Tanto el TAC como la resonancia permiten diagnosticar y detectar enfermedades eficazmente con métodos no invasivos y sin necesidad de utilizar técnicas molestas y agresivas para el paciente.

¿Qué es el TAC y cuándo utilizarlo?

El TAC, al igual que los rayos X tradicionales, produce múltiples imágenes o fotografías del interior del cuerpo. Lanza una multitud de rayos X desde diferentes ángulos que son absorbidos en distinta medida por cada tipo de tejido, devolviendo imágenes más o menos débiles. En muchas ocasiones, se necesita inyectar un contraste en la vena para diferenciar los vasos sanguíneos y ver cómo se comportan los tejidos con dicha inyección.

Los componentes principales de un escáner de TAC son:

  • El tubo de rayos X: genera un haz de rayos X a medida que gira alrededor del paciente y los detectores registran simultáneamente la radiación que atraviesa el cuerpo
  • Unos detectores: registran simultáneamente la radiación que atraviesa el cuerpo .

Los datos adquiridos se digitalizan y luego se reconstruyen en imágenes.

El TAC es superior a la radiografía convencional debido a su exquisita resolución de contraste y su falta de superposición de estructuras anatómicas.

A través de la tomografía computarizada, los radiólogos pueden diagnosticar posibles patologías con más facilidad, como el cáncer, enfermedades cardiovasculares, enfermedades infecciosas, trastornos musculoesqueléticos y traumatismos.

¿Qué es la RM y cuándo utilizarla?

La resonancia magnética, en cambio, proyecta imágenes de los órganos y las estructuras del cuerpo humano a través de un campo magnético y ondas de radio muy potentes, mostrando así los tejidos blandos como son los músculos, tendones, meniscos o ligamentos. La resonancia magnética es una tecnología de imágenes que utiliza radiación de radiofrecuencia (RF) no ionizante.

La RM se suele utilizar para el diagnóstico de diferentes enfermedades oncológicas, cardiovasculares, neurológicas, musculares o abdominales. Asimismo, estas imágenes ayudan a reconocer aneurismas, infartos, tumores, problemas en huesos y articulaciones como la artritis o complicaciones en la columna vertebral como las hernias discales.

Durante el examen de imágenes por resonancia magnética, el paciente generalmente se encuentra en decúbito supino (acostado boca arriba) sobre una mesa deslizante, que se avanza hacia el interior de un orificio que contiene un imán para obtener imágenes. El examen completo generalmente dura de 20 a 60 minutos ya que se realizan múltiples secuencias de imágenes en múltiples planos.

La resonancia magnética clínica convencional rara vez se asocia con efectos adversos. La mayoría de las contraindicaciones son precauciones relativas, que se pueden dividir en estos cinco grupos:

  • Dispositivos implantados y cuerpos extraños: antes de la exploración, es obligatorio realizar una prueba de seguridad exhaustiva de cada paciente para detectar cualquier dispositivo u objeto extraño implantado, por ejemplo, una prótesis de rodilla.
  • Paciente inestable: debido al difícil acceso a un paciente dentro del imán y debido a que la mayoría de los equipos de reanimación no se pueden llevar a la sala de exploración, es probable que un paciente inestable solo deba someterse a una resonancia magnética para una indicación clínica urgente sin otra alternativa de imagen aceptable.
  • Embarazo: se desconocen los riesgos que presenta la resonancia magnética para el feto en desarrollo. Estos riesgos, si los hay, probablemente sean bajos y el uso de la resonancia magnética puede ayudar a evitar la radiación ionizante asociada con otras modalidades de diagnóstico por imágenes. Los agentes de contraste a base de gadolinio atraviesan la placenta y no se recomienda su uso en pacientes embarazadas a menos que el beneficio justifique el riesgo para el feto.
  • Contraste de gadolinio: la vía principal de excreción del contraste de resonancia magnética es renal. Sin embargo, a diferencia de los medios de contraste yodados utilizados para realizar un TAC, los agentes de contraste para resonancia magnética rara vez causan reacciones anafilácticas.
  • Otros:
    • Claustrofobia
    • Un paciente agitado o que no puede permanecer quieto dentro del imán es un mal candidato para la resonancia magnética a menos que esté lo suficientemente sedado ya que va a generar muchos artefactos por causa de los movimientos.

Diferencias principales entre TAC y RM

  • Lo que las diferencia por encima de todo es que el TAC utiliza radiación ionizante en la realización de las pruebas pertinentes y la RM, en cambio, no.
  • La principal diferencia es que el TAC está indicado para “ver” esencialmente huesos y pulmón, mientras que la RM permite visualizar las zonas blandas del cuerpo.
  • Un TAC dura aproximadamente media hora, y una resonancia magnética suele durar más de una hora.
  • La máquina del TAC es completamente silenciosa, en cambio la de la RM emite un fuerte ruido que puede llegar a ser molesto para el paciente.
  • Los equipos que se utilizan en las pruebas de TAC suelen ser más económicos, mientras que el equipamiento de la RM es más caro.
  • Cuando un paciente va a realizarse una RM, debe tener en cuenta que no puede llevar objetos metálicos o marcapasos para no interrumpir las ondas de radio y campos magnéticos.
  • La RM se caracteriza también por su alta resolución espacial (se refiere a la finura de detalles visibles en una imagen).
  • Al igual que con el TAC, la inyección intravenosa de agentes de contraste para RM se usa a menudo para mejorar el contraste entre los tejidos patológicos y normales o para realizar una angiografía (estudio de los vasos sanguíneos).

 

Lo que debes saber…

  • TAC y RM son dos técnicas para el diagnóstico por la imagen, que constituyen dos grandes avances de la medicina y en especial de la radiología.
  • Lo que las diferencia por encima de todo es que el TAC utiliza radiación ionizante en la realización de las pruebas pertinentes y la RM, en cambio, no.
  • La principal diferencia es que el TAC está indicado para “ver” esencialmente huesos y pulmón, mientras que la RM permite visualizar las zonas blandas del cuerpo.