La mejor medida preventiva para cualquier individuo es tener unos hábitos de vida saludables, que incluyen la práctica de un ejercicio físico moderado y mantenido en el tiempo, el cese del tabaquismo y la alimentación equilibrada baja en grasas (especialmente saturadas) y rica en frutas y verduras (como es la dieta mediterránea). Con estas medidas se reducirá la obesidad, especialmente la obesidad abdominal o central, que está en la gran mayoría de personas con diabetes tipo 2.

En individuos sin obesidad, sin hipertensión, sin alteraciones de las grasas de la sangre, especialmente colesterol de las HDL bajo o triglicéridos altos, sin ovario poliquístico, sin acantosis nigricans, sin enfermedades cardiovasculares, y sin familiares (padres o hermanos) con obesidad y diabetes tipo 2 se recomienda un análisis de sangre para la detección de esta enfermedad en todos los individuos de 45 años o más; y si la glucemia basal resulta normal debe repetirse con intervalos de 3 años.

En individuos con obesidad (central), con antecedentes de diabetes gestacional, o con cualquiera de los factores de riesgo citados en el párrafo anterior se recomienda un análisis de sangre en cuanto sea posible y, si es normal, hacer análisis de sangre anuales.

La mejor prueba diagnóstica es la cantidad de azúcar en sangre en situación de ayunas (glucemia basal). No se recomienda la determinación de la hemoglobina glicada (HbA1c).

Respecto a la diabetes tipo 1, no existen métodos para prevenir la presentación de esta forma de diabetes. Estar atento en individuos con otros trastornos autoinmunitarios como enfermedad tiroidea autoinmunitaria, insuficiencia suprarrenal, anemia perniciosa y vitíligo. No se recomienda la medición de los ICA para la detección precoz de esta diabetes.