Practicar un deporte es una de las más saludables opciones en la vida, desde la infancia. Es muy habitual que los niños y jóvenes que practican un deporte de forma lúdica, acaben compitiendo y realizando muchas horas de entrenamiento. Pero, así como nadie pone en duda la necesidad de realizar un reconocimiento médico en los deportistas de élite, lo cierto es que no hay una normativa legal en España que regule los reconocimientos médico-deportivos. ¿Sería necesaria?

Las prácticas deportivas en niños y jóvenes

Uno de los pilares de la salud de una persona es el ejercicio físico. Es por ello que se practica de manera curricular en los colegios e institutos. En estos casos, las prácticas deportivas no son competitivas, sino lúdicas y educativas para formar en buenos hábitos a los niños desde la infancia. De ahí que muchas de las extraescolares de nuestros niños tengan al deporte como protagonista. Además, cada vez es más habitual que se inicien a edades más tempranas en prácticas regladas que los llevan a competir (incluso alta competición) y, por lo tanto, a entrenamientos más intensos, exigentes y frecuentes.
Son estos niños que están en un escalón por debajo de los deportistas de alto rendimiento, donde, en muchos casos, no hay un control médico preventivo previo a su práctica, ya que no hay una legislación firme al respecto.

¿Quién recomienda el reconocimiento médico?

Algunas sociedades pediátricas y deportivas recomiendan realizar un reconocimiento médico antes de la participación en un deporte de competición, aunque no sea de alto rendimiento.
Estos exámenes los realiza un médico del deporte, que es una especialidad médica que se dedica a la medicina deportiva.

Se aconseja una historia clínica detallada, una exhaustiva exploración física, centrada en el aparato cardiovascular y el sistema musculoesquelético, y alguna prueba sencilla de valoración de la condición física. No hay consenso sobre la necesidad de realizar un electrocardiograma (ECG) en reposo a niños sin síntomas o sin antecedentes ni familiares ni personales de patología cardiaca, muerte súbita y cuya exploración física es normal. ¿Por qué es necesario?

El objetivo del reconocimiento médico de la aptitud deportiva es detectar, fundamentalmente, enfermedades del corazón, que incapaciten o limiten la práctica deportiva y valorar las alteraciones musculoesqueléticas que puedan aumentar el riesgo de lesiones. Lo que más preocupa durante la práctica deportiva es la muerte súbita.

¿Qué es la muerte súbita?

La muerte súbita es la aparición repentina e inesperada de una parada cardiaca en una persona que aparentemente está sana y en buen estado. En los menores de 35 años se ha cifrado en 1/200.000/año. En escolares y estudiantes de secundaria estadounidenses (donde hay datos estadísticos) está entre 1,33 y 14,5 muertes por millón y año.

Sólo se detecta a un pequeño porcentaje de niños y adolescentes (0,3-1,2%), durante el reconocimiento médico, alguna enfermedad por la cual esté absolutamente contraindicada la práctica deportiva. Estos casos son los directamente relacionados con el riesgo de sufrir un problema cardíaco o muerte súbita.
Es más frecuente, hasta el 10% de los casos, diagnosticar pequeñas alteraciones que requieran tomar precauciones especiales a la hora de realizar prácticas deportivas.

A pesar de los esfuerzos por detectar los jóvenes con riesgo de muerte súbita, no siempre es posible. Esto es fácil de entender cuando lamentamos la muerte de un jugador de élite, como un futbolista, en el campo de juego, durante un partido, a pesar de todas las pruebas médicas rutinarias realizadas durante su vida profesional.

Principales objetivos del reconocimiento médico de aptitud deportiva

La misión de estas pruebas es orientar al joven deportista en temas como precauciones durante el entrenamiento, la práctica y la competición y valorar si el deporte por el que ha optado es adecuado para él.

Los principales objetivos serían:

  • Detectar enfermedades o malformaciones que pueden provocar muerte súbita.
  • Detectar otras enfermedades que limiten las prácticas deportivas.
  • Aconsejar sobre el tipo de deporte y el nivel de competición adecuado para el niño en función de su estado de salud.
  • Individualizar la práctica deportiva en cada niño.
  • Prevención de lesiones musculoesqueléticas.
  • Pautar el tratamiento adecuado en el caso de lesiones existentes antes de iniciar el entrenamiento o competición.
  • Dar pautas de práctica de ejercicio saludable: dieta, equipamiento, descanso…
  • Educar para la prevención de lesiones.

¿En qué consiste el reconocimiento de aptitud deportiva (RAD)?

No hay consenso ni estandarización, pero en lo que están de acuerdo todos es que deben ser revisiones médicas individualizadas, es decir, realizarlas uno a uno, no de manera masificada en grupo, como es habitual. Es recomendable realizarlos anualmente.

Las partes del RAD son:

  • Historia clínica: se aconseja disponer de un cuestionario estandarizado. Se debe preguntar por los hábitos, antecedentes familiares de muerte súbita y enfermedades hereditarias, dolor en el pecho durante el esfuerzo físico, enfermedades crónicas, alergias o episodios de síncope (pérdida de conocimiento).
  • Exploración física: se centra en la revisión del aparato cardiovascular y del locomotor.
  • Pruebas complementarias: no son siempre necesarias y, en algunos casos, no existe consenso entre asociaciones médicas.
  • Electrocardiograma en reposo: parece útil (no siempre) en la prevención de algún tipo de muerte súbita en deportes de competición.
  • Pruebas de imagen: en el caso de detectar asimetrías, alteraciones musculoesqueléticas o para la valoración de lesiones previas.
  • Prueba de valoración física: prueba que valora la reacción de las constantes físicas al esfuerzo. Un ejemplo sería correr en una cinta.

¿Existen otras enfermedades que limitan las prácticas deportivas?

Existen situaciones como los niños con visión reducida, ausencia de un riñón o problemas de coagulación, donde no resultan convenientes los deportes de contacto.

Los niños epilépticos con mal control de la enfermedad, no se recomienda que practiquen deportes acuáticos.

Los niños con asma bien controlada pueden practicar actividad física sin problemas. Además, puede ayudarles a mejorar su calidad de vida y control de las crisis.

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Lo que debes saber…

  • Algunas sociedades pediátricas y deportivas recomiendan realizar una evaluación médica antes de la participación en un deporte de competición, aunque no sea de alto rendimiento.
  • El objetivo del reconocimiento de la aptitud deportiva es detectar, fundamentalmente, enfermedades del corazón, y valorar las alteraciones musculoesqueléticas que puedan aumentar el riesgo de lesiones.
  • El objetivo de estas pruebas es orientar al joven deportista en temas como precauciones al entrenar y competir, y valorar si el deporte por el que ha optado es adecuado para él.