Las glándulas de Bartholino son dos glándulas localizadas a derecha e izquierda de la parte posterior de la abertura vaginal que pueden provocar quistes y bartholinitis.

Tienen la finalidad de segregar una pequeña cantidad de moco para lubricar la entrada de la vagina. Miden aproximadamente medio centímetro y se hallan situadas en profundidad con un pequeño conducto que vierte el contenido al exterior.

¿Cómo se forma un quiste en la glándula de Bartholino?

En ocasiones, los conductos de estas glándulas se pueden obstruir y hacer que ese moco lubricante se acumule en el interior y aumente de tamaño, dando lugar a la formación de un quiste de 1 a 4 cm que se puede palpar a un lado u otro de la parte posterior de la entrada de la vagina.  Su tamaño, puede variar de forma ocasional al drenar parte de su contenido, disminuyendo de tamaño para volver a aumentar progresivamente.

No suele ser doloroso y a menudo se descubre casualmente y no requiere tratamiento si no ocasiona ninguna molestia.

Hay ciertos factores que se consideran predisponentes, pero el más importante es la anatomía de la propia glándula que es congénito y sobre el que no podemos incidir. Otros factores que pueden desencadenarlo son procesos inflamatorios en la zona favorecidos por roce en las relaciones sexuales, ir en bicicleta o montar a caballo.

¿Qué es la Bartholinitis?

La glándula de Bartholino también se puede infectar, a veces por el propio contenido del quiste. A este otro cuadro le llamamos Bartholinitis o absceso de la glándula de Bartholino, que es tres veces más frecuente que el quiste.

En este caso se produce una secreción acumulada que puede ser colonizada por gérmenes del área genital o perineal y haciendo que la situación cambie completamente:

  • La secreción se vuelve pus y hay importantes signos inflamatorios que ocasionan tumefacción.
  • Calor y dolor importante que muchas veces limita el poder andar o simplemente permanecer sentada.
  • Puede aparecer fiebre y malestar general.

La Bartholinitis sí requiere tratamiento, pues es muy importante limpiar la infección purulenta para aliviar los síntomas de la paciente y probablemente dar antibiótico para combatir la infección.

¿Cómo se limpia un absceso de la glándula de Bartholino?

  • Puncionar y aspirar el contenido que produce alivio rápidamente, pero tiene una alta probabilidad de reaparecer.
  • Drenar con una pequeña incisión de bisturí, con menor tasa de reaparición.
  • Marsupialización, para pacientes que lo han tenido varias veces. Consiste en una pequeña intervención quirúrgica en la que se hace una abertura del absceso, se drena su contenido y se sutura alrededor con la finalidad de que no se pueda volver a cerrar.
  • Extirpación de la glándula: cuando sigue apareciendo, incluso tras una marsupialización, se recomienda extirpar completamente la glándula para que no vuelva a obstruirse ni infectarse. Este procedimiento no repercute de forma significativa en la capacidad de lubricación vaginal, pero es una intervención más agresiva que la marsupialización.

En cualquiera de estas opciones quirúrgicas es recomendable tratamiento antibiótico añadido y, en ocasiones, puede ser necesario tomar analgésicos antiinflamatorios y poner calor local para favorecer el drenaje.

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Lo que debes saber…

  • Se trata de una patología frecuente, que habitualmente no se complica.
  • El hallazgo de un bulto genital puede ser muy alarmante y conviene que sea valorado por un especialista.
  • Pero si se trata de un quiste de Glándula de Bartholino conviene tranquilizar a la paciente pues si no molesta no requiere tratamiento ni tiene ninguna otra repercusión.