La anestesia inhibe, de forma reversible, la conducción nerviosa y bloquea el dolor durante un cierto periodo de tiempo para que el odontólogo puede llevar a cabo el tratamiento que necesita el paciente. En Odontología podemos utilizar diferentes técnicas de anestesia:

Anestesia local

Es la más empleada, sobre todo en tratamientos como obturaciones, endodoncia, tratamiento periodontal de cuadrantes, colocación de implantes o carillas estéticas…

Su duración aproximada es de 2 horas, pero dependerá, entre otras cosas, del tipo de anestésico empleado y de la cantidad de anestesia. La anestesia local puede ser de dos tipos: tópica o infiltrativa.

Anestesia tópica

Se comercializa en forma de crema, spray o gel. Se puede administrar mediante una torunda sobre la mucosa o bien directamente en spray. El principio activo más empleado en esta presentación es la lidocaína, en diferentes concentraciones.

Su papel fundamental es minimizar el dolor del pinchazo de la anestesia infiltrativa. Así mismo puede ser útil para evitar el reflejo de nauseas que se desencadena al tomar las impresiones y para aliviar el dolor de pequeñas lesiones de la mucosa oral. En pocos procedimientos dentales se emplea como anestesia única.

Anestesia infiltrativa

Emplea el uso de jeringa y puede administrarse en la base de un diente (infiltrativa) o en una región dental más amplia (anestesia de bloqueo regional). Su efecto suele durar unas 3 horas, aproximadamente.

En el maxilar superior es más frecuente el empleo de la anestesia infiltrativa del diente único, sin embargo, en caso de realizar un tratamiento amplio es preferible emplear un bloqueo regional. En caso de tratamiento de dientes mandibulares suele emplearse el bloqueo regional con más frecuencia, especialmente el bloqueo del nervio dentario inferior que anestesia media lengua y media arcada mandibular.

Anestesia general

Es poco empleada ya que deja al paciente inconsciente. No obstante, es muy útil en caso de cirugía o tratamientos de cierta magnitud, como implantes dentales o cirugía de la muela del juicio.

También se utiliza con pacientes que padecen ciertas patologías como temblores y trastornos de movimiento que les impiden permanecer quietos. También en pacientes que sienten miedo o ansiedad cuando van al dentista, incluso, fobia, así como trastornos de conducta.

Sedación

La más utilizada es la sedación con óxido nitroso que se administra en forma de inhalación con mascarilla, dejando al paciente dormido por un breve espacio de tiempo.

Anestesia controlada

Se trata de un método dispensador de anestesia que regula el flujo y la presión de la inyección de anestesia durante el tratamiento con el instrumental odontológico estando conectado al mismo.

Riesgos de la anestesia

Como en todos los procedimientos podemos encontrarnos con casos en los que exista contraindicación al uso de anestésicos (por alergia, incompatibilidad, intolerancia…) en cuyas situaciones debe optarse, por ejemplo, por la sedación.  Así mismo debemos considerar la medicación que toma el paciente, sus posibles interacciones medicamentosas y su excreción urinaria (ojo con los pacientes dializados).

No olvidemos que el acto de anestesiar también implica la asunción de un riesgo añadido como puede ser el daño nervioso del nervio infiltrado (el efecto adverso más temido) o una reacción anafiláctica.

El odontólogo valorará cada caso individualmente para determinar el tipo de anestesia odontológica más indicada para el procedimiento a realizar en cada paciente. Por supuesto, en caso de niños o embarazadas la dosis y la anestesia empleada deberá ser específicamente seleccionada.

Lo que debes saber…

  • Existen diferentes técnicas de anestesia para realizar un tratamiento oral.
  • La anestesia local es la más empleada con diferencia. También se puede utilizar la sedación y un nuevo sistema innovador de anestesia controlada.
  • Es importante valorar alergias y medicamentos que pueda tomar el paciente.