Cuando una persona presenta síntomas de depresión o ansiedad pasados los 60 años, suele diagnosticarse en primer lugar como depresión, hasta que se demuestre lo contrario.
Muchos pacientes mayores con depresión tienen síntomas de ansiedad, por eso, muchos expertos recomiendan evaluar la presencia de anhedonia y de ánimo deprimido o triste para el diagnóstico de la depresión. Destacan que particularmente en los ancianos se debe interrogar acerca de sentimientos de tristeza, ánimo decaído o sensación de vacío, ya que muchos no utilizan la palabra depresión para catalogar sus síntomas.
Diagnóstico
El diagnóstico se realiza a partir del interrogatorio minucioso tanto a los pacientes como a sus familiares y cuidadores. El objetivo con ello es conocer si siempre tuvo muchas preocupaciones y si éstas interfieren en sus actividades y su vida. También es importante saber si se suele preocupar en exceso porque le suceda algo malo. Durante este interrogatorio lo más importante es saber si los síntomas afectan a la calidad de vida del paciente y a su día a día. Se debe evaluar además:
- Estado cognitivo
- Examen físico detallado
- Electrocardiograma
- Análisis de sangre con hemograma (glucemia en ayunas, nivel de calcio en sangre, medición de la concentración plasmática de vitamina B12, ácido fólico y hormona tiroidea).
Además de la presencia de depresión, se debe investigar la de otros síntomas como el pánico y las fobias, controlar los fármacos que toma, si consume otras sustancias que puedan causar estos síntomas y la ingesta excesiva de alcohol y de cafeína.
Algunos síntomas
La preocupación excesiva suele aparecer en pacientes con depresión y trastornos de ansiedad. Por ello, el síntoma debe ser caracterizado en detalle. La ansiedad puede darse debido a la preocupación por acontecimientos y actividades cotidianas o centrarse en temas más concretos. En este caso estaríamos hablando de trastornos de ansiedad como fobias o pánico.
En general estos pacientes consultan al médico de atención primaria reiteradamente por múltiples síntomas físicos y sin una causa aparente como: astenia, dolores, trastornos gastrointestinales y del sueño u otros trastornos del ánimo.
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