El vínculo afectivo le enseña al bebé el primer modelo a seguir para entablar relaciones interpersonales, fomenta la sensación de seguridad y su autoestima. Generar un buen vínculo madre hijo con el bebé es importante para las futuras relaciones sociales.

El primer contacto con el recién nacido desencadena en la madre cariño y deseo de protección: es el primer paso para generar el vínculo madre hijo con el bebé. Si bien es cierto que durante el embarazo ya se ha iniciado el vínculo madre-hijo, no se desarrollará del todo hasta después del nacimiento. Cuando el bebé nace ya conoce a su madre, la ha oído hablar durante todo el embarazo y su olor le es muy familiar. Es por ello que el bebé se calmará rapidísimamente, cuando tras la primera asistencia en el paritorio, lo pongamos en los brazos de su madre.

En muchas ocasiones, tras el nacimiento del bebé, muchos padres pueden pensar que no sienten ese instinto o vínculo maternal o paternal. Esto es fruto del estado de desorientación y del cansancio tras el parto. No debe ser causa de preocupación ya que esto cambiará cuando estén un poco más relajados y tengan continuo contacto con el bebé. Todo necesita su tiempo y tienen toda la vida por delante.

Si la madre amamanta al bebé el vínculo madre-hijo se genera más rápidamente ya que madre e hijo mantienen una relación muy especial de alimento y cariño. El primer interés del recién nacido es su madre; madre e hijo están preparados instintivamente para establecer una relación intensa. El bebé desprende ternura y desborda fragilidad, esto le ha servido, evolutivamente durante muchos miles de años, para sobrevivir.

En los casos en que el recién nacido tenga algún problema: prematuridad, enfermedad, discapacidad… Puede costar más tiempo consolidar el vínculo materno-filial. Probablemente el bebé y la mamá no han pasado suficiente tiempo juntos (ingreso del neonato en la unidad de cuidados intensivos, pruebas médicas…) o bien el bebé tiene unas demandas que no eran las esperadas por los padres: irritabilidad, alimentación difícil, cuidados especiales… Todo esto puede dificultar el entendimiento entre ambos.

Si esto ocurre hay que «darse tiempo», atender con naturalidad y cariño al bebé ayudará a que, poco a poco, ambos se vayan conociendo y haciendo de su interacción diaria una relación muy especial.

Cómo se generan los lazos afectivos del vínculo madre hijo

La mayoría de los recién nacidos están preparados biológicamente para establecer el vínculo con su madre. La clave es la interacción con el bebé:

  • Contacto físico «piel con piel» que es relajante para el bebé y sus padres.
  • Contacto visual
  • Hablar con el recién nacido
  • Acariciarlo y acunarlo
  • Al amamantar al bebé