Quistes de Tarlov, ¿qué son?

Resumen del contenido
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Los quistes de Tarlov, también conocidos como quistes perineurales, son dilataciones llenas de líquido cefalorraquídeo (LCR) que se forman en las raíces nerviosas posteriores de la columna, sobre todo en la región sacra (principalmente S2 y S3). El LCR es un líquido transparente que circula por el cerebro y la médula espinal, actuando como un amortiguador y protector.
Generalmente son asintomáticos y hallazgos incidentales en estudios de imagen, aunque hasta un 5% de los quistes sacros pueden generar síntomas neurológicos clínicamente relevantes.
¿Por qué se producen?
Su causa es desconocida, si bien se atribuyen varios factores a su aparición:
- Congénitos: defectos del desarrollo meníngeo o debilidad de la duramadre.
- Traumáticos/inflamatorios: punciones lumbares, anestesia espinal o trauma sacro.
- Hemorrágicos: sangrados subaracnoideos localizados.
¿Qué síntomas produce?
En la mayoría de los casos estos quistes son asintomáticos y se detectan casualmente al hacer estudios de imagen.
Se asocia un tamaño > 1,5 cm, con la presencia de síntomas neurológicos. Los quistes sintomáticos pueden producir dolor lumbar o sacro, síntomas sensitivos (hormigueos), debilidad, disfunción de esfínteres o disfunción sexual.
También se ha descrito deterioro óseo adyacente por compresión crónica y casos graves de síndrome de cauda equina (dolor lumbar intenso y pérdida de control de esfínteres).
¿Cómo se realiza el diagnóstico?
El diagnóstico se basa principalmente en los estudios de imagen. Entre ellos, la resonancia magnética de columna lumbosacra es el método más sensible.
- Resonancia magnética: técnica principal para identificar tamaño, localización y comunicación con LCR.
- En algunos casos seleccionados, se complementa con mielografía por TC.
- Mielografía por TAC: para confirmar la comunicación del quiste con el espacio subaracnoideo.
- Es importante realizar diagnóstico diferencial con otros problemas como hernias discales, aracnoiditis o tumores.
Los Seguros de Salud MAPFRE cuentan con grandes especialistas que, tras el diagnóstico, sabrán pautar el tratamiento aconsejable en cada caso.
Tratamiento
El tratamiento se basará e individualizará según el tamaño, los síntomas, compresión de las zonas vecinas, etc.
Generalmente se aplica tratamiento conservador ante casos con síntomas leves y como última opción se reserva la cirugía en casos muy seleccionados con síntomas incapacitantes y progresivos.
Tipos de tratamiento
- Conservador: incluye fisioterapia, AINEs, corticoides, relajantes musculares y otros fármacos para el dolor como gabapentina o pregabalina.
- Técnicas mínimamente invasivas: aspiración del quiste guiada por TC con inyección de fibrina, blood patch, drenaje de LCR y adhesivos biológicos.
- Quirúrgico: reservado a pacientes sintomáticos con quistes grandes (>1.5 cm) o síntomas graves. Entre las opciones se contempla la resección parcial o total del quiste; cierre con pegamento de fibrina o clips de titanio entre otras.
Revisiones recientes indican mejores resultados con resección completa del quiste más sellado con fibrina, o combinación de resección microscópica y cierre del cuello del quiste.
Se recomienda monitorización intraoperatoria por EMG (electromiograma) para minimizar lesiones nerviosas y que el procedimiento sea realizado por neurocirujanos experimentados.
Protocolo
- Asintomáticos o síntomas leves (< 1,5 cm): tratamiento conservador + seguimiento.
- Síntomas moderados persistentes: considerar aspiración + fibrina.
- Síntomas neurológicos severos o progresivos, o refractarios > 6 meses: evaluar cirugía en centro especializado
- Postcirugía: seguimiento clínico/imágenes a 3612 meses / rehabilitación para prevenir recidivas.
Pronóstico
- La mayoría de los quistes son benignos y no evolucionan.
- En pacientes con síntomas importantes y que no se trata, puede producirse daño neurológico.
- El pronóstico tras la cirugía es variable, con mejora parcial en muchos casos.
Lo que debes saber…
- Los quistes de Tarlov son dilataciones llenas de líquido cefalorraquídeo, localizadas comúnmente en la región sacra; la mayoría son asintomáticos, pero algunos pueden causar síntomas neurológicos como dolor, hormigueo o disfunción de esfínteres.
- El diagnóstico se basa en estudios de imagen, principalmente la resonancia magnética, y debe diferenciarse de otras patologías como hernias discales o tumores.
- El tratamiento se adapta según el caso, iniciando generalmente con un enfoque conservador y reservando la cirugía para quistes grandes o síntomas severos persistentes.
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