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Las hojas son ovales y presentan lo que a primera vista parecen numerosos agujeritos oscuros, pero que en realidad son las glándulas que contienen aceite esencial y que se presentan traslúcidas a la luz. Florece a partir de mayo con flores de un brillante color amarillo oro.

Una planta con una historia “mágica”

La tradición del hipérico es muy antigua y ya Hipócrates cita su uso como analgésico y contra la ansiedad, así como Plino el Viejo (siglo I d.C.) y Galeno. Además, en la edad antigua se creía que incluso su aroma alejaba a los malos espíritus, por lo que cuando en una ciudad se desencadenaba una epidemia, sus habitantes quemaban ramas de hipérico como sahumerio o las colgaban en los dinteles de las puertas como protección. Dioscórides, a propósito del hipérico, hace también referencia a su poder para ahuyentar a los demonios, “porque los quema y los transforma en trigo”.

Ese uso mágico y protector contra los malos espíritus se prolongó en el tiempo y así encontramos que Piero Andrea Mattioli, famoso médico italiano que vivió en el siglo XVI, cita las propiedades del hipérico para “poner en fuga los demonios” y en el siglo XVII, el médico y botánico holandés Dodonaeus, indica “las sumidades floridas extraídas en vino aromático concentrado por medio de ebullición y bebido muy caliente contra las tensiones causadas por los remordimientos interiores”. En conjunto, el hipérico se utilizaba para curar las más diversas enfermedades, entre ellas lo que era dado en llamar “melancolía”, que San Isidoro de Sevilla describió como “angustia del alma, acumulación de espíritus demoníacos, ideas negras, ausencia de futuro y una profunda desesperanza”, definición que correspondería a lo que hoy conocemos como depresión.

También el uso externo estaba muy extendido y en el siglo XVII, el naturalista y botánico John Gerard lo bautizó como la “hierba de las heridas”. En el Renacimiento se afianzó su uso como cicatrizante basándose en la teoría de los signos (que consistía en atribuir las propiedades medicinales de las plantas en función de su forma) ya que sus hojas parecen llenas de “agujeros” perfectamente cicatrizados.

Diferentes nombres del hipérico

  • El nombre botánico, Hypericum perforatum L, deriva, según algunos autores, de un vocablo griego que significa imagen, fantasma. Esto daría por sí mismo un significado mágico a la planta, aunque otros lo traducen como “por encima de todo lo imaginable”, aludiendo a sus múltiples virtudes, pues era considerado como una panacea.
  • Los nombres comunes: era conocido en la Edad Media como “Fuga demonum” (ahuyenta demonios) y traducido al italiano y al francés como scazzia diavoli, o chassediable respectivamente. Recibe también múltiples nombres comunes que vemos repetidos en los distintos idiomas y que derivan de: su nombre botánico (hipérico, perico, pericó); de la morfología de sus hojas (perforada, foradada, etc.), de sus usos (hierba de las heridas, hierba militar, herba de cop)… El nombre más universal es el de Hierba de San Juan, utilizado en prácticamente todos los idiomas, y que hace alusión al tiempo de su recogida, que tiene tradición en ritos mágicos pero que coincide con el tiempo en que la planta florece y contiene mayor cantidad de aceite esencial y otros principios activos.

 

De la tradición al criterio científico

Aunque desde finales del siglo XVIII el uso del hipérico queda prácticamente limitado al uso tópico para el tratamiento de heridas, por su acción antiséptica y cicatrizante, o en infusión mezclada con otras plantas de acción sedante para el alivio de estados nerviosos, a mediados del siglo XX la investigación científica vuelve a centrarse en su acción beneficiosa sobre los estados de ánimo decaído.
Hoy en día sabemos que el hipérico, con una compleja composición química, es eficaz contra el desánimo y las depresiones, debido a su acción sobre distintos neurotransmisores, sustancias químicas que nuestro cuerpo produce y que están íntimamente relacionadas con las emociones y el estado anímico.
En los últimos 20 años se han realizado numerosos estudios clínicos que avalan su utilidad en el tratamiento de los estados de ánimo bajo, decaimiento, ansiedad, depresión, terrores nocturnos y trastornos neurovegetativos asociados a la menopausia.
En uso externo, sobre la piel, los preparados a base de hipérico también son eficaces para el tratamiento de pequeñas heridas, quemaduras leves o escoceduras.

