¿Qué es?

El testículo está recubierto por varias capas que lo protegen:

  • Túnica albugínea, la más interna, de la cual salen los tractos fibrosos que compartimentan la gónada.
  • Túnica vaginal, una serosa que lo recubre con dos capas, la vaginal y la parietal.
  • Fascia espermática interna, de tejido fibroso.
  • Músculo cremáster, que se encarga de retraer el testículo.
  • Fascia espermática externa, también de tejido fibroso.
  • Tejido subcutáneo.
  • Músculo dartos, músculo muy delgado adherido al escroto que lo retrae y ayuda así a regular la temperatura escrotal.
  • Escroto, capa de piel que envuelve el resto de las estructuras escrotales.

Cuando por diversos motivos se acumula líquido entre las dos capas de la túnica vaginal, produciendo un aumento del tamaño escrotal, se dice que el paciente padece un hidrocele.

¿Cómo se produce?

El hidrocele es una acumulación benigna de líquido en el saco escrotal. En ocasiones también se produce alrededor del conducto espermático. Puede desarrollarse de forma aguda secundaria a un traumatismo testicular, una hernia inguinal, radioterapia, una orquitis, una epididimitis tuberculosa o una neoplasia testicular. El hidrocele crónico es más común y suele afectar a varones de más de 40 años.

El hidrocele congénito comunicante, propio de recién nacidos y niños, se debe a que la túnica vaginal es permeable y comunica con la cavidad peritoneal a través del conducto peritoneovaginal, que no se ha cerrado adecuadamente.

Síntomas

El principal síntoma del hidrocele es el aumento de tamaño del escroto. No causa dolor y a lo sumo, si es de gran tamaño, puede causar molestias al rozar con los muslos.

Diagnóstico

El diagnóstico se basa en la exploración física, en la que se palpará un escroto aumentado de tamaño con consistencia líquida en su interior. Al aplicar una fuente de luz al escroto ésta lo traspasará. Se debe explorar adecuadamente el escroto para descartar la presencia de una masa tumoral, una infección o una posible hernia.

La ecografía escrotal permitirá realizar el diagnóstico de certeza.

Tratamiento

Los hidroceles congénitos suelen resolverse por sí solos antes del año de edad; más allá de esa edad, el cierre es improbable.

El tratamiento definitivo del hidrocele es quirúrgico. En los niños se cierra el proceso de comunicación entre el peritoneo y la túnica vaginal, mientras que en los adultos se realiza una eversión de la túnica vaginal tras drenar el líquido y se suturan los bordes de la túnica para evitar que se reproduzca.

Otra opción terapéutica es aspirar el líquido mediante una punción e instilar a continuación una sustancia esclerosante que una ambas capas de la túnica vaginal. Es una técnica menos agresiva, pero presenta recidivas con mayor frecuencia.

Medidas preventivas

No existen factores de riesgo para esta enfermedad, con lo cual no hay medidas preventivas específicas para evitarla.