La mononucleosis, también llamada la “enfermedad del beso” es una infección originada por un virus llamado Epstein-Barr que pertenece a la misma familia que los virus herpes. Es una infección muy frecuente en la infancia y en la adolescencia, leve en la mayoría de casos.

¿Cómo se contagia?

La causa más frecuente es la infección por el virus Epstein-Barr, aunque en algunos casos la enfermedad puede estar causada por otro virus llamado citomegalovirus. El contagio se produce de persona a persona a través de la saliva y por las secreciones nasales u oculares. Ahora se sabe que puede afectar a niños y a adultos.

Síntomas

El grado de afectación puede ser muy variable, desde tener una  infección asintomática, es decir, sin síntomas pero con capacidad para contagiar a otros. Pero también puede ser sintomática y generar reacciones más intensas y graves. En este caso suele ser más típico en adolescentes y adultos jóvenes. Cuando la infección se manifiesta de forma leve, el niño muestra algo parecido a un cuadro catarral. Mientras que en los adolescentes es más frecuente experimentar dolor de garganta intenso e inflamación de las amígdalas que quedan recubiertas de una capa blanca.

Entre los síntomas más habituales que produce la mononucleosis encontramos:

  • Dolor de garganta, fiebre e inflamación de los ganglios linfáticos.
  • Inflamación de ganglios y posible inflamación del bazo y el hígado.
  • Astenia intensa o sensación de estar cansado.
  • Pérdida de apetito.
  • Debilidad.

Diagnóstico

El diagnóstico de confirmación se realiza mediante una analítica de sangre que evidencia la presencia de un tipo de linfocito activado típico de la mononucleosis infecciosa. La prueba de anticuerpos heterófilos será positiva para la mononucleosis y mediante serología el médico puede confirmar la presencia del virus en la sangre.

Tratamiento y recuperación de la mononubcleosis

  • Como es una enfermedad viral el tratamiento es sintomático y no sirven de nada los antibióticos.
  • Los medicamentos que se usan son para bajar la fiebre, calmar el dolor de garganta y aliviar el malestar.
  • Se recomienda que el niño haga reposo durante un mes y tome mucho líquido .
  • En los casos donde la inflamación de las amígdalas es muy grave también se pueden utilizar corticoesteroides.

Se puede volver a la actividad normal cuando el niño esté completamente recuperado. Se debe tener en cuenta que, aunque la fiebre pueda durar solo una semana, el niño no estará del todo recuperado hasta pasadas 3 semanas. Mientras que, en algunos adolescentes o adultos jóvenes, la sensación de cansancio puede durar meses.

Por último, si el niño tiene el bazo muy inflamado se recomienda no hacer deportes de contacto que puedan ocasionar golpes o lesiones abdominales, ya  que si el bazo es muy grande hay un alto riesgo de ruptura tras un golpe.