El aseo del bebé es necesario para una buena salud. Cada parte del cuerpo necesita unos cuidados e higiene específica que debe tenerse en cuenta, y más aún, en el caso de un recién nacido.

El baño

El bebé no se puede sumergir completamente en el agua de la bañera hasta unas 48 horas después de la caída del cordón umbilical. Durante estos dos días en que no se puede bañar al bebé, su higiene diaria se debe realizar con una esponja empapada con agua tibia, limpiando todo su cuerpo excepto la zona del cordón umbilical. También se puede utilizar leches limpiadoras específicas que venden muchas marcas comerciales.

Se puede empezar a bañar al bebé en el momento en que el cordón umbilical se ha caído y ha cicatrizado por completo. Las principales instrucciones para este primer baño son:

  • El jabón: su uso no es imprescindible aunque sería recomendable en el área del culito para mejorar su aseo. La mejor opción es un jabón específico para bebés o recién nacidos o un gel sin jabón que limpia sin dañar la delicada piel del bebé.
  • El agua: debe estar a temperatura corporal de unos 37 ºC.
  • Cómo secar al bebé: tras el baño se debe secar con delicadeza al recién nacido, a toques, dejando bien secos los pliegues, el culito y entre los dedos. De esta manera, se previenen irritaciones e infecciones. Los recién nacidos nacen cubiertos de una capa grasa que los protege: lavérnix caseosa. Normalmente, durante los primeros días quedan restos de la misma. No hay que intentar retirarlos de manera brusca, ya irán desapareciendo y absorbiéndose por la piel con el paso de los días.
  • El baño como rutina: se recomienda el baño diario, como una rutina más del bebé. Debería ser un momento para disfrutar y para que el pequeño se relaje y estreche vínculos con los padres. Se puede aprovechar el baño para estimular al recién nacido, por ejemplo, cantando canciones que hablen del agua y del jabón.

Higiene específica

Cada parte del cuerpo necesita unos cuidados e higiene específica que debe tenerse en cuenta, y más aún, en el caso de un recién nacido.

El cordón umbilical

El resto de cordón umbilical, que permanece en el bebé tras el nacimiento, cae durante las 2-4 primeras semanas de vida. Ser escrupuloso y metódico con la cura del cordón nos puede ahorrar muchos problemas así como asegurar una correcta cicatrización.

El cordón se cura un par de veces al día con una gasita y alcohol de 70º. No hay que tener miedo a hacer daño al niño ya que el cordón no tiene sensibilidad. En cada cambio de pañal se debe prestar especial atención al cordón, evitando que se depositen secreciones (heces o pipí) en esa zona.

No se debe acelerar la caída del cordón, debe caer solo y no se debe hacer caso a todo lo que el “saber popular” aconseja para mejorar la estética del ombligo del bebé, ya que puede provocar infecciones que dejan cicatrices peores y complican la salud del bebé.

El cabello

La higiene del cabello forma parte del la hora del baño.

Se deben utilizar champús poco agresivos específicos para bebés. Después, se debe peinar el cabello con cepillos adecuados de cerdas blandas. No se recomienda poner colonia en el cabello al recién nacido ya que puede molestarle o irritarle el olor tan fuerte, sobre todo si lleva alcohol. La colonia puede ponerse en la ropita y conseguirá el mismo efecto.

En caso de que el bebé tenga costra láctea (pequeñas descamaciones grasas en el cuero cabelludo), aplícale aceite de almendras u otro producto específico para costra láctea en el cuero cabelludo durante 10 minutos y retíralo con el champú; después peina el cabello intentando retirar la descamación sin irritar el cuero cabelludo.

La piel

Tras el baño, lo mejor es hidratar la piel. Muchos recién nacidos descaman la piel, sobre todo, en tobillos y muñecas. La piel de los recién nacidos tiende a escamarse y es muy fina y delicda, porque aún no posee la estructura protectora típica de las pieles de los adultos.

Se deben usar aceites vegetales (aceite de almendras o caléndula) o bien cremas hidratantes específicas para el bebé, hipoalergénicas y, preferiblemente, sin parabenos ni perfumes.

