Estimulación y ejercicios del Nervio Sacro
Resumen del contenido
Licenciada en Medicina y Cirugía, por la Facultad de Medicina de la Universidad de Murcia. Especialista en Reumatología. Doctorado en Psicopatología y Psicología social. Actualmente (desde 2002) es Médico consultor del departamento de Segunda Opinión Médica, en Teladoc Health. Médico colaborador con grupo de Traumatología, especialista en Reumatología, en la Clínica Teknon de Barcelona (desde 2010). Y Médico Colaborador Especialista en Reumatología en el Instituto Poal de Reumatología desde 1990.
Los nervios sacros están situados en la parte baja de la espalda. Lo que llamamos plexo sacro está formado por los nervios espinales lumbares L4 y L5 que descienden hacia la pelvis y se unen a los nervios espinales sacros S1-S4. Son los encargados de controlar el funcionamiento del ano, el recto y la vejiga.
¿Qué pasa cuando los nervios sacros están afectados?
Cuando se afectan se produce retención urinaria, vejiga hiperactiva (provocando urgencia por orinar con incontinencia y frecuencia urinaria) y/o incontinencia fecal.
- En principio, para la retención urinaria se aconsejan cambios en el estilo de vida y entrenamiento de la vejiga, y también pueden ayudar los fármacos anticolinérgicos o el bótox en un determinado grupo de pacientes, pero siempre bajo supervisión médica.
- Para los pacientes con síntomas de vejiga hiperactiva el tratamiento más común son la inyección de toxina botulínica en la vejiga, pero el procedimiento hay que repetirlo cada 5-9 meses.
- A los pacientes con incontinencia fecal se les cambios en su dieta y entrenamiento para evacuar el intestino a ciertas horas del día
¿Cómo fortalecerlos?
En todos los casos, para estimular los nervios sacros resulta de gran utilidad el fortalecimiento de los músculos de suelo pélvico mediante los ejercicios de Kegel, que consisten en apretar, sostener y relajar los músculos del piso pélvico. Parece fácil, pero se necesita cierto entrenamiento para estar seguros de que sólo ejercitamos los músculos del suelo pélvico, ya que podemos estar ejercitando otros músculos como los del estómago, los glúteos o de las piernas y lo que conseguiremos será el efecto contrario, ejerciendo más presión sobre la vejiga o el intestino y facilitando el escape de orina o de heces.
Y, ¿cómo podemos estar seguros de que con el ejercicio estamos estimulando únicamente los músculos del suelo pélvico?
- En mujeres: inserta un dedo en la vagina. Aprieta como si estuvieras tratando de contener la orina. Si sientes tensión en el dedo, estás contrayendo los músculos correctos.
- En varones: inserta un dedo en el ano. Aprieta como si estuvieras tratando de contener la orina. Si sientes tensión en el dedo, estás contrayendo los músculos correctos.
- Mientras orinas, trata de detener la orina a mitad del chorro. Los músculos que aprietes para detener el flujo de orina son los músculos del piso pélvico.
¿Cómo realizar los ejercicios?
Para realizar estos ejercicios debemos seguir algunos pasos:
- Coge aire por la nariz profundamente y notaremos como se expande el abdomen manteniendo los músculos del suelo pélvico relajados.
- Expulsa el aire lentamente por la boca, al mismo tiempo que va tensando suavemente los músculos del suelo pélvico.
- Mantenlos tensos o en contracción de 3 a 6 segundos mientras vas expulsando el aire.
- Vuelve a coger aire mientras relajas los músculos.
- Descansa de 6 a 10 segundos.
Se aconseja repetir este ejercicio de 10 a 15 veces seguidas y realizar al menos tres tandas al día, una por la mañana al levantarnos y la última al acostarnos.
La tercera puede hacerse en cualquier momento a lo largo del día. El beneficio sólo lo conseguiremos si se realizan los ejercicios con regularidad y durante un periodo de tiempo largo.
Nunca se debe sentir dolor al hacerlo y si aparece es que no lo estamos haciendo bien y hay que comentárselo a nuestro médico.
Está totalmente contraindicado en pacientes portadores de sonda urinaria.
Los ejercicios de Kegel también pueden mejorar la salud sexual y el placer ya que, al aumentar la circulación en el suelo pélvico, facilitan llegar al orgasmo y en la mujer aumentan la lubricación vaginal y en el hombre puede tener cierto beneficio en caso de eyaculación precoz.
Otra formas de estimular los nervios sacros
También podemos estimular los nervios sacros mediante implante, pero sólo se indica si el médico ha confirmado que los nervios no funcionan correctamente y las medidas conservadoras han fracasado.
En estos casos, se coloca un dispositivo implantado en la parte baja de la espalda que actúa enviando impulsos eléctricos directamente al nervio sacro para mejorar o restaurar el control de la vejiga o los intestinos.
Se realiza en dos etapas:
- La primera determina si la estimulación del nervio sacro mejorará los síntomas
- Segunda fase se implanta el estimulador.
El paciente puede activar o desactivar la estimulación eléctrica en cualquier momento, y ésta ayuda al correcto funcionamiento de los nervios sacros. Esta estimulación no es dolorosa, si bien algunos pacientes refieren cierto dolor, molestias e infección en la zona donde se implantó el estimulador, consecuencia de la reacción alérgica al material. También puede ocurrir que la vía se mueva precise repetir la colocación del implante.
Mientras esté colocado, no se podrán realizar RM de abdomen o pelvis.
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Lo que debes saber…
- Cuando los nervios sacros se afectan se produce retención urinaria, vejiga hiperactiva (provocando urgencia por orinar con incontinencia y frecuencia urinaria) y/o incontinencia fecal.
- Para estimular los nervios sacros, es de gran utilidad fortalecer los músculos de suelo pélvico mediante los ejercicios de Kegel, que consisten en apretar, sostener y relajar los músculos del piso pélvico.
- También podemos estimular los nervios sacros mediante implante, pero sólo se indica si el médico ha confirmado que los nervios no funcionan correctamente y las medidas conservadoras han fracasado.
BIBLIOGRAFÍA
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