¿Qué es la tiroides?

La glándula tiroides se localiza en la base del cuello, tiene forma de mariposa, con dos lóbulos laterales unidos por medio de una zona llamada istmo. Tiene la función es producir hormonas tiroideas: tiroxina (T3) y triyodotironina (T4).

La función de la glándula tiroides está regulada por la hipófisis (otra glándula que se conoce también por el nombre de pituitaria y que se localiza en la cabeza).

Los trastornos o enfermedades de la tiroides son principalmente el aumento de la producción de hormonas tiroideas (hipertiroidismo) o la escasez de producción (hipotiroidismo).

La función de las hormonas tiroideas es muy amplia, algunos ejemplos son: regular el metabolismo de las células del organismo, estimular el crecimiento, ayudan a madurar y desarrollar el sistema nervioso, regulan la temperatura corporal, ayudan a formar vitamina A y participan en el desarrollo y erupción dental.

Hipertiroidismo

Es el exceso de producción de hormonas tiroideas, por lo tanto un exceso de función del tiroides.

Las causas más frecuentes son: el exceso de yodo, enfermedad de Graves (proceso autoinmune que afecta mayoritariamente a niñas adolescentes), una infección viral de la tiroides (tiroiditis), aumento de la función de estimulación de la hipófisis, tumores ováricos o testiculares.

La enfermedad de Graves es la responsable del 80% de los casos de hipertiroidismo.

Los síntomas más frecuentes son: cansancio, aumento del número de deposiciones diarias o diarrea, bocio (tiroides visiblemente agrandada que se manifiesta como un bulto en la parte anterior del cuello), intolerancia al calor, crecimiento muy rápido, aumento del apetito y la sudoración, pérdida de peso, nerviosismo y en ocasiones exolftalmos (protusión o salida de los globos oculares hacia afuera: «ojos saltones»). También pueden aparecer palpitaciones, dificultad para dormir, caída del cabello e hipertensión arterial.

El tratamiento depende de la causa y de la gravedad de los síntomas. Puede abarcar desde el uso de medicamentos antitiroideos (modulan la función tiroidea), al yodo radiactivo (que tiene la capacidad de destruir la tiroides y detener la producción excesiva de hormonas); se puede llegar incluso a la cirugía para extirpar la tiroides en casos de gravedad.

En el caso que se tenga que destruir con radiación la tiroides o bien extirparla se deben tomar medicación sustitutiva de hormona tiroidea durante toda la vida.

Hipotiroidismo

Se define como la disfunción de la glándula tiroides que provoca una disminución de la síntesis de hormonas tiroideas.

La causa más común es la inflamación de la glándula (tiroiditis) debido a un virus o a una enfermedad autoinmune: tiroiditis de Hashimoto. En los niños también puede haber hipotiroidismo congénito (presentes desde el nacimiento). Otras causas de hipotiroidismo son: efectos secundarios de medicinas, alteraciones hipofisarias, prematuridad, radioterapia, fármacos antitiroideos…

Los síntomas del niño hipotiroideo son: ser más sensible al frío, estreñimiento, tristeza o depresión, lentitud de movimientos, dolor muscular o articular, piel seca, cabello y uñas quebradizas, aumento de peso e hipersomnia (aumento de la necesidad de dormir).

En el caso del hipotiroidismo congénito, los síntomas están presentes en el neonato y son los siguientes: cara hinchada, mirada triste, lengua muy grande (macroglosia), llanto ronco, fontanelas muy abiertas, ictericia persistente, hipotonía muscular, somnolencia, cabello frágil y escaso y con una implantación baja. También se pueden observar manos anchas con dedos cortos, talla baja y extremidades cortas en relación con el resto del cuerpo.

El hipotiroidismo congénito es detectado precozmente mediante las pruebas de detección neonatal («prueba del talón»).

El tratamiento del hipotiroidismo consiste en la administración de las hormonas que escasean. En función del tipo de hipotiroidismo el tratamiento sustitutivo es para toda la vida. La levotiroxina es el medicamento que se emplea con más frecuencia y se van controlando los niveles en la sangre periódicamente.

En los niños diagnosticados de hipotiroidismo congénito es muy importante iniciar precozmente el tratamiento para evitar el retraso mental (lo que se conoce como cretinismo) o secuelas en el crecimiento.