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El sueño es un acto fisiológico involuntario necesario para la reposición del organismo. En el sueño distinguimos dos fases que alternan entre sí durante la noche:

  • Fase REM (“Rapid Eye Movement”): sueño con movimientos oculares rápidos asociado al acto de soñar; no existe actividad muscular.
  • Fase no REM: sueño sin movimientos oculares rápidos Tiene cuatro etapas que se pueden detectar mediante un electroencefalograma.

Estas fases pueden encontrarse alteradas en el contexto de múltiples patologías. Cuando existe la sospecha de un trastorno relacionado con el sueño es imprescindible practicar un estudio del sueño o polisomnografía.

La polisomnografía es una técnica que permite estudiar el sueño y sus fases mediante el registro de diferentes variables fisiológicas como la presión arterial, la actividad electroencefalográfica, ocular, muscular, cardiaca y respiratoria. La información obtenida puede almacenarse en papel gracias a un sistema de plumillas o en soportes digitales.

Actualmente, algunos centros disponen de la posibilidad de realizar polisomnografías nocturnas ambulatorias. Se trata de la misma técnica, pero a diferencia de la anterior se realiza en el domicilio del paciente.

El paciente acude a la unidad de sueño donde el técnico le coloca todos los electrodos conectados a un sistema portátil y el paciente duerme en su casa. Al día siguiente acude a la consulta, se desconecta el sistema y se estudia la información registrada durante la noche.

¿Cómo se realiza el estudio?

El estudio se realizará en centros médicos especialmente habilitados. Se precisa de un laboratorio del sueño con una habitación tranquila, lo más parecida posible a la de cualquier domicilio particular, sin ruidos, oscura y con temperatura controlada. En otra habitación se encontrará el examinador con el equipo necesario para registrar la exploración.

Algunos centros disponen de un sistema de vídeo para registrar las imágenes del paciente mientras duerme. Con el fin de estudiar patrones del sueño el examen se realiza durante la noche y el paciente deberá acudir antes de la hora de dormir.

El laboratorio contará con la presencia de un técnico y/o médico con conocimientos en el método exploratorio. Se colocarán electrodos en el mentón, el cuero cabelludo y el borde externo de los párpados.

Los electrodos deben permanecer en su lugar mientras el paciente duerme. También se colocarán bandas elásticas torácoabdominales o algún sistema similar para registrar la frecuencia cardíaca y la respiración.

Junto a las variables fisiológicas también se medirá el tiempo que tarda en quedarse dormido y la duración de las diferentes fases del sueño

. El registro debe realizarse a lo largo de la noche entera y para considerarlo válido deberá de haber un periodo de sueño mínimo de tres horas. No requiere ningún tipo de preparación.

¿Qué se siente durante y después del estudio?

El estudio es totalmente indoloro. Debe procurarse que el paciente duerma plácidamente durante el estudio.

Se trata de una exploración no invasiva exenta de riesgos. No presenta contraindicaciones.

Razones por las que se realiza el estudio

La exploración la indicará habitualmente un médico general, neurólogo, neumólogo o médico internista. Podrá solicitarse para completar el estudio de las causas del insomnio, la hipersomnia, alteraciones de la calidad del sueño o conductas anormales durante la noche.

Uno de los problemas más habituales por los que se realiza la prueba es la hipersomnia o somnolencia excesiva diurna, que puede traducir la presencia de problemas respiratorios, como el síndrome de apnea del sueño. Este trastorno se caracteriza por paradas respiratorias nocturnas de mayor o menor brevedad que en situaciones graves pueden conducir a una parada cardiorrespiratoria.

Otros problemas médicos que pueden manifestarse con alteraciones del sueño son el síndrome de las piernas inquietas, la depresión, la narcolepsia, el sonambulismo, los terrores nocturnos y las crisis epilépticas nocturnas.