Es la infección más prevalente del mundo. Se dispone de diversas técnicas que permiten diagnosticar la presencia del Helicobacter pylori y de valorar su erradicación tras un tratamiento adecuado. La prueba diagnóstica no invasiva de elección es el test de aliento.

¿Qué es el Helicobacter pylori?

Helicobacter pylori es una bacteria descubierta en 1983 por Robin Warren y Barry Marshall, que la relacionaron con la aparición de úlceras gástricas y, por cuyo descubrimiento, les fue concedido el Premio Nobel de Medicina en 1995.

Este bacilo infecta la mucosa gástrica de forma crónica, es la infección más prevalente del planeta y afecta al 50% de la población. La vía de transmisión no está clara y sucede fundamentalmente durante la infancia, entre niños, por vía fecal-oral u oral-oral. La mayor parte de las personas infectadas no tiene síntomas, pero la infección por Helicobacter pylori puede causar diferentes algunos, como la dispepsia o enfermedades como la úlcera péptica (afecta a un 10-20% de los pacientes infectados) y el cáncer gástrico (afecta a menos del 1% de los pacientes infectados).

En las personas infectadas, Helicobacter vive en la capa mucosa del estómago donde, gracias a unas enzimas específicas llamadas ureasas, produce amoníaco y neutraliza parcialmente el pH ácido natural del estómago para poder crecer y sobrevivir.

Síntomas

Es importante acudir a nuestro médico de referencia ante la aparición de estos síntomas:

  • Sensación de ardor, dolor o acidez recurrente en la parte alta del abdomen, bajo el esternón.
  • Gastralgia o dolor de estómago crónico.
  • Distensión abdominal.
  • Saciedad precoz.
  • Falta de apetito.
  • Náuseas y vómitos.
  • Heces negras.
  • Anemia y cansancio.

¿Cómo se diagnostica?

Se dispone de diversas técnicas que permiten diagnosticar la presencia del Helicobacter pylori y de valorar su erradicación tras un tratamiento adecuado.

Los métodos diagnósticos de la infección por Helicobacter pylori se clasifican en “invasivos” y “no invasivos”.

Las pruebas no invasivas no requieren de endoscopia y serían:

  • Test de aliento con urea marcada con 13C
  • Determinación de antígeno en heces.
  • Test serológico en sangre.

Los métodos invasivos se basan en técnicas de detección directa de la bacteria que precisan de endoscopia y biopsia. No todas las muestras pueden contener la bacteria por lo que no siempre es muy sensible para diagnosticar Helicobacter pylori, pero si para detectar enfermedades más graves como el cáncer gástrico.

Los protocolos actuales recomiendan comprobar la curación de la infección tras el tratamiento en todos los casos con el test del aliento o el antígeno monoclonal en heces.

Las indicaciones de diagnóstico son:

  • Dolor abdominal y dispepsia recurrente.
  • Úlcera péptica.
  • Pacientes afectos de linfoma MALT o cáncer de estómago.
  • Familiares de primer grado de pacientes con cáncer gástrico.
  • Atrofia de mucosa gástrica.
  • Anemia ferropénica sin causa aparente.
  • Púrpura trombocitopénica idiopática.
  • Déficit de vitamina B12 no explicable por otras causas.

El test de aliento

La prueba no invasiva de elección es el test de aliento con urea marcada con 13C. Se basa en la actividad ureásica del Helicobacter pylori para transformar la urea. Para realizar la prueba se administra un comprimido de urea marcada con un isótopo no radioactivo: el carbono 13 (13C). En presencia del Helicobacter pylori la urea marcada es degradada en dióxido de carbono (CO2) y amoníaco (NH3). El CO2 marcado se absorbe, pasa a la sangre y es eliminado en forma de aire espirado a través de los pulmones. Por lo tanto, el 13C puede ser detectado fácilmente en una muestra de aire espirado. Esta prueba es mucho más fiable y sensible si previamente se administra una bebida de ácido cítrico. Esto evita la aparición de falsos negativos.

Mediante aparatos especialmente diseñados se puede detectar el CO2 marcado en el aire espirado y confirmar la presencia de la bacteria.

La infección por Helicobacter pylori puede tratarse mediante el empleo de una combinación de antibióticos. Con ello se elimina la infección y se cura la úlcera en alrededor de un 80% de los casos. Si la bacteria no ha podido ser eliminada, la úlcera reaparece después de un corto período de tiempo en la mayoría de la gente.

Cómo se realiza el test de aliento

Esta prueba se realiza ambulatoriamente. No es preciso el ingreso, pero sí la presencia de personal sanitario cualificado para llevarla a cabo.

Para el test de aliento deben dejarse de tomar los inhibidores de la bomba de protones (omeprazol), al menos, dos semanas antes de la evaluación. Sí pueden tomarse antiácidos. También se recomienda evitar cualquier tratamiento antibiótico y/o sales de bismuto durante, al menos, cuatro semanas antes de la prueba.

Es totalmente indolora y no genera molestias.

Mientras se está realizando la prueba, el paciente estará sentado. Se toman dos muestras: la que llamamos “basal” y la “diagnóstica”. Primero se realiza una determinación basal, 10 minutos después de tomar el ácido cítrico, en la que deberá soplar de forma continua en el interior del contenedor de muestras, que será cerrado inmediatamente. Posteriormente se le suministra el comprimido que contiene la urea marcada. Transcurridos 30 minutos se recogerá la segunda muestra respiratoria.

Las muestras pueden ser analizadas inmediatamente o bien ser remitidas al laboratorio de referencia para su análisis. Tras la prueba el paciente puede regresar a su domicilio.

Precauciones con el test del aliento

Se trata de una prueba segura. Utiliza un isótopo de carbono natural, no radioactivo, por lo que puede ser repetida, incluso en mujeres embarazadas. En menos del 0,1% de los casos puede presentarse distensión abdominal, diarrea y malestar epigástrico.

  • Si el paciente es alérgico al principio activo (urea) o a alguno de los componentes del test no puede realizarse esta prueba. Además, los pacientes afectos de fenilcetonuria no pueden realizar esta prueba.
  • En caso de niños menores de cinco años no sería la prueba de elección para detectar Helicobacter pylori, ya que su capacidad de colaboración puede ser baja y utilizaríamos el antígeno en heces.
  • En pacientes gastrectomizados (a los que se les ha extirpado parcialmente el estómago) o bien que padecen gastritis atrófica el test de aliento puede no ser la prueba de detección más indicada.

Si durante la prueba el paciente vomita, es necesario repetirla, como mínimo, al día siguiente en ayunas.

Lo que debes saber…

  • La infección por Helicobacter pylori afecta aproximadamente al 50% de la población y puede causar gastritis crónica, úlcera péptica y cáncer gástrico.
  • La prueba diagnóstica no invasiva de elección es el test de aliento con urea marcada con 13C.
  • Mediante aparatos especialmente diseñados se puede detectar el CO2 marcado en el aire espirado y confirmar la presencia de la bacteria.