El uso de fármacos en las personas mayores ha de tener en cuenta las características diferenciales que tiene estos individuos, tanto anatómicas, como metabólicas, funcionales e incluso sociales y de entorno.
Los individuos en edad geriátrica tienen menos capacidad de adaptación ante los cambios y menos reserva fisiológica, factores que conllevan un aumento de su fragilidad. Ante esto el médico deberá ser más prudente, si cabe, al prescribir cualquier medicación y especialmente se deberían tener en cuenta los siguientes puntos:
- Iniciar la prescripción farmacéutica a dosis bajas y, tras monitorizar los efectos deseados e indeseados, valorar el aumento de las dosis de forma paulatina.
- Recomendar fármacos con efecto terapéutico reconocido y evitar su administración por petición del paciente.
- Evitar moléculas consideradas inapropiadas para su uso en la tercera edad.
- Revisar los regímenes terapéuticos de forma regular, para retirar fármacos que ya no sean útiles o que ya hayan cumplido su función.
- Monitorizar tanto como sea necesario los efectos de los fármacos, así como las posibles reacciones adversas.
- Compartir la información entre todos los profesionales de la salud que consulte el paciente, a fin de evitar reacciones adversas por prescripción cruzada o repetida de fármacos.
- Explicar al paciente y a sus cuidadores el porqué de la prescripción, su importancia, lo que se desea conseguir con su administración y qué efectos adversos pueden esperarse. Consensuar en lo posible, conseguir mayor implicación de pacientes y cuidadores y mejorar así la educación para la salud.
- Construir pautas de administración lo más sencillas posible, potenciar la vía oral si es posible y asociar las tomas con actividades cotidianas, como levantarse por la mañana o antes de la comida de mediodía. Conviene dar las pautas por escrito de forma clara e inteligible, teniendo en cuenta los posibles déficits sensoriales.
- Interrogar sobre automedicación, toma de tratamientos sin receta e incluso sobre remedios tradicionales, herbales o alternativos. Estos tratamientos tienen los mismos problemas de interacciones y reacciones adversas que los medicamentos de la medicina habitual.
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