Los mamíferos necesitan el contacto estrecho con su madre, y un ejemplo claro es durante la alimentación (lactancia materna). Este fenómeno no debe ser anecdótico ni casual porque es lo que evolutivamente nos ha hecho sobrevivir ¿Por qué la alimentación y el contacto piel con piel forman parte de un mismo acto? Probablemente, porque la nutrición física no se puede separar de la nutrición emocional.

¿El contacto piel con piel, desde cuándo?

Un acontecimiento importante en la evolución de los mamíferos fue la placentación, el desarrollo interno del feto, y la atención prolongada después del parto fue un acto necesario para garantizar la supervivencia hasta la edad reproductiva.

Estamos envueltos durante nueve meses por las paredes uterinas y alimentados de manera continua por el cordón umbilical. La madre acoge y alimenta incondicionalmente, con un contacto estrecho y en una atmósfera placentera para el bebé.

Por lo tanto, desde un punto de vista antropológico, del desarrollo, y avalado por numerosos estudios científicos, el momento más adecuado para iniciar el contacto piel con piel es desde el nacimiento.

De hecho, hay múltiples estudios clínicos que avalan los múltiples beneficios de mantener un contacto estrecho madre-hijo o piel con piel durante las dos primeras horas tras el parto, ya sea natural o cesárea.
Estudios científicos también describen que los bebés prematuros que reciben contacto piel con piel continuo disminuyen la incidencia de apneas, la incidencia de infecciones y aumenta su ganancia ponderal.

Es un acto tan sencillo y barato y, a la vez, tan eficaz y con tantos beneficios que, la OMS (Organización Mundial de la Salud), en una de sus publicaciones, muestra un resumen de los beneficios inmediatos y a largo plazo del contacto precoz piel con piel entre la madre y su recién nacido.

Las dos primeras horas de vida del bebé

Tras el parto los bebés presentan un estado llamado de alerta tranquila. Permanecen despiertos, con los ojos abiertos que les permite reconocer el olor materno y buscar reptando el pecho de la madre e iniciar la succión. Estas conductas innatas se desarrollan cuando son colocados piel con piel con su mamá. Es un periodo precioso y que forma parte de su desarrollo y que no se vuelve a repetir.

Beneficios inmediatos del contacto piel con piel

Si el bebé no requiere cuidados médicos inmediatos y urgentes, poner al bebé en el torso desnudo de la mamá es una de las prácticas más beneficiosas y placenteras para madre e hijo que podemos ofrecer. Es importante saber que el contacto piel con piel las dos horas inmediatas tras el nacimiento, se puede realizar, sin inconvenientes, en partos vaginales o por cesárea.

Los beneficios a corto plazo serían

  • Instauración de la lactancia materna efectiva y una correcta subida de la leche materna.
  • El bebé puede regular mejor su temperatura con el contacto piel con piel.
  • La madre presenta un pico de oxitocina que favorece el vínculo afectivo con su hijo y un sólido apego.
  • Los bebés lloran menos y están relajados.
  • Presentan menos apneas (paradas de la respiración), sobre todo en bebés prematuros.
  • Presentan mayor estabilidad cardiorrespiratoria.
  • Se consiguen niveles de glicemia (glucosa en la sangre) e iones con mayor rapidez.
  • La madre tiene una sensación de bienestar.
  • Disminuye el tamaño del útero por la secreción de oxitocina y se produce más fácilmente la salida de calostro.
  • Hay menor incidencia de dolor durante la ingurgitación mamaria relacionada con la subida de la leche a los tres o cuatro días.
  • La madre experimenta menor nivel de ansiedad.

Beneficios a largo plazo

El contacto piel con piel, si bien es imprescindible en las dos horas tras el parto, es un momento exquisito entre madre e hijo durante los primeros meses de vida, así como durante todo el ingreso hospitalario en los bebés prematuros. Sus beneficios serían:

  • Mayor probabilidad de éxito y duración de la lactancia materna.
  • Reduce la irritabilidad y el llanto del bebé.
  • Disminuye la incidencia de apneas y mejora la ganancia de peso en los recién nacidos prematuros.
  • Fortalece el vínculo y la comunicación entre padres e hijos.
  • Ayuda en las alteraciones emocionales de la madre tras el parto.
  • Favorece al sistema inmunológico y neurológico del bebé.
  • Nutre emocionalmente al bebé: se siente contenido, querido y aceptado.

Definitivamente, los beneficios del contacto piel con piel son para todos los recién nacidos, relacionándose con factores esenciales para la supervivencia neonatal: alimentación, regulación de la temperatura y fortalecimiento del vínculo materno-infantil. Estos argumentos son suficientemente sólidos para facilitar y recomendar el contacto estrecho en todos los partos sin complicaciones.

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Lo que debes saber…

    • Si el bebé no requiere cuidados médicos inmediatos y urgentes, ponerle en el torso desnudo de la mamá para tener contacto piel con piel, es una de las prácticas más beneficiosas y placenteras para ambos que podemos ofrecer.
    • Hay múltiples estudios clínicos que avalan los múltiples beneficios de mantener un contacto estrecho madre-hijo durante las dos primeras horas tras el parto, ya sea natural o cesárea.
    • En prematuros, estudios científicos describen que los bebés que reciben contacto piel con piel continuo reducen la incidencia de apneas e infecciones y aumentan su ganancia ponderal.