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El control del equilibrio está regulado por la información que obtenemos del exterior a través de tres canales: la visión, los receptores propioceptivos, ubicados a nivel osteoarticular y cutáneo, que dan información sobre la posición del cuerpo y sus movimientos, y el oído interno. Toda esta información se recoge e integra a nivel de la corteza cerebral, el cerebelo y el tronco encefálico y se dan unas órdenes nerviosas que permiten mantener el equilibrio.

A nivel del oído interno la información se transmite a través del nervio auditivo o vestibulococlear, también denominado octavo par craneal (VIII PC). Este nervio consta de dos ramas, la rama coclear, que transmite la información sobre la audición, y la rama vestibular, que se encarga de la transmisión al tronco de la información posicional que proporcional el oído interno. Si por la causa que sea se produce una inflamación de esta rama del VIII PC se da lo que se denomina neuritis vestibular.

¿Cómo se produce?

La neuritis vestibular suele ser de origen vírico. La infección del virus, probablemente en el contexto de una infección respiratoria alta, un cuadro catarral, hace que el nervio se inflame y por lo tanto la trasmisión de la información sobre la posición recogida por el oído interno se va alterada, no siendo congruente con el resto de informaciones aportadas por los receptores propioceptivos del cuerpo y la visión y, consecuentemente, la sensación de equilibrio se percibe como alterada, dando una falsa sensación de movimiento o falta de equilibrio.

En pacientes de más de 60 años se debe tener en cuenta que la neuritis vestibular sea debida a una posible isquemia aguda, por afectación de la arteria vestibular anterior, una rama de la arteria auditiva interna, dependiente a su vez de la arteria cerebelosa anteroinferior. Esta arteria se encarga de la irrigación de varias estructuras del oído interno, como son el utrículo, los canales vestibulares y parte del sáculo. Un déficit en la irrigación procedente de esta arteria puede dar lugar a una lesión nerviosa que derive en una neuritis vestibular.

Sintomatología

La neuritis vestibular da un cuadro muy típico de inicio brusco y se caracteriza por la presencia de inestabilidad cefálica, mareo, sensación rotatoria y falta de equilibrio. Puede acompañarse de síntomas vegetativos intensos, como náuseas, vómitos, sudoración o palpitaciones. Es una sensación muy desagradable, por lo que puede desencadenar una crisis de ansiedad.

Dado que se trata de una afectación aislada de la rama vestibular del nervio vestibulococlear, la audición no está alterada y no se aprecian acufenos, a diferencia de lo que ocurriría en caso de una laberintitis o de la enfermedad de Ménière.

El paciente afectado de una neuritis vestibular puede presentar la sensación de inestabilidad a lo largo de dos o tres semanas. Al caminar se producirá una lateralización de la marcha hacia el lado sano, dado que tirará del paciente para que camine recto según la percepción que tiene este del equilibrio.

El test de Romberg consiste en la exploración del equilibrio basándose en que se necesitan dos de los tres sistemas de control del equilibrio para que esté preservado. Se hace que el paciente esté de pie con los ojos cerrados y se observa si el paciente se cae hacia algún lado. En el caso de la neuritis vestibular, caerá hacia el lado lesionado, lo que se denomina Romberg positivo.

Estos pacientes también suelen presentar un movimiento anómalo de los ojos, lo que se conoce como nistagmo. El nistagmo es un movimiento involuntario de los ojos en el que estos se lateralizan hacia un lado de manera rápida y luego regresan lentamente a la posición normal. En los pacientes con neuritis vestibular se producirá un nistagmo horizontal de los ojos hacia el lado sano.

Diagnóstico

La neuritis vestibular se diagnostica esencialmente por la descripción de los síntomas que haga el paciente y la exploración física. Es importante realizar un examen otológico, así como una exploración neurológica completa, valorando las alteraciones de la marcha y la presencia o ausencia del signo de Romberg.

En algunos casos, si existen dudas sobre una posible afectación de la audición se podría realizar una audiometría.

Si la clínica de inestabilidad persiste tras dos o tres semanas puede ser aconsejable realizar un estudio de la conducción eléctrica mediante un electroneurograma (ENG).

Tratamiento

El tratamiento de la neuritis vestibular será sintomático, basándose en el uso de antieméticos como la metoclorpramida para las náuseas y los vómitos, así como medicación contra el vértigo, como la tietilperazina, la sulpirida o la biodramina, o bien betahistina en algunos casos.

En casos rebeldes puede ser útil administrar una tanda corta de corticoides por vía oral.

Medidas preventivas

No existen medidas preventivas específicas para la neuritis vestibular. En caso de presentar unos síntomas compatibles con la misma es aconsejable acudir cuanto antes a un especialista en otorrinolaringología.

Lo que debes saber…

  • Suele producirse por una infección vírica en el contexto de un cuadro catarral, que provoca la inflamación de un nervio del oído interno y la consecuente alteración del equilibrio.
  • La neuritis vestibular da un cuadro muy típico de inicio brusco y se caracteriza por la presencia de inestabilidad cefálica, mareo, sensación rotatoria y falta de equilibrio.
  • El tratamiento es sintomático, para aliviar las náuseas, los vómitos y el vértigo.