Resumen del contenido
En España 1 de cada 1.000 niños menores de 14 años es diabético y parece que su incidencia está subiendo condicionada probablemente por factores ambientales y genéticos. Detectar los primeros síntomas de esta enfermedad es fundamental para diagnosticar al niño e iniciar el tratamiento con Insulina y modificar el estilo de vida para evitar complicaciones futuras.
Síntomas de diabetes infantil
Hiperglucemia
Al no tener insulina se acumulan grandes cantidades de glucosa en la sangre. Se puede detectar en cualquier analítica de rutina que se le realice al niño. Este hallazgo casual en una analítica sanguínea puede ser el primer paso para el diagnóstico de una Diabetes.
Glucosuria
Como la sangre tiene un nivel tan elevado de glucosa (glucosuria), los riñones no pueden filtrarla (en condiciones normales no tenemos glucosa en la orina) y podemos detectar azúcar en el análisis de orina con tira reactiva. Puede ser también un hallazgo casual en un despistaje, por ejemplo, de infección de orina.
Poliuria
Para que los riñones eliminen la glucosa por la orina necesitan que esta se disuelva en cantidades importantes de agua, por esta razón, el niño diabético orina mucho y muchas veces… a esto se le conoce con el término médico de poliuria.
Polidipsia
Si el niño orina mucho, tendrá que reponer todos los líquidos que pierde, por lo que, el niño diabético tendrá mucha sed, incluso por la noche.
Polifagia
Como la glucosa no puede ser utilizada correctamente por los músculos por la deficiencia de insulina, las células se sienten “hambrientas” y demandan más energía. El niño diabético percibe esta sensación como un incremento del apetito, comiendo mucho y a todas horas.
Pérdida de peso y cansancio
Aunque el niño diabético come más, las células no tienen energía suficiente, por lo que pierde peso y se siente exhausto.
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- Detectar los primeros síntomas es fundamental para diagnosticar al niño e iniciar el tratamiento con Insulina y modificar el estilo de vida para evitar complicaciones futuras.
- La hiperglucemia es un síntoma que se detecta en un análisis de sangre, y la glucosuria en uno de orina.
- Otros síntomas que pueden alertar son sin el niño orina mucho, tiene mucha sed (para reponer estos líquidos que pierde), tiene mucho apetito, pierde peso y está cansado.
