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Las visitas al médico en el tercer trimestre se siguen haciendo mensuales hasta el último mes o mes y medio de embarazo, en que se realizan primero quincenalmente y luego semanalmente.

Deben realizarse controles de peso y tensión todas las visitas al médico. En caso de pacientes con grupo sanguíneo Rh negativo se indica la administración intramuscular de la gammaglobulina antiD (o vacuna del Rh) entre las semanas 28 y 29.

Primera ecografía del tercer trimestre

A las 32-35 semanas se realiza la ecografía del tercer trimestre, donde debe valorarse si el crecimiento fetal es el esperado, el líquido amniótico y la placenta. Se repasa además la morfología fetal por si aparece alguna alteración no detectable a las 20 semanas.

Debe realizarse también una analítica de sangre en el tercer trimestre del embarazo, con un hemograma para valorar si hay una anemia y las plaquetas para saber que estén correctas de cara al parto. La coagulación y las plaquetas son imprescindibles antes de un parto para conocer el estado de la paciente, saber si hay más riesgo de sangrados y si hay alguna contraindicación para una anestesia peridural.

Cultivos

En una de las visitas al médico hacia el octavo mes se realizan los cultivos vaginal y rectal. Esta prueba consiste en tomar una muestra de flujo vaginal y del recto para analizar si existe una colonización por la bacteria Streptococo Agalactiae. En caso de dar positivo alguno de los cultivos para esta bacteria debe administrarse antibiótico durante el parto para evitar complicaciones fetales.

Monitores

En las últimas visitas al médico se realiza también registros cardiotocográficos (o test no estresante o monitorización fetal). En esta prueba se coloca a la gestante en una camilla y se colocan 2 transductores sobre el abdomen sujetados por correas. Uno de estos transductores mide la presión en la zona superior del útero y por tanto refleja si se produce alguna contracción durante la exploración. El otro transductor (el que suele estar situado más bajo), mide el latido cardíaco fetal por ultrasonidos. Estas mediciones se reflejan en un papel cuadriculado de forma que según el patrón de latido y de dinámica uterina el especialista puede determinar si existe riesgo de pérdida de bienestar fetal.