Todavía existe la creencia popular de que a los niños se les debe “enseñar a caminar”. Por eso, no es de extrañar que se hayan inventado los andadores de bebés, con la intención de acelerar o estimular el proceso. La realidad es otra, ya que no sólo no ayudan a caminar a los bebés, sino que, además, son una causa muy importante de accidentes infantiles.

¿Qué es un andador?

Son estructuras rígidas, con un aro exterior, que se sostienen sobre unas patas con ruedas y provistas de un arnés en su interior para colocar al bebé. De esta manera, el niño queda de pie con los pies apoyados en el suelo. El hecho de tener ruedas, hace que los bebés se puedan desplazar con un esfuerzo mínimo.
Otro tipo de andadores de bebé son los de arrastre, es decir, consisten en unas estructuras con ruedas donde el niño se agarra de una barra y los empuja. Esto le proporciona estabilidad cuando empieza a caminar y puede avanzar más fácilmente. En este caso el niño no lleva ningún arnés y ha de ser capaz de mantenerse de pie.

¿Cuándo empiezan a andar los bebés?

La pregunta correcta sería: ¿Cuándo nos preocupa a los pediatras que un bebé no camine solo? El niño empieza a desplazarse con el arrastre, luego con el gateo y, finalmente, cuando su cuerpo está preparado, se pone de pie y empieza a dar sus primeros pasos. Hasta los dieciocho meses estamos “a tiempo” para dejar que nuestro hijo se desarrolle a su ritmo y camine solo. Si un bebé no camina es que hay algo que se lo impide, que no está maduro y que necesita tiempo. Esto no quiere decir que los padres no hagamos nada con nuestros hijos… Lo que sí podemos hacer es estimular a que el bebé consiga cada hito del desarrollo: poniéndolo en el suelo para que gatee y jugando muchísimo con él para desarrollar la musculatura que le permitirá caminar.
Todos los niños son diferentes en su ritmo de desarrollo y en sus habilidades. Cada uno tiene su tiempo. Todo llega cuando tiene que llegar.

El peligro de los andadores de bebés en cifras

  • Las alertas de la Asociación Americana de Pediatría y de la Asociación Española de pediatría sobre el uso de andadores está fundamentada en la gran cantidad de accidentes infantiles que causan cada año. Por ejemplo, en los Estados Unidos, cada año se producen unas 600 lesiones relacionadas con andadores en niños menores de cuatro años.
  • Desde el punto de vista del desarrollo, fisioterapeutas del Reino Unido afirman que los andadores para bebés han podido causar hasta 4.000 lesiones anuales y que distorsionan la capacidad de los niños en el desarrollo de la capacidad visual y de la marcha, debido a que, mediante su uso, la exploración del entorno no es la correcta.
  • Países como Canadá han prohibido su uso desde 2004 ya que era la causa más frecuente de traumatismo craneoencefálico en bebés menores de dos años.
  • La Alianza Europea para la Seguridad Infantil no recomienda su uso debido al alto riesgo de lesiones que suponen para los niños e insta a los profesionales sanitarios a que no fomenten el uso de los mismos.

Mitos o falsas creencias sobre los andadores para bebés

  • Los bebés aprenderán a andar más deprisa: como hemos dicho antes, cada bebé tiene su propio ritmo y debe estar física y madurativamente preparado para alcanzar cada hito del desarrollo. Además, poner a un bebé en un andador con el afán de que camine sin dejarlo gatear a sus anchas, sería un error, ya que el gateo aporta muchísimos beneficios a corto y largo plazo.
  • Los bebés están más entretenidos y seguros mientras realizamos otras tareas: pensar que el andador es seguro porque es una estructura rígida es un error peligroso. La realidad es otra, ya que, con el andador, los bebés se pueden mover más deprisa y su alcance a cosas u objetos es mayor. Esto puede provocar caídas por escaleras, accidentes con estufas, picos de mesas o estructuras con vidrios.

¿Por qué son peligrosos?

Las lesiones que puede provocar a un bebé un andador son potencialmente muy graves, algunas, incluso, pueden provocar el fallecimiento del pequeño:

  • Caída por escaleras: es una de las causas más frecuentes de lesiones graves y traumatismo craneoencefálico en algunos países. El riesgo es mayor si no hay barreras de seguridad en las mismas.
  • Alcance de objetos potencialmente peligrosos: con el andador los bebés logran tener mayor altura y poder alcanzar objetos que, en situación normal, no cogerían: cables, objetos pesados, comida caliente…
  • Envenenamiento: relacionado con el punto anterior, se ha demostrado que los andadores aumentan el riesgo de ingestión de productos tóxicos por el mayor alcance que consigue el niño con el andador, hace que pueda llegar a alcohol, tabaco, medicamentos o productos de limpieza.
  • Vuelco: los andadores pueden volcar al cruzar superficies irregulares como umbrales de puertas o alfombras.
  • Quemaduras: utilizar el andador en la cocina, en estancias con estufas u otros sistemas de calefacción pueden favorecer quemaduras por contacto con estas superficies calientes. También se pueden producir porque el niño está al alcance de la mesa o cocina y puede volcar recipientes o cazuelas con aceite, sopas o café hirviendo.

Si todavía estás interesado en comprar un andador para tu hijo…

Si a pesar de todo quieres comprar un andador a tu hijo, debes saber que tiene que utilizarse bajo supervisión de un adulto y sólo cuando el gateo esté bien consolidado.
Estas son las precauciones que debes seguir para no lamentar accidentes:

  • Comprobar que el andador cumple la normativa europea EN 1273:2005.
  • No debe caber por las puertas para evitar el libre desplazamiento del niño por todas las estancias de la casa.
  • Comprobar que el andador dispone de un mecanismo de agarre para detener el andador en el borde de un escalón.
  • Si hay escaleras en la casa, deben ponerse barreras de seguridad y mantenerlas cerradas.
  • No usar el andador en la cocina.
  • Tener especial cuidado con cables, enchufes y otros electrodomésticos (como la plancha).
  • Evitar su uso en estancias con chimeneas y otros sistemas de calefacción que puedan causar quemaduras al bebé.
  • Permanecer alejado de piscinas o bañeras llenas de agua.
  • Vigilar permanentemente al bebé mientras esté subido al andador.

Lo que debes saber…

  • Las alertas de las Asociaciones Americana y Española de Pediatría sobre el uso de andadores está fundamentada en la cantidad de accidentes infantiles que causan cada año.
  • Poner a un bebé en un andador con el afán de que camine sin dejarlo gatear a sus anchas, sería un error, ya que el gateo aporta muchísimos beneficios a corto y largo plazo.
  • Si, a pesar de los datos sobre lesiones y peligros que puede entrañar su uso, quieres comprar un andador a tu  bebé, debes saber que tiene que ser usado bajo supervisión de un adulto y debes empezar a usarlo cuando el gateo esté bien consolidado.