Antes de salir de casa para ir a la compra podéis revisar juntos lo que falta en la cocina y hacer una lista realista, en base a lo que tienes y a lo que necesitas. Los peques pueden “cantar” los alimentos que ven en la despensa y los adultos anotar lo que falta.
Una vez tengas “la lista adulta”, pregúntales qué les gustaría añadir, aquí sabemos que pueden decirnos cualquier alimento nada deseable (chucherías, patatas fritas, snacks…), pero se trata de reconducir esa lista a una saludable, escogiendo alimentos que les gusten de entre estos.

Ir a la compra en la tienda, el mercado o supermercado

Una vez en la tienda hazles partícipes mediante juegos y así promoverás su interés por los alimentos y buenos hábitos alimentarios. Aquí tienes algunas ideas:

  • Una vez en la tienda y con la lista en mano, les puedes hacer responsables de llevar el carro o bien un pequeño cesto con ruedas aparte para que vayan poniendo aquello que les asignes.
  • También pueden ir tachando aquello que ya hayamos comprado, e incluir lo que se nos haya ocurrido sobre la marcha.
  • Podemos leer con ellos las etiquetas de algunos productos para explicarles algún ingrediente y escoger entre dos o tres y concluir por qué uno es mejor que otro (en base a las grasas o azúcar que llevan. Estos conceptos se pueden ir introduciendo en su vocabulario ya desde pequeños).
  • Leer las fechas de caducidad o de consumo preferente y que ellos valoren si se lo van a comer pronto o no para escoger la fecha más lejana o cercana.
  • Para evitar caer en la compra de caprichos hay que evitar ir con hambre, además podemos explicarles cómo preparar meriendas sabrosas a base de frutos secos, fruta desecada, fruta fresca, yogur, aceite de oliva… realizando apetecibles batidos o un bizcocho casero.
  • Cuando vayas a la compra es preferible evitar los pasillos repletos de chucherías, galletas, chocolates, etc. y pasar por los pasillos de frutas o lácteos, donde podemos dejarles escoger según sus gustos, eso sí, evitando los lácteos de baja calidad nutricional.
  • Explicarles que no existe alimentos “prohibidos”, pero que la frecuencia de muchos de ellos es inadecuada y solo deben tomarse en ocasiones especiales, como los refrescos o la bollería industrial .
  • Permitirles escoger aquella carne o pescado que más les gusta también es una buena opción.
  • Es bueno que se acostumbren a coger, tocar o mirar aquellos alimentos que son nuevos para ellos o con los que suelen tener “problemas”, ya que familiarizarse con los alimentos promueve una mayor aceptación, lo más probable es que no sea a la primera pero quizás si a la quinta.
  • Si tus hijos están empezando a leer, haz que lean los carteles de los pasillos en el supermercado o de la parada que os interese en el mercado, pues es una buena manera de explicarles los diferentes grupos de alimentos a la vez que practican lectura.
  • Jugar a los colores: la frutería es la parada perfecta para ello, hacedles buscar colores y decirles el nombre de la fruta o la verdura correspondiente suele ser divertido, sobre todo si son raras y exóticas.
  • Invítales a pensar que podríamos cocinar en casa con aquellos alimentos que estamos comprando, y pueden elegir ellos la receta. Podemos ayudarles orientándolos: “¿qué podemos ponerle a esta pasta?, busca estas verduras y haremos una guarnición de colores…”
  • Si son bastante mayores y responsables, puedes darles una parte de la lista para que busquen algunos productos. Concederles autonomía y volver con la lista asignada, suele gratificarles.

El mercado, el gran desconocido para muchos niños

El mercado es un lugar ideal para ver, oler, tocar… aquello que nos llevaremos a casa. La primera vez que los niños visitan un mercado les encanta; es colorido, todo está muy bien colocado y las paradas están especializadas, por lo que suelen ser muy llamativas. Pasar de la parada de frutas y verduras, a la de carnes, pescados, legumbres, frutos secos… estimula sin duda los sentidos de los más pequeños. Es una salida con la que aprenderán, pues conocerán de dónde sale su comida y también los diferentes oficios: en la parada del pescado, déjales que vean cómo el pescadero coge una lubina y la limpia, la hace filetes… En la parada de la fruta, deja que aspiren el aroma de las frutas y anímales a probar alguna que les atraiga y que todavía no hayas llevado nunca a casa.
Además, si te dejas aconsejar por los vendedores, lo que compres es probable que te resulte más económico que en el súper, pues son productos locales, de proximidad, y temporada. Son sus productos, escogidos por ellos a primera hora de la mañana, por lo que saben exactamente cómo son y cómo puedes sacarles el máximo partido.

Si los pequeños de la casa comparten la tarea de ir a la compra y elegir lo que se come en casa, o parte, no hay excusa para no probarlo. Si se les implica es más fácil que acepten probar nuevos alimentos, o aquellos que no les entusiasman.

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Lo que debes saber…

  • Al ir a la compra con los niños y escoger los alimentos juntos es más probable que los acepten y se decidan a probarlos, tanto los que nunca han tomado como aquellos que no les entusiasman.
  • En la tienda hazles partícipes mediante juegos y así promoverás su interés por los alimentos y buenos hábitos alimentarios.
  • En el mercado encontrarás productos locales, de proximidad y de temporada, escogidos por los vendedores a primera hora de la mañana, por lo que pueden aconsejarte cómo sacarles el máximo partido.