Unos de los cambios típicos de las personas mayores son los que ocurren a nivel de la masa muscular, la grasa y el agua corporal. A pesar de ser de los más importantes para determinar el equilibrio del medio interno y el nivel de dependencia, son los cambios que menos se perciben.
Músculos
En los ancianos hay una pérdida de masa muscular que puede llegar a ser de hasta el 40%. Esto implica una mayor dificultad en la realización de las funciones motoras, menor resistencia al ejercicio y es uno de los principales factores determinantes de la dependencia de las personas mayores.
Las causas de esta pérdida son múltiples y además se potencian entre ellas. Las principales son:
- Disminución de la ingesta de proteínas y desnutrición.
- Disminución del ejercicio físico: vida sedentaria, enfermedades crónicas limitantes (respiratorias, cardíacas, osteoarticulares, etc.).
- Alteraciones endocrinas (diabetes, problemas de tiroides, etc.).
- Disminución del estímulo nervioso directo en el músculo.
- Uso de ciertos fármacos (corticoides, diuréticos, etc.)
Grasa y agua corporal
Con la edad la proporción de agua del organismo disminuye de forma progresiva; en la juventud el agua representa aproximadamente el 70% de la masa corporal, mientras que a partir de los 65 años puede disminuir hasta el 50%.
Con respecto a la grasa hay un aumento de la misma que es proporcional a la disminución de la masa muscular. La grasa se distribuye de forma diferente a como lo hace en las personas jóvenes, con predominio en el tronco así como a nivel intraabdominal (alrededor de las vísceras) y disminuyendo en las extremidades. Como consecuencia puede haber problemas en el mantenimiento de la temperatura corporal y una alteración en el metabolismo de muchos fármacos.
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