Tiempo de lectura: 3 minutos

Para saber cómo retardar la pérdida de firmeza es imprescindible tener claro qué parte de la piel es responsable de la turgencia y cómo funciona.

¿Qué es la dermis?

La dermis es la parte de la piel encargada de mantener la tonicidad. Está compuesta por una sustancia de soporte rica en agua y células activas, los fibroblastos, que fabrican gran cantidad de fibras de colágeno y elastina que se entrelazan entre ellas, dando lugar a una malla muy densa, responsable de la elasticidad y resistencia de la piel.

El sistema de producción de los fibroblastos funciona de maravilla en la infancia y la juventud, pero empieza a fallar a partir de los 40 años. Son menos activos, las fibras a las que dan lugar son de peor calidad y además no se entrecruzan de manera ordenada, sino que se apelotonan, dando lugar primero a las arrugas y luego a la pérdida de tono de la piel. Para acabar de agravar la situación, con el paso de los años, la dermis tiene más dificultades para retener agua.  Como consecuencia se produce la pérdida de firmeza en el óvalo facial.

Factores que aceleran la pérdida de renovación celular

Este proceso natural aparece claramente a partir de los 50 años, cuando los procesos de renovación celular se debilitan. Además, suele acelerarse por factores como:

  • La exposición excesiva al sol y a los rayos UVA, que deshidrata y contribuye a la desorganización de las fibras de colágeno y elastina.
  • La proliferación de los radicales libres, trozos de moléculas muy activas que, para estabilizarse, se combinan con diferentes estructuras, entre ellas las fibras de colágeno.
  • Las dietas drásticas, desequilibradas, hipocalóricas, pobres en proteínas, a menudo acompañadas de diuréticos, son uno de los peores enemigos de la piel, porque la someten a carencias que afectan a sus estructuras.

Consejos para mantener un cutis radiante

Una vez comprendido el mecanismo de pérdida de tono de la piel en sus diferentes facetas, vamos a ver en qué aspectos podemos incidir con nuestros hábitos nutricionales y cosméticos para retrasar la temida flacidez.

La hidratación interna y cosmética

  • Beber alrededor de 1,5 litros de agua al día, al igual que zumos, infusiones y caldos, aportará al organismo y a la dermis el agua necesaria para mantener la hidratación de su estructura.
  • Aplicar mañana y noche una crema hidratante; sencilla a los 20 años y, a medida que la edad aumenta, debe ser más rica en grasa y principios activos.
  • Las cremas hidratantes aplicadas con rigor ayudarán a que la epidermis no se deshidrate a la vez que pueden restituir o reforzar la presencia de sustancias humectantes, como el acido láctico, el hialurónico, la urea o los concentrados de algas, que retienen el agua en la piel.
  • Algunas cremas dicen contener colágeno o elastina con la finalidad de restablecer el tono de la piel. Se trata de un argumento algo utópico porque estas dos fibras son unas moléculas muy grandes que no son absorbidas por la epidermis, aunque sí tienen una cierta acción de retención de agua.
  • Para pieles más maduras a veces las cremas regeneradoras y antienvejecimiento incluyen sustancias antiradicales libres como son las vitaminas C y E.

Alimentación sana y variada

  • Nos permitirá asegurar el aporte de vitaminas C y E de forma natural. Los cítricos, el pimento, la fresa, el tomate… aportarán la vitamina C, y el aceite de oliva virgen o los frutos secos, la vitamina E. Además de su interés como antioxidante, la vitamina C es imprescindible para la biosíntesis del colágeno, lo que significa que es doblemente interesante para la salud de nuestra piel.
  • La alimentación también tiene que ser la principal fuente de colágeno y para ello deberá incluir proteínas de origen animal.
    No se aconseja saltarse sistemáticamente los “segundos platos” y seguir rigurosas dietas vegetarianas.
  • Recientemente han aparecido complementos alimenticios que aportan colágeno hidrolizado que tomado diariamente favorece la regeneración del colágeno de nuestro cuerpo y por ello mejora las articulaciones, la densidad ósea y el estado de la piel.
  • Mantener a raya el sol con productos con un factor de protección solar mínimo de 50, que debe ser aplicado con generosidad y antes de salir de casa. Hay que prestar atención a la adicción a las sesiones de rayos UVA ya que son las radiaciones solares más penetrantes.

Gimnasia facial

Todos tenemos muy interiorizados los beneficios del ejercicio corporal pero no tanto los del facial. Para combatir la flacidez resultará muy conveniente detenerse en el automasaje al aplicarse los cosméticos y practicar algún ejercicio de gimnasia con los músculos del rostro para mantener la tersura de la dermis.


Lo que debes saber:

  • La flacidez es un proceso natural que aparece claramente a partir de los 50 años, cuando los procesos de renovación celular se debilitan.
  • La exposición excesiva al sol y a los rayos UVA o las dietas drásticas, desequilibradas e hipocalóricas, aceleran el proceso de flacidez de la piel.
  • Consejos: beber alrededor de 1,5 litros de agua al día y aplicar una emulsión hidratante o incorporar algún tipo de gimnasia facial ayudará a combatir la flacidez.