Puede aprovecharse el momento de la hidratación para realizar un buen masaje al bebé. El masaje infantil estrecha los vínculos entre padres e hijos, aumenta la inmunidad y relaja al recién nacido. Las caricias tranquilizan al bebé al tiempo que nuestra cercanía estimula sus sentidos, no sólo el del tacto. El bebé duerme más tranquilo y come mejor después del masaje. Los masajes alivian los gases que causan molestias al bebé. Se refuerzan vínculos y se comparte un tiempo fabuloso. Además, tocar al bebé favorece su desarrollo. Por otro lado, tiene la cara irritada por la baba hay cremas específicas en el mercado.

El culito

El recién nacido necesita mantener bien limpia y seca la piel del culito para evitar irritaciones. Se debe minimizar el uso de toallitas y priorizar, en cambio, el uso de la esponjita con agua tibia o una leche limpiadora específica. Las toallitas húmedas pueden irritar pero son un buen recurso cuando se está fuera de casa.

  • En los niños: se deben limpiar todos los pliegues y secarlo bien sin frotar.
  • En las niñas: es importante limpiar siempre de delante hacia atrás, con el fin de no transportar los residuos de las heces hacia la vagina y, sin presionar, lavar bien la zona entre los labios mayores y menores. Por último, secar sin frotar.

 

La nariz

Si el bebé tiene mucosidad o secreciones se debe realizar un lavado nasal con suero fisiológico. Recuesta al niño boca arriba y gírale la cabeza hacia un lado. Aplícale el suero en el orificio nasal superior y repite la operación en el otro orificio, girándole la cabeza hacia el otro lado. Incorpora al niño para que termine de expulsar las mucosidades. Nunca utilices bastoncillos de algodón para limpiar la nariz.

Las orejas

Existe la tradición de utilizar bastoncillos de algodón para limpiar los conductos auditivos externos de los bebés. Muchos otorrinos alertan del peligro de su uso ya que, introducir el bastoncillo, no limpia sino que introduce todavía más el cerumen y puede causar alguna pequeña herida o infección.

Por lo tanto, las orejas se deben mantener limpias y secas por fuera, no por dentro, ya que la cera que produce ya es una protección natural.

Las uñas

Las uñas del recién nacido se deben cortar cuando estén largas, con una tijera especial de punta redondeada o bien limarlas con una lima suave. Tener especial cuidado en cortar las uñas rectas y no lesionar la piel del dedo.

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Riesgos de la falta de higiene en los recién nacidos

No asear correctamente al recién nacido puede acarrear problemas de salud. Así como el exceso de higiene es malo, su ausencia, tampoco nos beneficia.

  • Las uñas largas y sucias pueden favorecer los arañazos en piel, ojos y mucosas pudiendo ser un foco, no solo de heridas y malestar, sino también de una vía de entrada de gérmenes, pudiendo causar infecciones.
  • Mantener la vía respiratoria limpia y sin mucosidad favorece el bienestar, el descanso nocturno del bebé y favorece la buena succión para alimentarse correctamente.
  • El área del pañal debe asearse diariamente con agua y jabón para evitar irritaciones, sobreinfecciones cutáneas o bien del sistema genitourinario.
  • Las medidas de higiene son imprescindibles para mantener el cordón umbilical limpio. Las infecciones del cordón umbilical, llamadas onfalitis, son potencialmente muy graves en el neonato y siempre requieren ingreso hospitalario y antibióticos endovenosos.

 

Lo que debes saber…

  • El bebé no se puede sumergir completamente en el agua de la bañera hasta unas 48 horas después de la caída del cordón umbilical.
  • Una vez caído el cordón umbilical, se puede realizar el primer baño del bebé poniendo especial atención en la temperatura del agua, el jabón utilizado y el secado del bebé.
  • La higiene de los recién nacidos debe realizarse con delicadeza y dedicando un tiempo a cada parte del cuerpo: cabello, orejas, nariz…