Las manos, los brazos, las piernas y los pies son partes de nuestro organismo que están ricamente inervadas, es decir, disponen de muchas terminaciones nerviosas que nos permiten movimientos preciosos y coordinados. Por este motivo, cualquier alteración mínima que se produzca en las terminaciones nerviosas puede causar una sensación de entumecimiento u hormigueo, que en el lenguaje médico llamamos parestesias.

Los nervios están formados por las diferentes fibras nerviosas que surgen a diferentes alturas de la médula espinal, las raíces nerviosas. En función de si la afectación es de una raíz nerviosa concreta o varias o bien de un nervio, la sensación de hormigueo variará, tanto en su intensidad como en su distribución.

Según dónde se localiza

La sensación de hormigueo puede ser localizada, en la porción de piel de las extremidades superiores o inferiores que dependa de un nervio en concreto. Pero también puede ser más generalizada, a nivel de toda la mano o todo el pie, de manera unilateral o bilateral.

En función de la distribución de la sensación de adormecimiento, de la duración y de la afectación unilateral o bilateral la sospecha diagnóstica de la causa será diferente, apuntando hacia una afectación más localizada, por compresión o irritación de uno más nervios en concreto, o bien existir una afectación periférica de los nervios por una enfermedad sistémica. Muy rara vez en entumecimiento de pies o manos es debido a afectaciones cerebrales o medulares.

13 Causas que provocan hormigueo

Algunas de las causas que pueden provocar la sensación de entumecimiento en manos o pies pueden ser:

Compresión nerviosa

Se debe a que los nervios que salen de la médula espinal atravesando la columna vertebral se ven comprimidos en algún punto de su recorrido, como puede ser a causa de una hernia discal a nivel de la columna cervical o lumbar, un aplastamiento vertebral o una masa que comprima el nervio en una región más o menos concreta, como puede ocurrir en el caso del síndrome del túnel carpiano o del codo de tenista. En función de las raíces nerviosas o nervios afectados la distribución del hormigueo seguirá un patrón diferente.

Por la posición

Las posiciones anómalas o forzadas de piernas o brazos pueden comprimir a los nervios y consecuentemente provocar una sensación de hormigueo. A todos se nos ha quedado dormido un pie o una pierna al estar sentados mucho rato en una posición forzada, o hemos amanecido con el brazo entumecido e insensible tras habernos dormido sobre él.

Quiste sinovial

Puede darse en cualquier de las articulaciones de las manos o lo pies. Se presenta como un pequeño nódulo en la piel que contiene líquido sinovial, el líquido propio que la articulación produce para favorecer los movimientos entre los diferentes huesos que conforman la articulación. Si este quiste es de un tamaño considerable puede comprimir las estructuras adyacentes, entre ellas los nervios, lo cual pude causar hormigueo en manos y pies.

Por fractura

Cuando tenemos una fractura que requiere una inmovilización prolongada mediante un yeso o una férula se produce una ligera compresión tanto de los vasos sanguíneos como de los nervios, que puede provocar sensación de acorchamiento en varios de los dedos de las manos o los pies.

Riego sanguíneo

Las alteraciones del riego sanguíneo de las arterias y las venas por compresiones externas, por placas de ateroma, por varices o por otras causas pueden dificultar el aporte de sangre y oxigenación en las partes más distales del cuerpo, es decir, manos y pies, lo cual pude causar dolor, así como hormigueos en las manos y los pies en mayor o menor medida en función de los vasos afectados y la magnitud del caudal sanguíneo que esté comprometido.

Déficit de vitaminas

El déficit de algunas vitaminas, sobre todo las vitaminas B1, B6, B12 o E, que son necesarias para la formación de la mielina que recubre los nervios, puede causar alteraciones en los nervios de manos y pies que conlleven hormigueos y alteraciones de la sensibilidad en manos y pies, además de otros síntomas asociados.

La polineuropatía periférica

Consiste en alteraciones de los nervios que provocan dolor, hormigueo, falta de fuerza o ausencia de sensibilidad en algunas regiones específicas, como pueden ser las manos o los pies. Por ejemplo, el síndrome de Guillain-Barré se caracteriza por una inflamación de los nervios que provoca debilidad y parestesias en los territorios de los nervios afectados.

Migrañas

En algunas personas la migraña o cefalea viene precedida por síntomas sensitivos que se denominan aura, como son alteraciones visuales, olfativas o del habla, así como entumecimiento de manos o pies.

Enfermedades sistémicas

Algunas enfermedades como la diabetes o el hipotiroidismo pueden afectar, por mecanismos diversos, a los nervios periféricos, lo cual se puede manifestar en forma de hormigueo de manos y pies, entre otras estructuras.

Accidente vascular cerebral

Puede presentarse como una alteración de la sensibilidad en todo un brazo o una pierna de manera unilateral, aunque en general se acompaña de otros síntomas, como desviación de la boca, parálisis facial, alteración del habla, pérdida de fuerza en un brazo o dolor de cabeza.

La esclerosis múltiple

Es una enfermedad autoinmune que provoca una degeneración progresiva de la mielina de las fibras nerviosas cerebrales y medulares y puede manifestarse como parestesias en varias partes del cuerpo, entre ellas manos y pies, junto con otros síntomas, como cansancio excesivo, movimientos involuntarios de los músculos o alteraciones de la memoria

Cardiopatía isquémica

Una angina de pecho o un infarto pueden provocar sensación de hormigueo en el brazo izquierdo y aunque puede aparecer de manera aislada es más habitual que sea más bien una sensación de dolor que se irradia desde el centro del pecho, que se percibe como oprimido, y se acompaña de malestar, sudoración fría o náuseas.

Crisis de ansiedad

Las crisis de ansiedad pueden provocar, entre otros síntomas, entumecimiento en ambas manos, aunque también en piernas, pies o la cara, así como sudoración, palpitaciones, falta de aire o dolor abdominal. Son característicamente bilaterales, a diferencia de la mayoría de las causas anteriormente expuestas.

La mayoría de las veces, pues, la sensación de entumecimiento en manos o pies tiene una causa claramente identificable y la sensación desaparece al poco tiempo. Con todo, si la sensación persiste y no se detecta ninguna causa compresiva evidente que la justifique es importante que nos pongamos en contacto con nuestro médico habitual.

Lo que debes saber…

    • En función de la distribución de la sensación de adormecimiento, de la duración y de la afectación unilateral o bilateral la sospecha diagnóstica de la causa será diferente.
    • La mayoría de las veces, pues, la sensación de entumecimiento en manos o pies tiene una causa claramente identificable y la sensación desaparece al poco tiempo.
    • Muy rara vez en entumecimiento de pies o manos es debido a afectaciones cerebrales o medulares.

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