¿Qué es?

Los divertículos son pequeñas invaginaciones en forma de saco que protruyen desde la luz del intestino. Son muy frecuentes en el intestino grueso o colon, especialmente en el colon izquierdo. La presencia de divertículos en la pared del intestino (colon) se denomina enfermedad diverticular o diverticulosis.

La enfermedad diverticular puede cursar con episodios de inflamación de los divertículos, en estos casos se habla de diverticulitis.

¿Cómo se produce?

Aunque se desconoce exactamente la causa de la enfermedad diverticular su aparición sí se ha visto relacionada con la edad (es más frecuente a edades más avanzadas) y especialmente con la falta de fibra en la dieta. La fibra permanece en el colon y absorbe agua lo que facilita el paso de las heces y la defecación. Los divertículos se producen por un aumento en la presión interna del colon. Cuando se toma poca fibra puede aparecer estreñimiento, con lo cual se facilita que la musculatura intestinal se fuerce, aumente la presión en el interior del colon y se favorece la formación de divertículos. Otros factores relacionados con la diverticulosis son la obesidad y la falta de actividad física.

En la diverticulitis se produce una inflamación e infección del divertículo, debido a una erosión de la pared producida por un aumento de la presión intraluminal o por retención de material fecal (heces) en su interior.

Síntomas

En la mayoría de los casos la diverticulosis es asintomática y es un hallazgo accidental en pruebas complementarias que se realizan por otro motivo.

Cuando aparecen síntomas suelen ser episodios de dolor abdominal inespecífico, generalmente en la parte inferior izquierda del abdomen, que puede ser continuo o intermitente y suele aliviarse con la defecación y/o la expulsión de gases. Los episodios de dolor abdominal pueden ser desencadenados por las comidas. Otros síntomas que pueden aparecer incluyen la sensación de hinchazón abdominal y alteraciones del hábito intestinal (estreñimiento o diarrea). A veces un divertículo se puede lesionar dando lugar a un hemorragia por el recto (rectorragia).

La diverticulitis es un cuadro más grave y se caracteriza por dolor abdominal constante en la parte inferior izquierda del abdomen, calambres, fiebre, náuseas y vómitos, alteración del hábito intestinal (estreñimiento/ diarrea) y distensión abdominal. La inflamación de los divertículos puede dar lugar a fístulas (trayectos anormales) entre el intestino grueso y otros órganos.

La diverticulitis puede presentar complicaciones importantes como son la hemorragia, la infección localizada (absceso) o generalizada (peritonitis), estrechamiento de tramos del colon (estenosis) y fístulas (trayectos anormales entre dos órganos).

Diagnóstico

El diagnóstico de la enfermedad diverticular se basa en la realización de una historia clínica completa, la exploración abdomino-pélvica y una serie de pruebas de imagen para confirmar la presencia de divertículos en el abdomen y descartar otras enfermedades.

La analítica en sangre suele ser normal en pacientes con diverticulosis. En la diverticulitis puede haber una elevación de la cifra de glóbulos blancos indicativo de infección.

Se suele indicar:

  • Radiografía simple de tórax y abdomen: puede ser útil para descartar otras causas de dolor abdominal y la existencia de posibles complicaciones.
  • Enema opaco: Está contraindicado en los episodios de dolor agudo por riesgo de extravasación de material en caso de perforación.
  • Colonoscopia: Cuando no existe diverticulitis y el paciente está estable. Permite la toma de una muestra de tejido (biopsia) de la pared del intestino y descartar otras enfermedades (como tumores u otras enfermedades inflamatorias).

Ante la sospecha de diverticulitis las pruebas más seguras y fiables son el TAC y la ecografía abdominal.

  • La ecografía abdominal permite ver el engrosamiento de la pared y complicaciones como fístulas, abscesos (colecciones de pus) y su drenaje mediante punción con una aguja.
  • El TAC abdominal es el método de elección para el diagnóstico de diverticulitis y para el seguimiento de su evolución y aparición de posibles complicaciones.

Tratamiento

El mejor tratamiento de la diverticulosis es el consumo de fibra (vegetales, frutas y cereales integrales). Así se debe aconsejar una dieta rica en fibra y evitar el sedentarismo. Se pueden indicar suplementos de fibra (como el salvado) si el aporte de la dieta no es suficiente. El dolor abdominal se trata con analgésicos o antiespasmódicos.

El tratamiento de la diverticulitis leve y no complicada consiste en dieta absoluta, reposo en cama, administración de antibióticos y analgésicos. Cuando la diverticulitis es más grave, se asocian complicaciones o si el paciente presenta factores de riesgo (como edad avanzada u otras enfermedades asociadas) es necesario el ingreso hospitalario. En estos casos el paciente puede requerir la colocación de una sonda nasogástrica y la administración de líquidos intravenosos, además de las otras medidas de tratamiento referidas.

El tratamiento quirúrgico se reserva para la aparición de complicaciones como son la perforación intestinal y peritonitis, hemorragia, fístulas o episodios repetidos de diverticulitis.

Puede ser necesaria la resección del segmento de intestino afectado o la eliminación de las colecciones de pus (abscesos).

Prevención

Comer alimentos con mucha fibra es sencillo y reduce los síntomas y problemas de la enfermedad diverticular.