Los hidratos de carbono son macronutrientes de gran consumo en los hogares y que tienen como principal función aportar toda la energía necesaria al organismo. Son muy fáciles de encontrar en los alimentos cotidianos como en la pasta, la fruta, las legumbres y el pan.

Azúcares complejos

En las personas mayores al menos 150gr de hidratos de carbono se deben aportar a diario y, la mayoría deben ser en forma de azúcares complejos (cereales, pan, arroz, patata, legumbres, verduras y hortalizas). Estos azúcares son los más adecuados al ser más fáciles de digerir y producen una liberación de energía gradual, sin provocar subidas o bajadas bruscas de azúcar en sangre.

Consecuencias de los hidratos en mayores

Un problema muy común en la población anciana es que sus dietas no llegan a las cantidades recomendadas de azúcares complejos provocando un desequilibrio nutricional. Además, estos azúcares también son la principal fuente de fibra de la dieta y si se disminuye su consumo, aumentan los problemas digestivos asociados como el estreñimiento.

Azúcares simples

En cambio, en la dieta del anciano se observa un abuso de azúcares simples (bollería, pastelería o alimentos azucarados, miel, mermelada), provocando una elevación brusca de la glucosa que puede tener consecuencia para la salud. La cantidad recomendada de estos azúcares en la dieta no debe sobrepasar el 10% de le energía total.

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