Las calcificaciones son un desorden caracterizado por la deposición de cristales de calcio que endurecen un tejido de características elásticas como son los tendones, músculos, fascias o bursas. En este artículo nos centraremos concretamente en la patología del tendón y su calcificación por ser uno de los motivos más abundantes de consulta en fisioterapia. Las tendinopatías afectan a gran parte de la población entre los 40 y los 60 años y sus síntomas son dolor en la zona de la lesión, debilidad muscular o incluso deformidades óseas debajo de la piel si existe calcificación.

Posibles causas de la calcificación tendinosa

Las calcificaciones aparecen por una inflamación continua en una misma zona provocada por movimientos repetitivos o microtraumatismos.
Se trata de una lesión asociada al envejecimiento del cuerpo y la actividad laboral. De hecho, las tendinopatías se determinan como lesiones profesionales porque son causadas por posturas forzadas y movimientos repetitivos en el trabajo.
El tejido se lesiona de forma repetida y no logra regenerarse de nuevo, por lo que se sustituye por tejidos duros de baja resistencia o deposiciones de cristales de hidroxiapatita que terminan formando un pequeño hueso en el tendón.

Algunos de los factores predisponentes para sufrir este tipo de lesiones son:

  • Microtraumatismos y sobrecargas mecánicas.
  • Envejecimiento de los tejidos con disminución del riego sanguíneo.
  • Alimentación inadecuada.
  • Problemas derivados de un mal funcionamiento del organismo.
  • Causas genéticas.

¿Dónde se localizan las más comunes?

Como bien se ha comentado anteriormente, las calcificaciones son resultado de inflamaciones repetidas. Son tendinitis que se han cronificado y se localizan en estructuras articulares como el hombro, codo, tobillo, etc.
Las lesiones más frecuentes son:

  • Manguito de los rotadores: son los músculos que estabilizan el hombro y sus tendones se insertan en el húmero. A causa de la gran movilidad de la articulación, la disposición de los tendones y la actividad que puede llegar a soportar a diario es una zona que tiende a inflamarse de forma continua, predisponiendo así la aparición de calcificaciones en sus tendones. La lesión más común es la calcificación del supraespinoso. Las tendinopatías del manguito de los rotadores provocan dificultades para levantar el brazo o realizar rotaciones como para peinarse o abrocharse el sujetador.
  • Espolón calcáneo: se trata de un crecimiento del hueso en la parte inferior del talón del pie, exactamente en el hueso calcáneo donde tiene inserción la musculatura de la planta del pie y la fascia. En ocasiones en las imágenes radiológicas se puede apreciar un engrosamiento del hueso calcáneo en la parte de la planta del pie de forma punta. El dolor se localiza en la parte posterior de la planta del pie y dificulta el apoyo durante la marcha.
  • Tendón de Aquiles: es el tendón de inserción de los gemelos y el sóleo en la parte más posterior y superior del hueso calcáneo. Las calcificaciones aparecen por sobrecargas de la musculatura o tendinitis de repetición. El dolor se localiza en la zona de inserción del tendón de Aquiles pudiéndose expandir hasta el gemelo y la planta del pie.
  • Epicóndilo del húmero: los tendones de la musculatura del antebrazo se insertan en el codo, exactamente en los dos epicóndilos, interno y externo. Los tendones tienden a inflamarse mucho por la carga que sufre la musculatura del antebrazo causando las famosas ‘’epicondilitis o codo de tenista’’. Su complicación implica la aparición de calcificaciones en la zona imposibilitando la flexión o extensión del brazo de forma activa.

Diagnóstico de las calcificaciones

Se diagnostica a través de una radiografía o ecografía. El dolor, inflamación e impotencia funcional son los principales síntomas. Normalmente en un inicio se diagnostican como tendinitis y se tratan como tal. Cuando se realizan las pruebas de imagen y se evidencian los signos radiológicos de depósitos de calcio en el tejido blando, es cuando se diagnostica como una calcificación y se realiza la valoración de un nuevo tratamiento para eliminarlas si es necesario. En ocasiones, las calcificaciones pueden permanecer latentes y descubrirse al realizar una prueba de imagen por un motivo distinto, lo que nos indica que también se puede tener una calcificación y no tener ningún síntoma.

Tratamiento según el tipo de calcificación tendinosa

Su tratamiento durante los episodios agudos es la aplicación de hielo local, antiinflamatorios, reposo y fisioterapia. Existen tratamientos conservadores (aparatos de electroterapia y terapia manual) o invasivos como la cirugía. Si la calcificación ha sido diagnosticada por una imagen radiológica y el dolor persiste de forma prolongada, se plantean tratamientos más específicos para sustraer los depósitos de calcio de la zona.
A continuación, detallaremos cuáles son dichos tratamientos.

Tratamientos conservadores:

  1. Terapia manual: tratamiento más conservador que se centra en estiramientos y ejercicios para no perder la fuerza y el tono muscular.
  2. Electroterapia: se pueden utilizar varios aparatos de electroterapia en el caso de las calcificaciones que ayudarán a la destrucción y reabsorción del tejido calcificado y la regeneración de tejido sano. Suele combinarse con la terapia manual.
    • Ondas de choque: son unas ondas que se aplican con un cabezal conductor sobre la piel en la zona donde se encuentra la calcificación y fragmentan los depósitos de calcio favoreciendo así su reabsorción por el mismo organismo.
    • Iontoforesis: se trata de la aplicación de medicación analgésica local a través de corrientes aplicadas sobre la piel para disminuir el dolor y la inflamación.
    • Láser de baja potencia: se aplica con un cabezal sobre la piel que emite un láser de baja potencia con la finalidad de activar la regeneración tisular estimulando la respuesta celular.

Tratamientos invasivos:

  1. Infiltraciones de corticoides: si el dolor persiste y es muy intenso se puede recurrir a este tratamiento más invasivo en la región de la lesión.
  2. Artroscopia: Se aplica cuando el tratamiento conservador no ha funcionado y el dolor persiste desde hace más de seis meses. Se introduce una cámara, el instrumental y un aspirador dentro de la articulación a través de unas pequeñas incisiones para romper y limpiar el tejido calcificado. Es una operación sencilla, pero requiere también un tratamiento postquirúrgico basado en un programa de rehabilitación en fisioterapia para disminuir el dolor, acelerar la recuperación del tejido y la funcionalidad de la articulación.

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Lo que debes saber…

  • Las calcificaciones son resultado de inflamaciones repetidas. Son tendinitis que se han cronificado y se localizan en estructuras articulares como el hombro, codo, tobillo, etc.
  • Su tratamiento durante los episodios agudos es la aplicación de hielo local, antiinflamatorios, reposo y fisioterapia.
  • Si el dolor persiste y es muy intenso existen tratamientos más invasivos como infiltraciones de corticoides en la región de la lesión.