El amianto es una sustancia que se ha demostrado como factor causante de varias enfermedades, algunas de ellas mortales.

La exposición al amianto se ha producido en tres fases a lo largo de los años; una primera fase en la década de 1930; un segunda después de 1940 en la cual el uso del amianto se generalizó en la fabricación de barcos, trenes, automóviles, productos textiles, material eléctrico, edificios, viviendas y fábricas; y una tercera fase en que la exposición ha sido ocupacional y no ocupacional a causa de los millones de toneladas de amianto que se habían colocado durante la segunda fase y que con los años comenzó a deteriorarse y a producir fibras, a una dosis más pequeña pero con una exposición mucho más amplia y generalizada.

En España el caso más evidente es el uso indiscriminado que se hacía en la construcción del fibrocemento de amianto, la tristemente famosa uralita.

Enfermedades relacionadas con el amianto

Las fibras del amianto entran en el cuerpo inhaladas principalmente, aunque también pueden hacerlo por la vía digestiva, al deglutirlas. Se ha demostrado que la exposición al amianto es la responsable de cuatro enfermedades:

  • Fibrosis pulmonar o asbestosis.
  • Fibrosis y placas pleurales.
  • Cáncer de pulmón.
  • Mesotelioma maligno pleural e intestinal.

La exposición al amianto también se ha relacionado, aunque de manera menos concluyente, con el cáncer de laringe, del tracto digestivo y de riñón. El mesotelioma maligno, pese a ser un cáncer poco frecuente, es el que presenta una asociación más evidente con el amianto, de manera que la tasa de incidencia de este cáncer en un país es un buen indicador de la exposición al amianto de su población. Por otro lado, tanto el cáncer de pulmón como el mesotelioma maligno son tumores de muy mal pronóstico, con una escasa supervivencia. Ambos tienen un periodo de latencia muy prolongado, es decir, pueden pasar muchos años entre la exposición al amianto y la aparición de la enfermedad.

Primeras evidencias

Las primeras evidencias de los efectos nocivos del amianto sobre la salud se manifestaron en los trabajadores de las actividades relacionadas con la extracción y la manufactura de los productos del amianto. Estos casos se caracterizan por la exposición a grandes concentraciones de estas partículas en el aire y durante un tiempo prolongado, por lo cual la incidencia de las enfermedades secundarias al amianto se circunscribía a un número de trabajadores reducido.

  • Las principales industrias afectadas eran las minas de amianto, los astilleros, las fábricas de fibrocemento y las industrias de la construcción y los materiales de aislamiento, así como en refinerías, industria papelera, de materiales eléctricos, de componentes de automóviles, transporte, tabacaleras, textil, mantenimiento y talleres mecánicos.
  • Otras profesiones con riesgo de la exposición al amianto son los trabajadores de la limpieza y planchado de ropa, instaladores y montadores de maquinaria, electricistas, fontaneros, calefactores, instaladores de tuberías, soldadores, chapistas, caldereros, albañiles, conductores de maquinas excavadoras, trabajadores de artes gráficas, estibadores o cargadores.
  • En menor medida, la exposición ambiental y no laboral también puede ser peligrosa, como se ha demostrado en el caso de los familiares de los trabajadores que estaban expuestos y lavaban, por ejemplo, la ropa del trabajo en casa, que estaba contaminada con fibras de amianto. Asimismo, en las personas que vivían a un radio de dos kilómetros de las fábricas de fibrocemento, astilleros, fábricas de elementos de fricción o industria textil el riesgo de padecer una enfermedad asociada a la exposición al amianto se multiplicaba por 12.

Se utilizaba en diversos materiales en los que, inicialmente, no había riesgo de exposición a las fibras por el empleo del material, pero con el paso del tiempo y el desgaste estos materiales son susceptibles de deteriorarse y que estas fibras sí se liberen en el ambiente, con lo cual las personas, sobre todo trabajadores expuestos, pueden sufrir enfermedades graves derivadas de la exposición al amianto.

Cómo evitar sus efectos nocivos

La eliminación de la exposición al amianto es la única manera eficaz de prevenir la aparición de estas enfermedades. La vigilancia y los exámenes para la detección precoz de las mismas mediantes diversas pruebas no han demostrado ser claramente beneficiosas. Es importante hacer un seguimiento de las personas expuestas al amianto, sobre todo si la exposición es laboral y continuada, es para poder identificar aquellos casos que tengan derecho a una compensación legal, al tratarse de una enfermedad laboral.

La exposición a menores dosis no tiene por qué ser menos peligrosa, dado que no existen niveles de seguridad mínimos, es decir, no existe una concentración mínima por debajo de la cual le exposición a las fibras de amianto sea segura. Cualquier potencial fuente de amianto debe ser eliminada, utilizando las técnicas y los equipos de protección adecuados.

Lo que debes saber…

    • Las primeras evidencias de los efectos nocivos sobre la salud se manifestaron en los trabajadores de las actividades relacionadas con la extracción y la manufactura de los productos del amianto.
    • Se ha demostrado que la exposición al amianto es la responsable de cuatro enfermedades: fibrosis pulmonar o asbestosis, fibrosis y placas pleurales, cáncer de pulmón y mesotelioma maligno pleural e intestinal.
    • La eliminación de la exposición al amianto es la única manera eficaz de prevenir la aparición de estas enfermedades.