Algunas situaciones o complicaciones que se pueden producir al final del embarazo pueden requerir la inducción del parto. El objetivo: preservar la salud, tanto de la madre como del bebé. En este sentido, encontramos varios métodos encaminados a provocar las contracciones, como la maniobra de Hamilton.

Esta maniobra consiste en despegar las membranas amnióticas de la pared uterina haciendo girar el dedo del médico al final del cuello de la matriz. Para poder realizarla se requiere una mínima dilación cervical, generalmente con 1-1,5 cm es suficiente. Si el cuello está totalmente cerrado no se puede introducir el dedo a través de él y por tanto no puede realizarse la maniobra de Hamilton.

En qué consiste la maniobra de Hamilton

Con esta maniobra se produce la reacción de la matriz y algunas contracciones (más o menos dolorosas). Estas contracciones ayudarán a la maduración del cuello de la matriz por la liberación de unas sustancias llamadas prostaglandinas. Así, si el cuello de la matriz está algo más dilatado y acortado se facilitará el parto.

Para realizar esta maniobra de Hamilton el médico tiene en cuenta varios factores: que no sea un embarazo de riesgo, la presentación del feto, es decir si está con la cabeza hacia abajo o bien está de nalgas o en posición transversa (cuando no realizará esta maniobra). También se tiene en cuenta la localización de la placenta, si la paciente tiene una placenta previa o bien de inserción baja el ginecólogo nunca realizará esta maniobra.

En ocasiones la paciente simplemente nota un tacto vaginal normal, pero otras veces la sensación es de un tacto vaginal algo más molesto. Igual que en los tactos vaginales del final del embarazo, tras una maniobra de Hamilton, puede haber algo de sangrado vaginal durante las horas posteriores, sin que ello sea alarmante. Además, puede ser que se note más salida de flujo o incluso del tapón mucoso.

Esta maniobra está descrita como un método de inducción mecánico, pero sólo en los casos en que el parto es muy inminente puede desencadenarse con esta maniobra. En el resto de casos la maniobra da algo de molestia más el día de la exploración, ayudando por tanto a madurar el cuello de la matriz y favorecer el parto. Además, está recomendada en las pacientes de 40 o más semanas para intentar evitar a una gestación prolongada y tener que hacer una inducción médica del parto que siempre será más pesada para la gestante.

Siempre que se vaya a hacer esta maniobra el médico debe previamente informar a la paciente y tener su aprobación. MAPFRE Salud cuenta con un amplio cuadro médico  de especialistas en ginecología y obstetricia que estarán  siempre pendientes de ti y de tu hijo.

Lo que debes saber…
  • Esta maniobra es uno de los métodos utilizados para provocar las contracciones.
  • Consiste en provocar la reacción de la matriz y algunas contracciones que, al final, facilitarán el parto.
  • El médico tiene en cuenta varios factores para realizarla, como no sea un embarazo de riesgo y cómo está colocado el bebé. Y previamente ha de informar y contar con la aprobación de la paciente.