Cambios biológicos en las personas mayores
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Todas las células presentan cambios con el envejecimiento y por extensión también los tejidos y órganos, ya que éstas los forman.
Cambios en el organismo
Con el paso de los años los órganos cambian de forma gradual y progresiva, con una disminución de su función, es decir, una pérdida de la capacidad para realizar su trabajo, y con una menor reserva para realizar sus atribuciones más allá de las necesidades habituales, de manera que ante un evento estresante (enfermedad, cambios en el medio ambiente o en el ritmo de vida, etcétera) el organismo no puede dar respuesta a un aumento de las necesidades corporales. Asimismo, la recuperación del equilibrio interno del organismo se hace más difícil y requiere más tiempo.
Estos cambios pueden ser morfológicos, que afectan a la forma o al tamaño de los órganos, o funcionales, que alteran la capacidad y la eficacia de los mismos para realizar su función.
Aunque muchos de estos cambios son muy característicos del envejecimiento, éstos ocurren a un ritmo y una intensidad diferentes, de manera que no hay forma de predecir con exactitud cómo se va a envejecer, al contrario de lo que ocurre con los cambios en la adolescencia. Cada individuo envejece de una forma única y a un ritmo individualizado.
Retrasar el envejecimiento
No podemos parar el reloj y detener el envejecimiento de nuestros órganos y tejidos pero sí que podemos minimizarlas teniendo en cuenta tres grandes pilares:
- Prevención: Realizar controles periódicos de salud puede prevenir muchas enfermedades que aceleren el envejecimiento de nuestro cuerpo. También son útiles para detectar patologías en sus primeros estadios y así tratarlas de forma prematura.
- Alimentación: Llevar una alimentación saludable basada en alimentos frescos de origen vegetal ayudará al fortalecimiento de nuestro sistema inmune así como a disminuir el envejecimiento celular. Además, es importante adaptar la alimentación a nuestra edad y estilo de vida.
- Ejercicio: Realizar ejercicio de forma regular ayuda también a frenar el envejecimiento celular así como a fortalecer nuestro sistema inmune. Los ejercicios de fuerza son fundamentales en la población más mayor pues según se cumplen años se tiende a perder masa muscular.
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