La palabra nódulo se origina etimológicamente en “nodo” o “nudo” y simplemente significa eso, un “bulto”.

Cómo actuar ante un nódulo mamario

Ante la presencia de un nódulo mamario hay que consultar a un especialista. Según la palpación ya tendremos una primera impresión sobre sus características:

  • Los nódulos benignos suelen tener un contorno redondeado y liso y al presionarlos dan la impresión de desplazarse en el interior del tejido mamario.
  • Los tumores malignos tienen contornos mal definidos, suele ser difícil definir dónde empiezan y dónde terminan, y parecen estar adheridos a los tejidos circundantes o a la piel.

Después de esta primera exploración, el médico probablemente solicitará una mamografía y/o una ecografía mamaria, que nos ofrecerán información adicional. Del mismo modo que la palpación, con estas pruebas de imagen si identificamos una lesión de contornos bien definidos que contrastan con el tejido de alrededor van a favor de nódulos benignos, en cambio si los límites de la lesión son estrellados y se funden con el tejido contiguo va a favor de un cáncer de mama.

Cómo se actúa ante un nódulo benigno

Si con la palpación y la prueba de imagen hemos llegado a la conclusión de que estamos ante un nódulo benigno, lo más probable es que se trate de un quiste mamario o un fibroadenoma. Los quistes son de contenido liso y los fibroadenomas sólido, fácilmente distinguibles por ecografía a menos que el quiste sea de contenido denso, algo que los puede hacer confundir fácilmente. Pero la mayoría de los quistes están rellenos de líquido claro, como suero, son muy frecuentes en la mama de la mujer que menstrua, y varían de tamaño en función del momento del ciclo. Puede ser necesario puncionarlo para su estudio, o incluso para vaciarlo en situaciones en que tienen una alta presión y ocasionan síntomas. Si se evacúa todo su contenido desaparecerá el nódulo, pero es muy posible que se vuelva a llenar.

¿Cómo se realiza la punción?

La punción se realiza con aguja fina, pinchando directamente el nódulo si es palpable, pero cuando no se palpa puede ser necesario guiarnos por una técnica de imagen: ecografía o mamografía. El líquido extraído se remite al laboratorio para su estudio. Los fibroadenomas son sólidos y fibrosos, también se pueden puncionar con aguja fina, pero su contenido no se puede aspirar, simplemente arrastrar alguna célula para que el citólogo pueda confirmar su estructura y benignidad.

Otras maneras de biopsiar un nódulo mamario es mediante trucut, utilizando una aguja más gruesa que obtendrá un cilindro de tejido, o una biopsia asistida por vacío (BAV), en que una cánula conectada a un equipo de succión que haciendo múltiples pases por la sección puede ser capaz de aspirar toda una zona de tejido. Ambas pueden realizarse asistidas por alguna prueba de imagen. Y en ocasiones puede ser necesario una biopsia en el quirófano para extraer una pieza grande de tejido.

¿Qué tratamiento requieren los nódulos mamarios?

El análisis patológico del tejido nos confirmará de qué células está formado.

  • Los quistes no requieren más tratamiento
  • Los fibroadenomas hay que controlarlos y si no crecen ni están localizados en un lugar que moleste a la paciente pueden manejarse expectantemente, muchas veces no alcanzan grandes dimensiones, se mantienen estables y si no provocan síntomas pueden convivir amistosamente con la paciente toda la vida. Si crecen puede ser preferible extirparlos quirúrgicamente antes de que adopten un gran tamaño. Los hay de tipos más juveniles de rápido crecimiento que son tributarios siempre de exéresis quirúrgica.

Galactoceles

Otros nódulos mamarios no tan frecuentes son los galactoceles, de contenido líquido, en este caso leche en mamas en periodo de lactancia, que se pueden infectar y causar una mastitis, y pueden llegar a convertirse en un absceso lleno de pus. En estos casos se acompaña de una florida sintomatología de dolor, inflamación y fiebre.

Otras estirpes de tejido pueden configurar nódulos mamarios: adenosis esclerosante, necrosis grasa o distintos tipos de cáncer. Para distinguirlos habrá que utilizar pruebas de imagen: mamografía, ecografía mamaria o resonancia magnética y algún método de biopsia de los que hemos hablado.

Así que, ante la presencia de un nódulo mamario, o si se diagnostica durante una mamografía de cribado o durante la revisión ginecológica, hay que proceder a su estudio manteniendo la calma, pues como hemos comentado en la mayoría de los casos llegaremos a un diagnóstico de benignidad. Y en el infortunado caso de que se trate de un cáncer también hay que confiar en el tratamiento pues en la actualidad el cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente en la mujer, pero afortunadamente, detectado a tiempo, tiene una tasa de curación del 95%.

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Lo que debes saber…

  • La mayoría de los nódulos mamarios serán benignos, pero es conveniente estudiarlos para diferenciarlos de un tumor maligno.
  • Si con la palpación y la prueba de imagen hemos llegado a la conclusión de que estamos ante un nódulo benigno, lo más probable es que se trate de un quiste mamario o un fibroadenoma.
  • Los quistes no requieren más tratamiento, los fibroadenomas hay que controlarlos y si no crecen ni están localizados en un lugar que moleste a la paciente pueden manejarse expectantemente.