Falta de hierro

El hierro es un mineral que en el anciano está disminuida su absorción, pero no es frecuente el déficit. Las necesidades de este mineral en mayores de 60 años son de 10 mg/ día. Por tanto, sólo es necesario aumentar los requerimientos en casos de mala absorción y gastrectomizados (tienen el estómago reseccionado y producen menos cantidad de jugo gástrico). La principal fuente de este mineral son los alimentos de origen animal que contienen el hierro hemo (pescado azul, huevo, carne). Los vegetales (legumbres) también contienen hierro pero en forma no hemo, menos absorbible.

Falta de Sodio

El sodio y el potasio son dos minerales que regulan el agua en el organismo. El anciano no tiene deficiencias de estos dos minerales, pero por el uso de fármacos o problemas del riñón, la absorción de estos dos minerales puede alterarse y producir trastornos. Por todo ello es muy importante vigilar los niveles en estos casos.

Los requerimientos diarios son de 1600-2000mg de potasio y 2-3 gr de sodio al día. Cuando no existe una enfermedad justificada (Hipertensión, enfermedad cardiaca) no se recomienda comer sin sal. Además, las comidas sin sal, pueden provocar en el anciano una disminución de la ingesta y un rechazo por considerarla insípida.

Falta de Calcio

Respecto al calcio, su absorción en el anciano está disminuida, por ello, los requerimientos diarios están aumentados. Se recomienda entre 1200-1500 mg/ día de calcio para disminuir el riesgo de osteoporosis. En la mayor parte de los ancianos resulta difícil conseguir estas dosis a través de la dieta. Aún así, disponemos de grandes fuentes de calcio a través de los alimentos. Los más ricos en este mineral son principalmente los lácteos y sus derivados (yogur, queso,..). También se encuentra en otros alimentos (las espinas del pescado, sésamo,…).

Como consecuencia, en muchos casos es recomendable suplementar con calcio junto con vitamina D para favorecer la absorción.

Con la edad, en general, no se altera la absorción del fósforo y del magnesio. Si existe déficit de estos minerales se asocia a alguna enfermedad.

Falta de Zinc

Respecto al zinc, la ingesta en los ancianos suele ser inferior a sus recomendaciones. Su déficit se asocia a una disminución de la inmunidad y de la cicatrización de las heridas, así como a una pérdida del gusto que disminuye todavía más la ingesta de alimentos. Este mineral lo encontramos en el pescado, carne, huevos, nueces, pan integral,.

Falta de Agua

El agua es un nutriente muy importante en las personas mayores. En estas edades existe un mayor riesgo de sufrir deshidratación debido a: la disminución del contenido de agua del cuerpo, menor sensación de sed, temor a beber por problemas de incontinencia y aumento de las necesidades por diferentes enfermedades. Por todo ello, La ingesta de líquidos (agua, zumo, sopa, infusión…) y la reposición hídrica adecuando las pérdidas es fundamental en el anciano.