Con el verano y el calor llega la necesidad de refrescarse y también la apetencia por según qué caprichos, como los helados caseros, los sorbetes, etc. Entre los helados comerciales disponemos de muchas opciones (desde los que podemos adquirir en el supermercado, hasta los de heladería artesanal, pasando por los de bares y restaurantes). Y, en cualquiera de ellos, las variedades también se multiplican: tipo cucurucho, cremoso de palo, de corte, vasitos, polos de hielo…
En general, eso sí, todos tienen una característica común: son ricos en azúcares, por lo que deberíamos reservarlos para un consumo ocasional. Pero apetece tanto un helado fresquito a media tarde o tras la comida… ¡Ningún problema! Podemos elaborar helados caseros muy simples y saludables en poco tiempo.

Elaboración de helados caseros

La opción más simple para elaborar helados caseros es escoger los típicos moldes en forma de polo. Podemos optar por hacer todo el helado de un único sabor o, por el contrario, podemos ir haciendo mezclas en varias capas o con ingredientes intercalados.

Helado de mango y fruta de la pasión con grosellas y yogur

Es opción a todo color. El mango y la fruta de la pasión se deben pelar y triturar hasta obtener una masa que colocaremos en el fondo de un molde para helado de palo. Una vez rellenado algo más de la mitad del molde añadimos enteras 5 o 6 grosellas rojas y acabamos de rellenar el molde con yogur natural batido. ¡Listo! Lo dejamos en el congelador y en unas horas tendremos a punto nuestros helados tricolor.

Helado de aguacate y frambuesas

Es un helado cremoso. Nos hace falta un recipiente donde colocarlo para introducirlo en el congelador, que tenga tapa o que podamos cubrir con papel film. La mezcla puede ser a base de: aguacate triturado, un chorrito de leche y el jugo de media lima. No debemos añadir mucha leche pues debe tener una consistencia pastosa. Lo dejamos en el recipiente, lo tapamos y al congelador. Ahora empieza la parte, igualmente fácil, pero entretenida, ya que aproximadamente cada dos horas o un poco más, debemos sacar el helado del congelador y removerlo bien para ir rompiendo los cristales de hielo que se forman, repitiendo esta operación 2-3 veces, para lograr así una textura bien cremosa. Otra opción es combinarlo con mango e incluso con menta.

Helados caseros de plátano con canela y cacao

Esta receta bien podría ser de un batido fresquito como de un helado. Sólo nos hace falta plátano maduro, leche entera, canela en polvo y, como ingrediente opcional, un poco de cacao en polvo. Mezclamos el plátano con la leche y la canela al gusto de manera que no quede excesivamente líquido sino un poco espeso. Si queremos hacer dos capas reservamos un poquito de esta mezcla para la segunda capa en la que añadiremos el cacao. Rellenamos algo más de la mitad del molde del helado (tipo polo) con la mezcla de plátano, leche y canela, y mezclamos el resto con el cacao y acabamos de llenar el molde. ¡Al congelador y listos!

Polos de fresa, de sandía… ¡de lo que quieras!

Muchas frutas, como la fresa o los fresones, la sandía, el melocotón… tienen una textura que nospermite simplemente triturarlas juntas o por separado, introducir en un molde y congelar. No hay helado más fácil que éste. Si queremos texturas algo más cremosas podemos añadir leche o yogur, pero se pueden hacer perfectamente tipo sorbete de fruta triturada.

Helado de crema de pepino, melón y menta

En realidad, es como si hiciéramos una crema de verduras, o más bien dicho, la hacemos, pero tanto la podemos tomar en forma de crema fría como en forma de helado. Debemos coger más o menos la misma cantidad de melón que de pepino y triturarlo todo. Podemos añadir de forma opcional un yogur natural o un poco de leche, que suavizarán y darán más cremosidad al helado, pero también se puede hacer sin ningún lácteo. Finalmente añadimos la menta, eso sí va a gustos, pues confiere un frescor muy agradable pero en exceso puede hacer que a algunos les recuerde demasiado a un elixir bucal.

Helado de avellanas

En este caso vamos a por nota, pero sigue siendo sencillo, la dificultad es tener el tiempo y paciencia de elaborar un helado cremoso sin heladera, como nos sucede en el caso del helado de aguacate, ya que tenemos que ir removiendo para lograr la textura adecuada. Necesitaremos 100 g de avellanas tostadas, un vaso de leche y 2 yemas de huevo. También podemos añadir un poco de azúcar al gusto. La receta tradicional serían unas 5 cucharaditas, pero si queremos un helado más saludable con mucho menos tenemos de sobras, incluso sin.

Para elaborar el helado empezamos por triturar las avellanas, luego añadimos las yemas y, en caso de optar por poner azúcar, también, y batimos todo. Después añadimos la leche y volvemos a batir. Ponemos la mezcla al fuego unos 8-10 minutos mezclando sin parar y sin que llegue a hervir y la retiramos del fuego para dejarla enfriar. Una vez fría la introducimos en un recipiente adecuado para el congelador y, como sucede en el caso del helado de aguacate, vamos sacando del congelador aproximadamente cada 2 horas para remover bien y romper los cristalitos de hielo que se van formando. Deberemos repetir esta operación unas tres veces hasta que la textura sea la deseada.

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Lo que debes saber…

  • Es posible disfrutar de los helados con versiones más ligeras, saludables y menos ricas en azúcar.
  • Desde polos de hielo a helados cremosos, las opciones se multiplican y todas podemos prepararlas en casa.
  • Frutas, pero también yogur, aguacate y hortalizas como el pepino, son ingredientes perfectos para formar parte de nuestros helados caseros de verano.