La denominación médica del clavo plantar o callo es la de heloma y son lesiones muy delimitadas y con un núcleo endurecido, más profundas que las hiperqueratosis simples o durezas.

Tratamiento para los callos

El tratamiento podológico de las hiperqueratosis consiste en la realización de la quiropodia, es decir, la deslaminación de la capa córnea. ¿Cómo se hace?

  • Mantener el pie en tensión.
  • Colocar el bisturí de forma paralela a la zona a tratar.
  • Deslizar poco a poco el bisturí por la zona afectada, de modo que se eliminen progresivamente las capas superficiales del tejido hiperqueratósico hasta que desaparezca el tejido amarillento y aparezca de color rosado.
  • Cuando existe heloma se practica una enucleación de éste con el bisturí en posición perpendicular sobre la piel, con movimientos circulares siguiendo el tejido hiperqueratósico que lo forma.

La quiropodia supone el tratamiento sintomático de estas lesiones, pero mientras continúe existiendo el desencadenante de su formación, volverán a aparecer. Por ello es necesario realizar un estudio biomecánico que esclarezca los factores etiológicos y la consecuente realización de un tratamiento ortopodológico, mediante la aplicación de ortesis, para mantener unos pies sanos. Los soportes plantares o plantillas son ortesis que se aplican en la cara plantar del pie y que tienen por objetivo compensar o corregir las diferentes alteraciones biomecánicas que pueden estar presentes.

Las ortesis digitales son pequeños dispositivos confeccionados con silicona que, aplicados en los dedos del pie, actúan corrigiendo o compensando alteraciones digitales. Ante alteraciones estructuradas, la ortesis actuará como protección de zonas de hiperpresión y fricción. Ante alteraciones flexibles, la ortesis reducirá la deformidad situando el dedo en su posición correcta, lo que en muchos casos supone la mejora del dolor.

¿Por qué se forman los callos?

La aparición de un clavo plantar o heloma en el pie se debe a diversos factores que pueden aparecer aislados o asociados. De forma general existen dos tipos de factores:

  • Factores intrínsecos: son los relativos a problemas anatómicos propios del pie como alteraciones de la marcha, óseas o patologías de la piel.
  • Factores extrínsecos: vienen derivados normalmente del uso de calzado incorrecto o poco apropiado.

En definitiva, la presión del calzado ejercida sobre una prominencia ósea es la causa más frecuente de aparición del heloma. Es fundamental diagnosticar el problema que causa ese tipo de heloma, para poder afrontarlo con el tratamiento más correcto.

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