Los fitoestrógenos presentan una estructura química muy similar a los estrógenos humanos, hormona que desempeña un papel fundamental en el sistema reproductivo de la mujer. Según indica la Food Standard Agency se puede considerar fitoestrógeno a toda planta, sustancia o metabolito que, al ser consumido, ocasiona una respuesta biológica al unirse con los receptores de los estrógenos.

Tipos de fitoestrógenos

Dependiendo de su estructura podemos encontrar diferentes tipos de fitoestrógenos:

  • Isoflavonas
  • Lignanos
  • Cumestranos

Las más conocidos y de los que se habla habitualmente son las isoflavonas, pero todos los fitoestrógenos pueden unirse a la estructura de los estrógenos y realizar funciones similares.

¿Dónde se encuentran los fitoestrógenos?

  • Los lignanos podemos encontrarlos en las semillas de lino, cereales integrales y legumbres.
  • Los cumestranos se hallan en la alfalfa, lentejas y frijoles.
  • Las isoflavonas, en la soja y sus productos derivados como el tofu o la bebida de soja, la uva, las espinacas, el té verde y el té negro.

¿Qué función tienen los fitoestrógenos?

Los estrógenos, las principales hormonas sexuales femeninas, disminuyen a medida que la mujer envejece y a medida que se acerca la menopausia, lo que acarrea diferentes efectos en la mujer, como aumento del riesgo cardiovascular, sofocos (repentina sensación de calor que se inicia en cara y pecho, que dura entre dos y cuatro minutos y que acaba extendiéndose a todo el cuerpo), cambios de humor, más riesgo de osteoporosis, cansancio…

Debido a la similitud de los fitoestrógenos y los estrógenos, desde los años ochenta del pasado siglo se investiga si los primeros pueden realizar las funciones de los segundos cuando estos dejan de producirse, y así evitar los efectos asociados a su disminución.

¿Qué dicen los estudios?

  • Un metaánalisis publicado en la revista Nutrición Hospitalaria, “Beneficios de la soja en la salud femenina”, investiga si los fitoestrógenos pueden ser una alternativa a la terapia hormonal sustitutiva. Los estudios demuestran la eficacia de las isoflavonas en la reducción de los sofocos y en la mejoría de la calidad de vida de la mujer peri y postmenopáusica, aunque con cierta disparidad en los resultados, ya que la mayoría muestran diferencias en cuanto al diseño, la duración, la fuente de soja utilizada, y en las características epidemiológicas de la población. Respecto al riesgo cardiovascular, cabe destacar el mejor perfil lipídico obtenido a partir de la ingesta regular de isoflavonas, unido al efecto antioxidante de la soja. En relación con el metabolismo óseo, existen trabajos que no evidencian la utilidad de las isoflavonas en la conservación de la masa ósea, pero la mayoría de los autores coinciden en que el consumo regular de isoflavonas, especialmente la genisteína, tiene una acción protectora frente a la descalcificación ósea.

Se puede concluir que existe evidencia de que el consumo regular de isoflavonas de soja disminuye los sofocos asociados al síndrome climatérico (es un conjunto de síntomas y signos que anteceden y siguen a la menopausia) y mejora la calidad de vida de la mujer peri y postmenopáusica. Respecto a otros efectos beneficiosos, son necesarios más estudios que tengan un diseño homogéneo y utilicen productos derivados de la soja con similares características.

  • En otro estudio realizado por la universidad de Granada, “Estimación de la ingesta de fitoestrógenos en población femenina”, indican que la ingesta de alimentos que contienen de forma natural fitoestrógenos puede favorecer al organismo en los procesos en los que se necesitan hormonas, como el ciclo menstrual, aunque también podrían interferir con el estradiol, el estrógeno endógeno más potente que produce el organismo, pudiendo no obtenerse los beneficios.
  • En el Informe del Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), en relación al consumo de isoflavonas, se destacan la multitud de estudios que se han realizado para determinar los beneficios de consumir fitoestrógenos, concretamente sobre las isoflavonas y su efecto preventivo en diferentes trastornos o enfermedades, aunque también señala que puede ser debido a otros componentes activos presentes en los alimentos.

Conclusión

A pesar de que se han llevado a cabo multitud de estudios, aún existe controversia en relación a los beneficios que aporta el consumo de fitoestrógenos, por no haberse conseguido resultados totalmente concluyentes. No hay evidencias suficientes para recomendar cantidades específicas o tipos de isoflavonas para la prevención o tratamiento de determinadas enfermedades. Por esto, puede ser prematuro recomendar el reemplazo de la terapia de sustitución de estrógenos por isoflavonas de soja en la actualidad. Las evidencias actuales no permiten llegar a una conclusión clara al respecto porque hay muchas variables  implicadas (tamaño de la muestra, variabilidad en el diseño de los estudios, variación en los tipos y cantidades de las isoflavonas utilizadas…). Serán necesarios más estudios para obtener resultados concluyentes, a pesar de que las evidencias para demostrar los efectos beneficiosos de los fitoestrógenos van al alza.

Se aconseja consumir fitoestrógenos procedentes de alimentos como las legumbres, verduras, cereales integrales…y reducir las carnes rojas y grasa saturadas, con estas recomendaciones se puede llegar a incrementar la ingesta diaria de isoflavonas.

Lo que debes saber…

  • La isoflavona es el fitoestrógeno más conocido, pero todos los fitoestrógenos pueden unirse a la estructura de los estrógenos y realizar funciones similares.
  • Los fitoestrógenos y los estrógenos presentan una estructura química muy similar, y por ello que se investiga si los fitoestrógenos pueden realizar las funciones de los estrógenos cuando estos dejan de producirse.
  • Se aconseja consumir fitoestrógenos procedentes de alimentos como las legumbres, verduras, cereales integrales… y reducir las carnes rojas y grasa saturadas. Con estas recomendaciones se puede llegar a incrementar la ingesta diaria de isoflavonas.