Cuándo tomarlo

Las distintas dificultades que la vida trae consigo pueden llevarnos en ciertos momentos a tener sentimientos de tristeza, angustia y abatimiento. Sentimientos pasajeros que suelen pasar cuando la situación que los causó se resuelve o desaparece. Sin embargo, debemos ser cuidadosos y capaces de diferenciar estos sentimientos ocasionales debidos a una causa concreta y que desaparecen en unos días (estar “depre”), de la verdadera depresión, que es una enfermedad que afecta al estado del ánimo y que se manifiesta principalmente con un gran abatimiento, sensación de infelicidad, desinterés profundo por la vida y sentimiento de culpa, entre otros.
El hipérico puede constituir una ayuda en ambos casos, pero la depresión es una enfermedad común que puede llegar a ser grave por lo que debe ser siempre diagnosticada, controlada y tratada por un médico que establecerá el tratamiento que considere más adecuado en cada caso. Así que, en autocuidado, sólo se utilizará en aquellos casos de falta de ánimo ocasional debida a una causa concreta, que se acompañan de pérdida de interés, cansancio y alteraciones del sueño.

Cómo tomarlo

Para que sea eficaz en caso de ánimo decaído o depresivo, el hipérico debe tomarse en forma de preparados dosificados y estandarizados en hipericina, que es el principio activo que marca su calidad y eficacia. Suele presentarse en forma líquida (extracto fluido, tintura) o sólida, en cápsulas de polvo o extracto seco. Generalmente, la dosis indicada por el laboratorio preparador establece su toma dos veces al día.
Debe tenerse en cuenta que el efecto antidepresivo se manifiesta como muy pronto a partir de los 10-14 días de tratamiento.
En uso externo puede utilizarse: el oleato (maceración de hipérico en aceite) y cremas o pomadas preparadas con tintura, oleato o extractos de hipérico. Las distintas preparaciones se aplicarán directamente sobre la piel dos o tres veces al día.

Precauciones y recomendaciones

El hipérico puede interaccionar con bastantes medicamentos, por ejemplo los anticoagulantes, los antiarrítmicos o ciertos anticonceptivos orales, por lo que si se está tomando alguna medicación debe consultarse con el médico o el farmacéutico para descartar una posible interacción.
En uso externo pueden producirse reacciones de sensibilización, por lo que si se utiliza en zonas descubiertas debe cubrirse la parte tratada para evitar irritaciones y manchas.
En pieles blancas o muy sensibles, también pueden producirse reacciones de sensibilización cuando se toma. Se recomienda a las personas que tienen esta característica y están en tratamiento con hipérico que utilicen protector solar alto antes de salir a la calle o exponerse a la luz solar.
No se han realizado estudios en embarazo y lactancia, por lo que en estos casos no debe tomarse sin supervisión médica.

Cómo preparar aceite de hipérico

El aceite de hipérico (Oleato de hipérico) para uso externo se prepara siguiendo estos pasos:

  • Poner en un tarro las sumidades floridas de hipérico, frescas (recién recogidas) y cortadas a trozos.
  • Cubrir con aceite (de almendras dulces, oliva, etc.)
  • Dejar macerar “a sol y sereno” durante 40 días.
  • Decantar y guardar en frascos opacos o de color topacio, al abrigo de la luz y del calor.

Hay que tener en cuenta que el aceite tiene color rojo debido a la hipericina.

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Lo que debes saber…

  • Es eficaz contra el desánimo y las depresiones.
  • En uso externo, sobre la piel, los preparados a base de hipérico también son eficaces para el tratamiento de pequeñas heridas, quemaduras leves o escoceduras.
  • No se han realizado estudios en embarazo y lactancia, por lo que en estos casos no debe tomarse sin supervisión médica.

“Nota informativa: los contenidos incluidos en esta sección ofrecen información relativa a terapias existentes explicadas por especialistas con experiencia en la materia con un objetivo divulgativo. MAPFRE no pretende en ningún caso posicionarse sobre su idoneidad ni promover expresamente su uso”.