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¿Qué es el electromiograma?

Prueba diagnóstica perteneciente al campo de la Neurofisiología que consiste en la realización de un registro de la actividad eléctrica de los diferentes músculos o grupos musculares del cuerpo mediante el uso de electrodos, elementos en forma de aguja fina que emiten impulsos eléctricos y recogen la actividad eléctrica generada por dichos impulsos, un osciloscopio o aparato que detecta la actividad eléctrica generada y sus oscilaciones y un ordenador que recoge e interpreta los datos obtenidos.

La actividad eléctrica es aquella que se genera en un determinado músculo o grupo muscular cuando se le somete a un estímulo voluntario (por ejemplo una contracción voluntaria del músculo por parte del paciente) o involuntario (por ejemplo un impulso eléctrico producido por un electrodo que da lugar a una contracción involuntaria del músculo). La actividad eléctrica depende del músculo y del nervio que lo inerva.

La electromiografía permite detectar alteraciones de la actividad eléctrica muscular y del sistema nervioso periférico (ausencia, exceso o defecto).

¿Cómo se realiza el estudio?

El estudio se realiza en la Unidad de Neurofisiología del centro médico u hospital por parte de personal especializado

El paciente deberá desnudar la zona muscular a estudio y permanecer tumbado sobre una camilla durante el mismo. El explorador insertará un determinado número de electrodos a modo de aguja fina sobre el músculo o grupo muscular que desee estudiar los cuales irán conectados al osciloscopio. Cada electrodo emitirá un impulso eléctrico que dará lugar a una pequeña contracción muscular involuntaria la cual a su vez generará una actividad eléctrica muscular que será detectada por el propio electrodo y recogida por el osciloscopio. Posteriormente se realizará un registro de la actividad eléctrica muscular bajo contracciones musculares voluntarias realizadas por el propio paciente.

La duración del estudio dependerá del número de músculos o grupos musculares que se deban estudiar.

Preparación para el estudio

La electromiografía no requiere de preparación previa por parte del paciente. Puede recomendarse evitar la práctica deportiva o el ejercicio físico extenuante 72 horas antes de la realización del estudio. Algunos fármacos pueden modificar el resultado del estudio por lo que el paciente debe consultar con su médico si realiza algún tipo de tratamiento antes de realizarse el estudio. Debe evitarse la aplicación de cremas o lociones en la zona el día del estudio.

¿Qué se siente durante y después de la prueba?

En función de la sensibilidad de cada paciente el estudio puede ser molesto o incluso doloroso. En cualquier caso, en la mayoría de los casos la prueba es tolerable. Después del estudio puede aparecer un pequeño hematoma en la zona de aplicación de los electrodos que desaparecerá en los días posteriores. Puede aparecer sensibilidad o molestia en el músculo o grupo muscular estudiados que generalmente responde al tratamiento analgésico habitual y que suele desaparecer en los días o semanas próximos.

Riesgos del estudio

  • Sangrado mínimo en el punto de aplicación del electrodo
  • Infección en el punto de aplicación del electrodo
  • Alergia al electrodo

Contraindicaciones

El paciente debe consultar a su médico antes de realizar el estudio en el caso de:

  • Toma de medicación, especialmente anticoagulantes
  • Hipersensibilidad al dolor

Razones por las que se realiza el estudio

La electromiografía es una prueba ampliamente conocida y utilizada en el campo de la Neurofisiología y la Neurología, dado que es una prueba que puede resultar molesta para el paciente únicamente debe ser realizada en casos seleccionados. La electromiografía tiene múltiples aplicaciones ya que aporta información objetiva sobre el estado de los músculos y de los nervios que los integran.

A nivel diagnóstico permite determinar si existe daño muscular o neurológico en pacientes que presentan síntomas como pérdida de fuerza, dolor o debilidad muscular, parestesias, calambres, etcétera. Permite confirmar o descartar el diagnóstico de enfermedades musculares o neurológicas de tipo degenerativo como distrofias, miastenia o esclerosis, entre otras. Útil en el diagnóstico de la neuropatía diabética (complicación típica de pacientes diabéticos mal controlados).

A nivel terapéutico permite decidir si una determinada lesión, (como por ejemplo una hernia discal o un atropamiento de un determinado nervio) es subsidiaria de tratamiento quirúrgico o no. A nivel médico legal permite determinar de forma objetiva si el paciente presenta una determinada lesión muscular o nerviosa o si por el contrario se trata de un simulador.