El síndrome compartimental es una lesión producida cómo consecuencia del aumento de la presión en el interior de los compartimentos de la fascia que comprometen a las estructuras que lo forman, fibras musculares, nerviosas y sanguíneas. Si la presión interna es muy elevada y sostenida en el tiempo, el daño causado puede ser de extrema gravedad. Una estructura sin irrigación nerviosa o circulatoria de forma mantenida podría desencadenar una necrosis celular en el tejido.

Tipos de síndrome compartimental

Según el tiempo de instauración de la lesión diferenciaremos dos tipos de síndrome compartimental:

  • Síndrome compartimental crónico: los daños producidos en los compartimentos son transitorios y secundarios al aumento de presión soportada durante el ejercicio físico repetitivo durante un tiempo determinado. Se da con mayor incidencia en las extremidades inferiores. Durante la práctica deportiva los movimientos repetitivos provocan un aumento de la presión intracompartimental que se añade al aumento de vascularización que precisa la fibra muscular durante el ejercicio. Ello desencadena un aumento de presión del compartimento que revierte al cesar el ejercicio. Frecuente en corredores, motociclistas y escaladores.
  • Síndrome compartimental agudo: en este caso la causa suele ser traumática y debe ser tratado con urgencia por suponer un alto compromiso en la viabilidad de las estructuras contenidas en el compartimento afecto.

Diagnóstico

Existen varios condicionantes que van a influir en la viabilidad de ese grupo muscular con un aumento de presión intracompartimental: la aparición aguda o crónica, los síntomas y su gravedad y el tiempo transcurrido desde los primeros signos.
Es fundamental realizar una exploración exhaustiva del grupo muscular afectado: tono muscular, movilidad, sensibilidad, fuerza… Ante la sospecha debe realizarse una medición de la presión en los compartimentos musculares afectados que debe repetirse un tiempo más tarde si los valores no son diagnósticos. Existe un kit específico destinado a la medición intracompartimental que deben tener todos los centros especialistas en traumatología y medicina deportiva.
Es importante tener presente este diagnóstico entre las posibles causas de dolor de extremidades en deportistas y dolor agudo en traumáticos. Clínicamente lo sospecharemos ante cualquier aumento de volumen de un área anatómica muscular con dolor a la palpación y a la movilidad. Es muy frecuente la aparición posterior de la sensación de hormigueo o parestesias.

Tratamiento del síndrome compartimental

Si se diagnostica síndrome compartimental agudo el tratamiento será quirúrgico. Consistirá en la realización de fasciotomías o incisiones sobre la fascia para aliviar la presión en su interior. En caso de síndrome compartimental crónico los síntomas suelen ceder al cesar el ejercicio, por ello para confirmar el diagnóstico se someterá al paciente a una prueba de esfuerzo y le mediremos la presión intracompartimental. Se optará por un tratamiento quirúrgico cuando las medidas conservadoras no controlan la aparición de dolor durante el ejercicio.
De cualquier manera, es una afectación grave de los tejidos blandos que puede pasar desapercibida en caso de cronicidad. Es importante sospecharlo y descartarlo. Por supuesto, en caso de síndrome compartimental agudo hablamos de una urgencia quirúrgica que debe abordarse inmediatamente descomprimiendo el compartimento.

La estructura interna del músculo

El tejido muscular está formado por unas células especializadas llamadas miocitos o fibras musculares, que tienen la propiedad de aumentar o disminuir su longitud cuando son estimuladas por impulsos nerviosos, ello les confiere la propiedad de contraerse y relajarse.
La unidad funcional más pequeña del músculo es la fibra muscular o miocito. Las fibras musculares se agrupan formando un fascículo que, a su vez, se agrupan formando el músculo completo. El músculo está recubierto por una membrana de tejido conjuntivo llamada fascia que le aporta protección y capacidad de deformidad y deslizamiento.
En el interior de esta fascia se encuentran pues los fascículos musculares que forman el músculo, los nervios que los inervan y los vasos sanguíneos que los vascularizan. La fascia tiene capacidad de adaptabilidad, pero su capacidad de dilatación es limitada de forma que puede comprometerse su espacio interior en situación de máxima demanda y provocar diferentes lesiones musculares.

Lo que debes saber…

  • Según el tiempo de instauración de la lesión diferenciaremos dos tipos de síndrome compartimental: crónico y agudo.
  • El abordaje quirúrgico debe ser inmediato en caso de confirmación diagnóstica de un síndrome compartimental agudo.
  • En caso de síndrome compartimental crónico los síntomas suelen ceder al cesar el ejercicio, por ello para confirmar el diagnóstico se someterá al paciente a una prueba de esfuerzo y medición de la presión intracompartimental.