Elastografía

Dra. Gemma Cardona

Especialista en Pediatría de MAPFRE

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¿En qué se basa la elastografía?

En la actualidad existen diferentes técnicas de este tipo que se utilizan a diario en los hospitales de nuestro país. Sin embargo, hoy en día, desde mitad de los años 90, gracias al avance tecnológico y científico constante de la Medicina, también existe la elastografía basada en la Resonancia magnética (MRE). Como el estudio por resonancia magnética no se ve limitado por la presencia de aire o hueso (que sí limitan los resultados de la ecografía), puede acceder a muchas más estructuras anatómicas, donde la ecografía presenta dificultades, como es el caso, por ejemplo, del cerebro.
La ventaja del estudio mediante el uso por resonancia magnética es que permite estudios en 3D que abarcan la totalidad del órgano, en particular de órganos situados profundamente en el cuerpo y otra ventaja es que se trata de una técnica menos dependiente de las aptitudes del  clínico que las aplica (como ocurre en el caso de la ultrasonografía), por lo que los resultados son interpretados de forma más uniforme entre distintos operadores.

Por último, destacar que hoy en día también existen técnicas de elastografía basadas en la Tomografía  (TC o scanner). La idea es que esta prueba pueda aportar datos diagnósticos, tanto si el tejido es originariamente blando o duro, por las modificaciones observadas en el mismo, sobre la presencia o no de enfermedad en ese órgano.

¿Qué es el Fibroscan?

Se trata de una técnica de ultrasonidos basada en la elastografía que valora la velocidad de propagación de la onda ultrasonográfica a través del hígado, según su elasticidad, que sirve para evaluar el grado de fibrosis (cicatrización) del  mismo (por ejemplo, en los casos de infección por virus de la hepatitis C crónica), permitiéndose con ello monitorizar la efectividad de un tratamiento aplicado, la evolución de la enfermedad  o, también, indicar cuándo es necesario o no empezar a aplicarlo. Cuanto más afectado o dañado esté el hígado, más duro y rígido será y, consecuentemente, la onda ultrasonográfica de la prueba se difundirá con mayor rapidez.

¿Cómo se realiza?

La técnica es sencilla. En el caso de las técnicas basadas en la ultrasonografía, se coloca al paciente tumbado, generalmente boca arriba sobre la camilla del consultorio, con el brazo del lado del cuerpo que se va a estudiar doblado y colocado por debajo de la cabeza. El clínico palpará suavemente la zona corporal a estudiar y, después, aplicará un poco de gel conductor sobre la piel de la zona para asegurar la conducción de la onda ultrasonográfica (el aire es mal conductor).  Se pondrá  un aparato con un transductor (parecido a un micrófono o mando de TV) en contacto con la superficie de la piel de la zona a tratar, que emitirá una leve vibración (Fibroscan), totalmente inocua e indolora en el paciente. En la elastografía simple convencional se aplica una compresión externa sobre el órgano que se estudia y se comparan las imágenes ultrasonográficas obtenidas antes y después de la compresión.  Las áreas de imagen que han sido menos deformadas por la presión son las más rígidas o inflexibles, mientras que las áreas más deformadas son las menos endurecidas.

En la elastografía MRE también se aplica vibración sobre el tejido a estudiar.

En general, la prueba dura pocos minutos y no requiere ningún tipo de preparación previa ni tampoco tener en cuenta ninguna precaución posterior. Además, no será necesario el ingreso hospitalario del paciente, pudiéndose realizar cómodamente de forma ambulatoria y que el paciente pueda volver al poco rato a casa con absoluta normalidad. Los resultados de la prueba son inmediatos.

Usos clínicos de la elastografía

La elastografía podrá ser utilizada en la investigación de multitud de estados de enfermedad de numerosos órganos corporales.

Puede ser utilizada como información complementaria a la obtenida por las pruebas diagnósticas de imagen convencionales (TC, RMN, ecografía, etc.), así como ser utilizada para guiar las punciones de biopsia, llegando incluso a poder sustituirlas.  La ventajas que ofrece  la elastrografía frente a las biopsias radican en que, mientras las biopsias pueden resultar dolorosas (debidas a la punción) en el paciente, o causar complicaciones como las hemorragias o potenciales infecciones secundarias. La elastografía es una prueba totalmente no invasiva, no dolorosa, que no emite radiación (a excepción de las basadas en la tomografía)  y de fácil aplicación.

Como se ha indicado anteriormente, es frecuente que la elastografía se utilice en el estudio de la enfermedad hepática (del hígado).  La excesiva firmeza-dureza del hígado suele indicar estados de hepatitis (inflamación), esteatosis hepática (hígado graso) o, incluso, fibrosis/cirrosis.
La elastografía es especialmente ventajosa en aquellos casos de fibrosis hepática parcheada (en los que existen áreas localizadas de afectación entre zonas de órgano sano), en las que la biopsia puede fácilmente recoger aleatoriamente una muestra de tejido sano que infravalore el diagnóstico y dé lugar a un diagnóstico de falsa indemnidad.  En la práctica clínica diaria, también se utiliza la elastografía en el estudio del cáncer de riñón, próstata, tiroides, o mama, etc.,  así como parece ser útil para valorar el estado de fibrosis (cicatrización) de los riñones trasplantados, entre otros ejemplos.

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Lo que debes saber…

• La elastografía podrá ser utilizada en la investigación de multitud de estados de enfermedad de numerosos órganos corporales.
• Es frecuente que se utilice en el estudio de la enfermedad hepática (del hígado).  La excesiva firmeza-dureza del hígado suele indicar estados de hepatitis (inflamación), esteatosis hepática (hígado graso) o, incluso, fibrosis/cirrosis.
• La técnica es sencilla, la prueba dura pocos minutos y no requiere ningún tipo de preparación previa ni tampoco tener en cuenta ninguna precaución posterior. Los resultados de la prueba son inmediatos.