Es una enfermedad multifactorial que conduce a la destrucción progresiva y localizada de los tejidos duros del diente. Es la patología con mayor prevalencia en la boca y la primera causa de consulta odontológica, siendo los tratamientos de caries los más habituales en las clínicas dentales.

Se considera enfermedad multifactorial ya que es consecuencia de la interacción de varios factores. Los factores involucrados en la aparición de la caries son el huésped, los microorganismos y la dieta, así como el tiempo que se interrelacionan los tres primeros.

La caries aparece cuando las condiciones de cada factor son favorables a la cariogenicidad. Habrá un huésped susceptible, unos microorganismos cariogénicos y una alimentación favorecedora con una interrelación durante un tiempo suficiente.

Huésped

Cuando hablamos del huésped nos referimos no únicamente a los dientes (con su morfología, disposición, composición), sino también al medio oral que presenta el individuo y su predisposición genética a sufrir caries. La complejidad morfológica del diente y los defectos estructurales del esmalte del diente pueden marcar una mayor susceptibilidad a padecer caries. Los apiñamientos dentarios o las malposiciones dentarias son factores que dificultan la higiene dentaria y predisponen por tanto a la caries.

La saliva actúa como agente protector por su efecto moderador del pH bucal, por el poder remineralizador del esmalte y por agentes defensores que contiene.

Los microorganismos

La caries una enfermedad infecciosa y por tanto inducida por microorganismos. El streptococo mutans, lactobacillus y actinomices se han relacionado como agentes responsables entre algunos otros de la caries. Estos microorganismos se encuentran de forma habitual en la boca pero es la interrelación con el resto de factores que favorece su acción cariogenica.

Alimentación

Los hidratos de carbono son el elemento fundamental que utilizan los microorganismos para la producción de ácido que agrede al esmalte. Los hidratos de carbono son parte básica de la alimentación habitual son la glucosa, sacarosa, lactosa, fructosa, galactosa y almidón. Presentes en frutas, pastas, lácteos, pan, cereales, etc.

La adhesividad, la textura, la solubilidad son propiedades físicas de los alimentos que influyen en su potencial cariogenico. Los productos que son viscosos o pegajosos pueden quedar retenidos en la superficie dentaria aumentando el riesgo de caries. La textura del alimento duro requiere una masticación más vigorosa lo cual estimula el flujo de saliva que con su efecto amortiguador sobre el pH tras las ingesta protege al diente.

Tiempo de interacción

Este factor es clave en la aparición de la caries. Por tiempo de interrelación se entiende al tiempo necesario que el alimento debe permanecer en relación con el diente, para mantener un medio ácido constante en la placa de microorganismos para que se produzca la desmineralización del esmalte. A mayor interrelación mayor cariogenicidad.

¿Cómo se produce la caries?

La placa microbiana comienza a acumularse en los dientes a los 20 minutos de la ingestión de alimentos, que es el tiempo en el que se presenta la mayor actividad bacteriana utilizando los hidratos de carbono de los alimentos para producir ácido que desmineralizan el esmalte.

La saliva tarda como mínimo unos 20 minutos en corregir el pH bajo (ácido). La presencia de placa bacteriana o sarro de manera continuada y su acción sobre el esmalte facilitara la aparición de las caries y su progresión.

Una vez la caries destruye el esmalte avanzará hacia la dentina y finalmente sí no se trata llegará hasta la pulpa. La afectación pulpar implicará una reacción inflamatoria y dolor de muelas debido al abundante contenido de terminaciones nerviosas. Las molestias o sensibilidad pueden aparecer antes de la lesión de la pulpa dental.