Quizás la manera más mundana de definir el yoga o, la práctica de otras técnicas de relajación o meditación, es conseguir el equilibrio. Balancear el cuerpo indirectamente consigue beneficiar a la mente y a nuestro estado emocional.
Un niño relajado, consciente de su cuerpo y con sensación de bienestar, será capaz de relacionarse mejor con los demás. Probablemente, la práctica de una disciplina como el yoga desarrollará muchas habilidades físicas y emocionales en los niños y niñas, dejando paso a adultos más sanos y equilibrados.
Cuándo empezar
Deben ir con ropa holgada, ligera o confortable, para realizar los movimientos con total libertad. Suelen ir descalzos o con calcetines y se practica directamente en el suelo o sobre colchonetas muy finas.
Qué se consigue
- Desarrollo armónico de la musculatura.
- Aumento de la elasticidad y movilidad articular.
- Fomenta la autoconciencia del cuerpo y de la respiración, de manera que ayuda a respirar correctamente y de manera profunda, utilizando el abdomen y el tórax.
- Mejora el equilibrio.
- Fortalecimiento de la columna vertebral previniendo malas posturas y desviaciones del raquis
- Estimula la circulación sanguínea.
- Otorga mayor capacidad de autocontrol y concentración. Es por ello una disciplina muy recomendable para niños hiperactivos.
- Mejora del sistema inmunitario.
- Aumenta la capacidad pulmonar, por lo que puede ser muy beneficioso para niños y adolescentes con asma bronquial.
- Disminuye el estrés infantil o juvenil.
- Mejora la calidad del sueño.
- Mejora la comunicación con los demás y eleva la autoestima.
Lo que debes saber…
- El yoga es una técnica que se puede practicar a cualquier edad, y los niños pueden resultar muy beneficiados a nivel físico y mental.
- Puede desarrollar muchas habilidades físicas y emocionales en los pequeños, dejando paso a adultos más sanos y equilibrados.
- Elasticidad, concentración, control de la respiración, mejora del sueño, reducción del estrés… son algunos de los beneficios que les puede aportar.