En la actualidad, circulan muchos tipos de dietas que bajo el atractivo nombre de “dietas milagro” prometen pérdidas de peso rápidas y sin esfuerzo, pero ¿son realmente seguras y adecuadas?

Efecto rebote

La mayoría de dietas milagro no son recomendables. Debemos desconfiar de ellas, ya que todas tienen en común la carencia de rigor científico, así como el déficit de nutrientes esenciales que pueden dar lugar a problemas de salud. Además, habitualmente, al dejarlas se recuperan más kilos de los perdidos, el conocido fenómeno “efecto rebote”.

Una dieta te perjudica si…

Se basa en la toma de un solo alimento

Dietas de la piña, de la alcachofa, de la papaya… son dietas que además de resultar aburridas y monótonas son del todo desequilibradas y pueden producir trastornos digestivos.

Tiene un bajo o muy bajo valor calórico

Suelen ser dietas muy pobres en calorías (aportan entre 400 y 1200 Kcal/día), por ello, su seguimiento continuado puede provocar un desequilibrio alimentario y déficits nutricionales, alteraciones gastrointestinales, mareos, caída del pelo, ansiedad, insomnio, irritabilidad…

Es pobre en hidratos de carbono

Como quieren conseguir un efecto rápido, suelen eliminar gran cantidad de alimentos rápidamente, sin pensar que el organismo necesita de todo en las cantidades recomendadas para estar sano.

Prometen resultados rápidos

A partir del consumo exclusivo de alimentos proteicos y grasos, eliminando o limitando al máximo los alimentos ricos en hidratos de carbono (arroz, trigo o maíz y sus derivados como la pasta o el pan, la patata, las legumbres, las verduras y la fruta).

Este tipo de dietas provocan citogénesis (oxidación de grasas y de algunos aminoácidos para obtener energía) produciendo una rápida pérdida de peso pero con importantes efectos secundarios como: descalcificación ósea y daños renales por exceso de nitrógeno, fatiga, náuseas, halitosis, cefaleas, insomnio, mareos, deshidratación, estreñimiento, pérdida de proteína muscular y visceral, aumento de los niveles de colesterol, triglicéridos y ácido úrico, con el consecuente riesgo cardiovascular.

Apenas aporta proteínas

A diferencia de las anteriores, éstas limitan los alimentos proteicos (lácteos, carnes, pescados, huevos y sus derivados) y las grasas (aceites, margarinas…) y se basan en el consumo casi exclusivo de cereales y fruta. Además de resultar desequilibradas, el aporte excesivo de fibra disminuye la absorción de nutrientes, provocando al mismo tiempo trastornos intestinales como diarrea, cólicos abdominales y flatulencias. Además de la pérdida de masa muscular y visceral, estas dietas se caracterizan por el descenso de la presión arterial y posibles arritmias cardiacas.

Es disociada

Se trata de dietas basadas en evitar mezclar en la misma comida diferentes nutrientes. Este concepto es irreal ya que no hay alimentos “puros” en nutrientes, que únicamente contengan hidratos de carbono o sólo proteínas o grasas. Los alimentos combinan diferentes nutrientes en diferentes proporciones. Aun así este tipo de dietas no comporta riesgo para la salud si a lo largo del día se ingieren alimentos de todos los grupos. La consecuencia aparece al abandonar la dieta ya que es monótona y no es viable comer “para siempre” de manera disociada. Entonces, al volver a la alimentación habitual suele producirse un aumento de peso.

Ofrece una pérdida de peso muy rápida: son de muy bajo valor calórico y deficitarias en muchos nutrientes. La Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) recomienda reducir entre 0,5 y 1 Kg de peso a la semana como máximo. Con pérdidas de peso más bruscas se pierde masa muscular, en contra de lo recomendado en la pérdida de peso saludable, que persigue la pérdida de masa grasa preservando la masa muscular al máximo.

Recomienda realizar ayunos

Existe la creencia popular de que saltándose alguna ingesta diaria se adelgaza con mayor facilidad. Los kilos que pueden perderse haciendo ayuno corresponden mayoritariamente a agua y a proteína muscular, y no a grasa que es la perjudicial en el exceso de peso.

Si es una dieta genérica y/o no está supervisadas por un especialista

Toda dieta debe estar adaptada a las necesidades de la persona. Puede cometerse el error de escoger una dieta inadecuada con el consecuente déficit nutricional o ”efecto rebote”. Además, la dieta que sirve a una persona no tiene por qué funcionar a otra. Por eso es importante ponerse en manos de expertos en nutrición.

Por todo ello, atención. Empieza la época en que revistas, páginas web, amigas… nos bombardearán con dietas milagro. No caigas en el error de escoger una de ellas, ahora ya tienes las claves que te harán desconfiar. Y recuerda, antes de ponerte a dieta, contacta con un especialista que valore tus características concretas y adapte la dieta a tus necesidades reales. Con el Seguro de MAPFRE Salud cuentas con un extenso cuadro médico con los mejores especialistas, que te ayudarán a comer sano sin necesidad de poner tu salud en riesgo.

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Lo que debes saber…

  • Habitualmente al dejar las dietas milagro se recuperan más kilos de los perdidos; es el conocido fenómeno “efecto rebote”.
  • Debemos desconfiar de las dietas que se basen en la toma de un solo alimento, que ofrecen una pérdida de peso muy rápida o que recomiendan realizar ayunos ya que son perjudiciales para la salud.
  • La Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) recomienda reducir entre 0,5 y 1 Kg de peso a la semana como máximo.