El cambio climático puede afectar a la biodiversidad marina y terrestre, y a la productividad y composición de especies vegetales y animales. Frente al cambio climático, podemos hacer lo que este en nuestras manos para no contribuir al efecto invernadero.

¿De qué cambios o amenazas hablamos?

Como hemos introducido, existen diferentes causas que a nivel global ocasionan cambios en el medio ambiente y en los ecosistemas y estos pueden afectar indirectamente a la producción alimentaria. Dos de los factores más estudiados que afectan a la producción alimentaria son el cambio climático y el declive de los animales polinizadores, por ello vamos a repasar la incidencia de estos factores sobre la alimentación.

Declive de polinizadores

La diversidad y riqueza nutricional de la alimentación humana depende en gran medida de los animales polinizadores, tal como ya apuntaba la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación) en 2009.

A escala mundial, más de la tercera parte de la producción de alimentos depende de la polinización animal. Más de 4.000 variedades vegetales existen gracias a la polinización de las abejas, entre las que se encuentran frutas y verduras.

Varios estudios demuestran que este último siglo los animales polinizadores han sufrido un declive, sufriendo pérdidas notables en su diversidad. Tal como afirma el Dr. Jordi Bosch, investigador del CREAF (Centre de Recerca Ecològica i Aplicacions Forestals de Barcelona):

“está claro que prácticas agrícolas más ecológicas y la conservación de hábitats favorables ayudarían a revertir la alarmante tendencia actual de pérdida de polinizadores”.

La pérdida de polinizadores representa evidentemente una pérdida a nivel biológico, pero supone también un problema económico para muchos cultivos, que de no disponer de polinización a través de estos animales requerirían de inversiones millonarias para obtener los mismos niveles de producción.

Cultivos que dependen de la polinización animal

  • Sin animales polinizadores la producción de cacao, vainilla, kiwi, sandía, melón, maracuyá, calabaza y calabazín cae estrepitosamente y se reduce un 90% o más.
  • En el caso de los cultivos de almendras, manzanas, frambuesas, zarzamoras, moras, anacardos, melocotones, nectarinas, membrillo, nísperos, cardamomo e hinojo la reducción se encuentra entre el 40% y el 90%. En este caso los los insectos polinizadores no resultan esenciales pero si relevante.
  • Menos relevante aún, pero no por ello menos importante, es la reducción de los cultivos de habas, castañas, coco, berenjenas, higos, fresas, fresones, girasoles, perjil, rábanos, apio y alcachofas que se encuentra entre el 10% y 40%

Cambio climático

Cuando hablamos de cambio climático nos estamos refiriendo a una alteración en el promedio y/o en la variabilidad de las propiedades del clima de forma persistente.  Las alteraciones en el clima pueden afectar a las condiciones ambientales particulares que las diferentes especies de flora y fauna requieren para reproducirse, crecer y sobrevivir. Esto, puede perjudicar a algunas especies y beneficiar otras. Los cambios de temperatura pueden forzar el traslado de ciertos cultivos a zonas más adecuadas para ello. Ahora bien, la tendencia hacia un clima rápidamente cambiante y hacia condiciones más extremas supone un riesgo para la producción alimentaria ya que en términos generales, entre otros, se pueden producir los siguientes efectos:

  • Las lluvias e inundaciones favorecen la proliferación de plagas y el crecimiento de hongos patógenos, además de la contaminación de los suelos.
  • El incremento de las temperaturas de los océanos y sus condiciones de salinidad conducen a un incremento de la presencia de una clase de bacterias que afectan al marisco y provocan intoxicaciones alimentarias.
  • La desertificación conduce a una mayor concentración de pesticidas en las plantas y la sequía las convierte en más débiles y vulnerables.

Medidas para evitar el cambio climático

Hasta ahora hemos ido viendo efectos, veamos ahora qué medidas se pueden tomar:

  • Políticas que eviten la deforestación y el uso de pesticidas dañinos para los animales polinizadores, junto a otras medidas que tengan en cuenta el efecto medioambiental de todas las acciones humanas.
  • Una apuesta superior por la producción ecológica y por el consumo mayoritario de productos vegetales, más sostenibles que la producción animal.
  • Adaptación de los cultivos a las condiciones cambiantes de clima y productividad.
  • Evitar el consumo de productos de marisco crudo y maximizar el cumplimiento de buenas prácticas de manipulación e higiene de los alimentos.
  • Mantener una actitud personal comprometida al máximo con el medioambiente, evitando acciones como el desperdicio alimentario, prácticas contaminantes y el uso de productos que perjudiquen al medioambiente, minimizando el uso de plásticos y productos de los que podemos prescindir, etc.

Lo que debes saber…

  • Problemas ecológicos como el cambio climático o la pérdida de diversidad y el declive de los animales polinizadores tienen efectos importantes sobre la producción de alimentos a nivel mundial.
  • Más de 4.000 variedades vegetales existen gracias a la polinización de las abejas.
  • Es necesario una actitud personal y gubernamental más sostenible y concienciada con el medioambiente para minimizar el impacto humano que favorece estos cambios negativos.

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