La grasa constituye el nutriente que más energía aporta: más del doble que los azúcares y las proteínas (1 gramo de grasa aporta 9 kcal, frente a las 4 kcal de los azúcares y las proteínas).

Su ingesta es imprescindible para cubrir funciones importantes en nuestro organismo, aunque el exceso de su aporte, sobre todo de grasa saturada (como ocurre en la alimentación habitual de los países desarrollados), es perjudicial para la salud de los individuos en general y de los diabéticos en particular.

Cantidades recomendadas

Las grasas totales que el diabético debe tomar al día deben ser el 20-35% del total de calorías. En este sentido, un aspecto importante a remarcar es que la mayoría de individuos con diabetes tipo 2 tienen obesidad. En estos casos la ingesta de grasa debe limitarse y acercarse al 20%; si el diabético no tiene que hacer restricción en las calorías porque no es obeso puede tomar un 35% de la energía diaria en forma de grasas.

Las grasas saturadas deben ser el 7% del total de calorías del día, las poliinsaturadas alrededor del 7-10%, y las monoinsaturadas el resto. Las grasas trans deben ser menos del 2%.

Los ácidos grasos poliinsaturados del tipo omega 3 previenen las enfermedades cardiovasculares por lo que se recomienda ingerir 2–3 g/día de aceite en forma de pescado. Esto se puede conseguir con el consumo de 200-300 g semanales de pescado azul.

El colesterol total de la dieta no será mayor de 300 mg/día y, a ser posible, inferior a 200 mg/día.

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Recomendaciones útiles son:

    • Es importante cocinar con aceites vegetales, siendo el aceite de oliva uno de los más recomendables.
    • La toma de huevos es muy importante por su valor nutricional, aunque el individuo sea diabético. Se pueden tomar de 2 a 3 huevos a la semana; si hay que reducir la cifra de colesterol en sangre puede ser útil tomar la mitad de la yema.