente con facilidad, sobre todo a nivel retroperitoneal, de manera que infiltran la grasa que envuelve y protege la glándula, así como los nervios. El 70% se diseminan por vía linfática y la mitad lo hace también por vía venosa. El hígado es el principal órgano donde se produce la metástasis, aunque también pueden hacerlo en peritoneo o pulmones.

Síntomas de cáncer de páncreas

Dolor abdominal

El dolor abdominal es la manifestación clínica más frecuente del cáncer de páncreas. Suele ser un dolor sordo y constante, localizado en la zona izquierda y superior del abdomen, que se extiende hacia la espalda como si fuese un cinturón. Es un dolor de predominio nocturno, que impide el sueño y empeora con la ingesta y al estar estirado pero que mejora al inclinarse hacia delante. Este signo es el principal en los tumores de páncreas que afectan al cuerpo o la cola de la glándula.

Ictericia

Cuando se afecta la cabeza del páncreas, además del dolor suele aparecer ictericia por obstrucción de la vía biliar. En los tumores de cuerpo y cola, si existe ictericia, suele ser debida a la presencia de metástasis hepáticas.

Pérdida de peso

La pérdida de peso suele ser el síntoma más precoz de los enfermos de cáncer de páncreas a causa del descenso del aporte calórico. Al no poder realizar su función exocrina, las proteínas y las grasas no se digieren correctamente, por lo que se produce diarrea y esteatorrea, con la consecuente pérdida de peso y astenia. En una tercera parte de los casos, a medida que se va destruyendo el tejido pancreático puede aparecer una intolerancia a la glucosa que derive a diabetes.

Otros síntomas

El paciente puede presentar una vesícula biliar aumentada de tamaño que sea palpable a la exploración, así como hepatomegalia, esplenomegalia, edemas, ascitis o hipertensión portal, con la consecuente aparición de varices esofágicas.

¿Cómo se diagnostica?

Se sospechará un cáncer de páncreas en todo paciente que presente un cuadro de dolor abdominal como el descrito anteriormente y que se asocie a pérdida de peso, ictericia, diarrea o esteatorrea. Gracias a la  analítica de sangre pueden verse alterados los siguientes valores:

  • Niveles de lipasa y amilasa en descenso.
  • Alteración niveles de bilirrubina y enzimas hepáticas en casos de enfermedad avanzada.
  • Alteración de los niveles de glucosa en caso de haber afectación de las células productoras de insulina.
  • Elevación de marcadores tumorales (CEA y CA 19.9) pero son muy poco específicos.

Otras pruebas esenciales para detectar un cáncer de páncreas, sobre todo de imagen, son:

  • Ecografía: es fiable, pero su rendimiento baja cuando los tumores son de menos de 2 cm de diámetro.
  • TAC: puede ser más precisa en esos casos y además permite hacer un estudio de extensión, valorando la afectación hepática, biliar y de los tejidos circundantes del páncreas.
  • Colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE): permite valorar bien lesiones del la cabeza del páncreas y diferenciar entre pancreatitis crónica y cáncer de páncreas.
  • Resonancia magnética nuclear.
  • Ecografía endoscópica.

Una vez localizada la lesión es imprescindible realizar una punción aspiración con aguja fina (PAAF) para poder tomar una muestra del tejido sospechoso (biopsia) y analizarlo, cosa que nos dará el diagnóstico de certeza.

Tratamiento y esperanza de vida

Por desgracia solamente entre un 10% y un 20% de los cánceres de páncreas se pueden operar en el momento del diagnóstico. Para ello, no debe existir metástasis, el tumor debe estar localizado y  las estructuras vasculares no deben verse visto afectadas; en ese caso es posible la intervención quirúrgica. En función de la localización del tumor se realizará un pancreatectomía parcial o una resección total del páncreas si la afectación es difusa.

Cuando los tumores no se pueden intervenir, cosa que ocurre entre el 80% y el 90% de los casos, las opciones quirúrgicas serán paliativas, especialmente dirigidas a evitar la obstrucción gastroduodenal y de la vía biliar, ya sea mediante derivaciones o con la colocación de endoprótesis.

La radioterapia y la quimioterapia pueden paliar el dolor y aumentar la supervivencia de los pacientes si se usan como tratamientos complementarios a la cirugía. No obstante, el cáncer de páncreas es uno de los que peor pronóstico presentan; aproximadamente tan solo un 5% de los pacientes sobreviven 5 años del diagnóstico (la mayoría fallece al cabo de un año).

Medidas preventivas

Este cáncer se ha asociado con el tabaco, las dietas ricas en grasas y en proteínas, la pancreatitis crónica, la diabetes y la colecistectomía. Por el contrario, ni el consumo de alcohol, ni el de café se han relacionado con un mayor riesgo de padecer cáncer de páncreas. Por todo ello, las principales medidas preventivas consisten en evitar los factores de riesgo (tabaquismo y dietas grasas y proteicas). También se recomienda realizar una actividad física moderada y evitar el sedentarismo.