La prestigiosa revista científica Nature Genetics ha publicado recientemente un estudio científico llevado a cabo por un equipo internacional de investigadores, entre otros por Investigadores del Hospital Clínic-IDIBAPS de Barcelona, sobre el mapa genómico de la leucemia linfática crónica (LLC). Estudiando a 1.148 pacientes con LLC durante más de cuatro años, con nuevas herramientas bioinformáticas, se han identificado más de 200 genes que cuando mutan pueden causar o hacer progresar la enfermedad. Este conocimiento puede ayudar a conocer el pronóstico de la enfermedad en cada paciente y a definir la estrategia terapéutica en cada caso.

¿Cómo se diagnostica la leucemia linfática crónica?

En muchos casos los pacientes están asintomáticos cuando se detecta la enfermedad y puede ser un diagnóstico casual al detectarse en una analítica de rutina este aumento de linfocitos (linfocitosis). Estos linfocitos son linfocitos B anómalos que expresan unos marcadores específicos que se estudian con una técnica denominada citometría de flujo a través de un simple análisis de sangre.

Estos linfocitos infiltran la médula ósea, por lo que en casos avanzados se puede producir una disminución de las otras series sanguíneas que se fabrican en esta médula ósea y causar una anemia (disminución de glóbulos rojos o hematíes) o una trombocitopenia/plaquetopenia (disminución del número de plaquetas que aumenta el riesgo de sangrado).

También pueden infiltrar ganglios linfáticos, hígado y bazo produciendo un aumento del tamaño de estos órganos; pueden afectarse otros órganos como la piel, el riñón o el pulmón que es lo que se conoce como “afectación extranodal”. Para valorar el grado de afectación por la enfermedad suele realizarse una biopsia de médula ósea y una TAC (tomografía axial computarizada) o una tomografía por emisión de positrones (PET).

¿Cuál es el pronóstico de la enfermedad?

El grado de afectación, la edad del paciente y especialmente la presencia de determinadas mutaciones en estos linfocitos, que se estudian por técnicas citogenéticas o moleculares, son factores que determinan el pronóstico de la enfermedad.

Por otra parte, estos linfocitos B alterados son incapaces de cumplir su función inmunitaria por lo que los pacientes con LLC tienen un mayor riesgo de sufrir infecciones; también tienen un riesgo incrementado de sufrir otros cánceres (como cáncer de piel, de pulmón o digestivo).

Puede asociarse a complicaciones autoinmunes como, por ejemplo, a anemia o trombocitopenia autoinmune, es decir, no causada por la infiltración de los linfocitos en la médula ósea sino por una destrucción por anticuerpos de los glóbulos rojos y/o plaquetas que requiere tratamiento con corticoides.

La LLC puede crecer lentamente y tener un buen pronóstico, aunque en algunos casos puede ser rápida y agresiva por lo que la tasa de supervivencia para las personas con LLC varía ampliamente, según el estadio de la enfermedad. La probabilidad de estar vivo a los 5 años es del 87%, aunque esta estimación probablemente no refleje el resultado de la aplicación de los nuevos tratamientos.

¿Cuándo y cómo se trata?

Al ser una “leucemia crónica” que puede presentar una evolución muy lenta, el tratamiento sólo se inicia si el paciente presenta síntomas (cansancio marcado, fiebre, sudoración nocturna o pérdida de peso significativa) o un crecimiento masivo o progresivo en el tamaño de los ganglios linfáticos, del hígado o del bazo, o un recuento de linfocitos que crece rápidamente, o una afectación extranodal que provoca síntomas o una alteración de función del órgano afectado, o si se detecta una anemia o trombopenia importantes. En el resto de los casos se realiza únicamente un seguimiento clínico.

¿Hay nuevos tratamientos?

La investigación, como la mencionada previamente, abre la puerta a nuevas alternativas terapéuticas que actualmente están en estudio y que son tratamientos más específicos, más dirigidos a la erradicación selectiva de los linfocitos tumorales y que intentan modificar la evolución de la enfermedad. Así, mientras que el tratamiento clásico de la LLC se basaba hasta hace poco en esquemas de quimioterapia que combinan el uso de distintos fármacos (clorambucilo, ciclofosfamida, bendamustina o fludarabina), en estos momentos el tratamiento inicial de la LLC suele incluir el uso de una clase distinta de medicamentos:

  • Inhibidores de la tirosina quinasa de Bruton covalentes: Ibrutinib, acalabrutinib, zanubrutinib.
  • Inhibidor BCL-2: Venetoclax.
  • Anticuerpos monoclonales : rituximab, obinutuzumab.

Otro grupo de fármacos nuevos que pueden usarse en casos de no respuesta o progresión a una primera línea de tratamiento son:

  • Inhibidores de la tirosina quinasa de Bruton no covalentes: Pirtobrutinib.
  • Inhibidores PI3K: Duvelisib, idelalisib.

El tratamiento de soporte requiere la prevención y el tratamiento de las infecciones (vacunaciones, antibióticos…) y, en ocasiones, la transfusión de concentrados de hematíes o de plaquetas.
Algunos casos pueden beneficiarse de un trasplante de médula ósea a partir de un donante, no aplicable en la mayoría de los pacientes a causa de su edad o presencia de otras enfermedades.

Lo que debes saber…

  • La leucemia linfática crónica es la leucemia más frecuente en los países occidentales en la edad adulta. Se llama “leucemia linfática” porque consiste en un aumento patológico de un tipo de leucocitos llamados linfocitos B y “crónica” porque suele progresar muy lentamente.
  • Mientras que el tratamiento clásico de la LLC se basaba hasta hace poco en esquemas de quimioterapia que combinan el uso de distintos fármacos, en estos momentos el tratamiento inicial de la LLC suele incluir el uso de una clase distinta de medicamentos.
  • Esta enfermedad puede crecer lentamente y tener un buen pronóstico, aunque en algunos casos puede ser rápida y agresiva, por lo que la tasa de supervivencia para las personas con LLC varía ampliamente, según el estadio de la enfermedad.

 

Bibliografía

  • Knisbacher, B.A., Lin, Z., Hahn, C.K. et al. Molecular map of chronic lymphocytic leukemia and its impact on outcome. Nat Genet 54, 1664–1674 (2022).
  • NCCN Clinical Practice Guidelines in Oncology. Chronic lymphocytic leukemia/Small lymphocytic lymphoma, versión 2023.
  • Hampel, P.J., Parikh, S.A. Chronic lymphocytic leukemia treatment algorithm 2022. Blood Cancer J. 12, 161 (2022).